07 agosto 2025

Gracias, distancia. Antonio Cabrera

La distancia hace que se puedan ver las cosas en perspectiva. En principio. Pero a veces no es tan sencillo, tan matemático. La distancia impone, también, alejamiento emocional, una barrera que no permite ver. Y llegamos al debate de lo racional frente a lo irracional, de lo percibido, vivido y real. Aunque, bien mirado, lo vivido es también real, sin embargo, siempre he pensado que aderezado de ficción. Porque la ficción está presente en nuestras vidas. Vemos y creemos percibir una realidad que amoldamos al gusto, con nuestras censuras y boicoteos, la hacemos más amable para ser digerida. Sí, tal vez la distancia nos ayude a mejorar la percepción, pero, acaso, ¿es posible alejarse en la razón, ver lo acontecido sin ser abordados por lo percibido, lo subjetivo? Quiero creer que es posible, pero sé que no lo es. Sé que lo acaecido no deja de ser una construcción imaginaria de nuestros deseos y proyecciones, cierto efecto espejo que nos acompaña en nuestras vidas hasta que vivimos con ello. Igual no es así, claro, pero da lo mismo. Esto es un artículo sobre un libro y podría ser de muchas otras formas que las vividas por mí.

Un aforismo es una sentencia breve y concisa que capta una idea, una reflexión o una observación sobre la condición humana con agudeza y economía de palabras. Su fuerza radica en expresar verdades profundas de manera sugestiva, casi poética, invitando al lector a la meditación. Aunque parecen proverbios, los aforismos suelen tener autoría y un estilo personal inconfundible. Tenemos ejemplos maravillosos: Oráculo manual y arte de prudencia de Baltasar Gracián (1647). Reúne casi 300 máximas que, con tono moral y práctico, enseñan a desenvolverse con sabiduría en la vida social y personal; Máximas de François de La Rochefoucauld (1665). Sus sentencias exploran la vanidad, el amor y el poder con un escepticismo elegante y despiadado; Humano, demasiado humano de Friedrich Nietzsche (1878). En forma de breves aforismos, el filósofo desmonta mitos morales y plantea una nueva visión crítica del ser humano; Tractatus Logico-Philosophicus de Ludwig Wittgenstein (1921). Aunque es una obra lógica y metafísica, sus proposiciones numeradas tienen la fuerza de aforismos que son en sí mismos desafíos al lenguaje y al pensamiento; La cifra y el rumor de Jorge Luis Borges (1981). Una colección de breves piezas en las que el autor juega con el infinito, la identidad y el laberinto de la palabra. El aforismo, más allá de su brevedad, puede convertirse en un poderoso canal de sabiduría y reflexión estética.

Mi compañero me regala el libro, me dice, gran persona, el autor, profesor, será un mérito, poeta, amigo familiar. Gustos y deseos de la gramática. Así que me cuelo en los aforismos, los disfruto como género poético, en este caso, trabajados desde la sintaxis y la inteligencia. Por supuesto, desde la sabiduría. Los disfruto en sus seis partes: Parecido al viento; desde César Simón; Poética; La letra celebrada; Luz y Sobre pintura. Agudo, visionando lo cotidiano, la anécdota y sublimándola en la palabra. Brillante, incómodo, pero lleno de la hermosa elegancia de la música.

Parecido al viento. La belleza del lenguaje, el pensamiento que se abre paso entre los aforismos que son, pequeños discursos de sabiduría.

 

«Los buenos propósitos dejan en el espíritu marcas de escaso troquelado. Las borra la inclemencia del carácter. O un soplido de las obsesiones.»

«Entrar en la cocina, sentarse en el sofá, abrir un armario, encender una lámpara. Cuando se está solo en casa la vida se hace insignificante, extrañamente propia.»

«En la memoria tienen su encuentro la realidad, la confusión y la razón que imagina.»

«Una de las limitaciones más insidiosas de la vida humana — y la acción más sorda— reside en el hecho de que lo necesario no es nunca suficiente.»

«No es que la filosofía deje las cosas como están, es más bien que las deja pendientes, en la permanente posibilidad de estar de otra manera. (Wittgenstein)»

«Quien acaricia da contorno. Quien nombra, dibuja. Quien celebra, descubre.»

 

Desde César Simón. Profesor, también, mío. Año 1985, discusión sobre la poética de los juglares, los modernos, los Sabina o Cohen, él que no, yo que sí. Su poética desde el púlpito, las figuras, la métrica, la acentuación. Teoría de la literatura, reflexión. César también fue compartido.

 

«En medio de la calle, junto a otros cuerpos, nuestro cuerpo de borra para nosotros. Sentado en el sillón, cae hacia sí mismo, palpita en su carne consciente. Los encuentros del cuerpo consigo mismo están regidos por algún alto y lento testigo: el silencio, la luz, el cielo…»

 

Poética. La reflexión sobre lo literario es fundamental para el filólogo, también para el escritor. Saber qué y cómo, resuelve quimeras y plantea dudas y problemas con las que nos debemos enfrentar. Lo estético tiene sus códigos, aunque haya tendencia a olvidarlo.

 

«Si es poético no es definitivo, sino para siempre

 

La letra celebrada. Desde el lenguaje poético, el verbo adquiere dimensiones diferentes, subjetivas, enigmáticas.

 

«Que acabe siendo impresa no hace que la sabiduría sea desposeída de su lentitud. Todas las letras han de ser pronunciadas, y eso lleva tiempo».

 

Luz. Hay algo que daña al ojo, como las palabras sobre papel blanco, destellan.


«Cada segundo se yergue ante la luz y la entorpece. Sé que hay tiempo porque hay sombras».


Sobre pintura. La fascinación ante el trazo me ha hecho reflexionar muchas veces en mi vida. Hablo mucho sobre pintura, intento explicar la vivencia del trazo, el arte como concepto, el diálogo cromático. La poesía camina, también, hacia el universo de las pinceladas.

 

«Tendemos a pensar que la pintura añade mundo al mundo. No es exactamente eso. Lo suyo es una añadidura con retracción, con resta. Los cuadros vienen al mundo a corregirlo y a hacerse a un lado».

 

En Cuadernos del vigía

 

Colección: Aforismos, n.º 15

ISBN: 978-84-95430-79-3

Año: 2018

Páginas: 100

Formato:  14,2 x 21 cm

Encuadernación: Rústica con solapas

Papel portada: Tintoretto Ceylon Sésamo de 250 g

Papel interior: Coral Book de 90 g

Precio con IVA: 15.00€

 

Un aforismo sólo surge cuando la mirada se detiene y reposa en su vuelo. La realidad no hará otra cosa que darnos la espalda si no estamos atentos. Ahí se sitúan las coordenadas de Antonio Cabrera, que suave pero intensamente nos convoca a pensar y a sentir en este su primer libro de aforismos donde despliega de principio a fin una clamorosa capacidad de reflexión y una delicada invitación al goce a través del contacto sensible con todas las cosas. Un libro para quienes quieran detenerse y parar frente al vértigo y la aceleración, frente a sí mismos. Un libro que crea tiempo.

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