EN LAS NUBES

Aquí solo cosas personales

37 comentarios:

  1. Los blogs son como una alucinación sin límites, un reflejo infinito en el continuo espacio tiempo, una revancha contra la indiferencia.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Siempre he pensado que uno se hace escritor desde la pérdida. Del dolor de perder nace la obra.
      “Tres meses antes de que yo naciera, mi madre perdió a sus otras dos hijas.Creo que empecé a ser escritor en ese momento”.
      El peso del corazón. Rosa Montero.

      Eliminar
    2. Llevo meses dándole vueltas a tu entrada de Rafael Chirbes. Leo el libro coincidiendo con el primer aniversario de su muerte, no lo calculo, no lo programo, ya he explicado muchas veces que los libros me llegan, sin orden ni concierto.
      Leo las críticas y me pongo mala, que si autobiografía, que si el autor se debía ese esfuerzo por sincerarse, polladas.
      Y me da rabia porque ya sé antes de empezar que me va a costar leer sin conectar, sin asociar al autor con la novela, sin rememorar el bocado estomacal del verano pasado cuando anunciaron su muerte. Piso la tierra de “Crematorio” mientras leo y se me hace más difícil todavía, consigo dejar la mente en blanco y borrar imágenes que me bombardean cuando duermo y cuando vivo, veo el fenoll marí y a los perros de Rafa. Lo consigo, leo sin pre- ni “contras” ni “peros” ni “y si” ni “agh” y un mes después sigo saboreando lo leído en la boca, el mí piel, en mis sueños, en mi sexo y en mi jodido hígado emocional.
      A los pocos días, alguien me pide el libro, un hombre, heterosexual. Me gustaría explicarle cómo tiene que leerlo, es como si le dejara una planta y necesitará explicarle lo que debe hacer para que viva o muera. Le dejo el libro, no le explico nada finalmente porque no soy capaz, dejo que elija. Suelto la novela en sus manos y ya lo estoy lamentando.

      Eliminar
    3. Es fácil decir lo obvio, que si testimonio de su sexualidad, que si testamento, obviamente polleces, pero los críticos han de comer, claro, así que tienden a los tópicos como en Sálvame se tiende al crapuleo. La vida del autor me la repanfinfla, su sexualidad, imagínate, su literatura no, obviamente, su literatura es lo que ha de interesarnos, en sí misma, en su gramática, su misticismo y s inteligencia.

      Eliminar
  2. "Escribo para reconquistar los matices. Tantas cosas en nuestra
    vida las formulan clichés y frases hechas. Es un insulto a nuestra necesidad de complejidad y contradicciones"

    Así se presenta David Grossman y fiel a sus intenciones se despliega en "Más allá del tiempo" en una búsqueda del matiz más escondido del sentimiento, en este caso, del duelo, del dolor, de la muerte.

    Y a este libro yo le llamo el libro porque no sé como catalogarlo, si de prosa poética o de poesía prosaica, da lo mismo absolutamente porque el paso de una a otra es tan suave, tan poco traumático que no te das cuenta. Me he acordado de un musical que ví en Londres, el actor era un lujo cedido por la Royal Shakespeare Company, era tan bueno con la voz que pasaba de hablar a cantar sin saltos, sin transición. Grossman consigue algo parecido.

    Su delicadeza roza lo sobrenatural. Palabra sin artificio para tocar un sentimiento complejísimo con muchas vueltas de tuerca y sin sobrepasar la delgada línea que lo separa del sentimentalismo(que el otro día comentaba del libro de Eloy Moreno) Grossman no se lo permite, claro, Grossman es un grande entre los grandes.

    No era el libro que quería leer de entre los suyos, al menos no el primero pero a veces los libros llegan como llegan, no tenía tiempo y en esa jodida biblioteca nunca encuentro lo que busco o al menos cuando lo busco.

    Esta semana A vino a verme, andaba preocupada por el bienestar de su hijo, de su único hijo, quería valorar su vida para asegurar el futuro, o al menos parte del futuro de su único hijo. A las tres horas de salir de mi oficina, su hijo perdía la vida en un estúpido accidente, tenía la misma edad que el hijo de Grossman. Trituré el presupuesto del estúpido seguro de vida de A, no volverá, ahora mismo a su vida no se le puede poner un precio.

    He dudado acerca de donde insertar el post, creo que este tiene que estar aquí, en la nube y su catalogación de "Aquí solo cosas personales"

    Esta es mi historia con este libro y con A, vienen a la vez, por azar, a tocarme con el beso de la muerte aunque solo sea desde la barrera algo me he dejado en ese beso.

    ResponderEliminar
  3. De David Grossman leí Duelo y me pareció una novela soberbia. Pero aquí no hablo de libros, sino de vida. Hablas de la muerte, y la muerte no es como nos cuentan. La muerta es como nuestra vida, al menos tan parte como ella. Hay una corriente budista que hace lo siguiente, creo que durante un mes, más o menos, el que reza se sienta ante un cadáver, cada día uno diferente: descuartizados, podridos, hermosos, horribles, y recita el siguiente mantra "en eso me voy a convertir". Me parece un ejercicio sublime de mismidad, de aceptación de la vida. Nosotros aseguramos nuestro futuro en un papel, por si morimos para que el otro cobre, tenga, posea, es una manera, al fin y al cabo, de no aceptar que eso somos, o al menos seremos.

    ResponderEliminar
  4. Y me refugio en este espacio que ha sido abierto en un rincón a la derecha de la página, en la nube, se llama. Parece que aquí vivo la ilisión de la invisibilidad, soy menos pública, necesito que así sea porque aquí se encierra más verdad, más vida o más muerte pero más.
    Y yo no me empeño pero hablo de muerte sin quererlo. Ayer A perdía la vida justo en el momento en que pretendía asegurarla, hoy está perdida en el limbo de su dolor, supongo, no he vuelto a verla.
    Grossman, sigo con Grossman que es más muerte que vida, me supo a poco su prosa poética o poesía prosa y tras una lectura insustancial, trasnochada que leo sin que la lectura me saque de mis ruidos, que me habla de las dificultades de ser mujer, joven. soltera y madre en la época franquista y que a mi me suena a chino mandarín, vuelvo a Grossman, a su novela "La memoria de la piel" que comprende dos novelas cortas, ese Delirio del que hablabamos el otro día y la novela que da título al compendio.
    Qué dulce es Grossman, qué delicado, qué deliciosa la madurez desde la que escribe leyéndolo a él pienso que debería estar prohibido escribir antes de los 40 ja¡.
    Grossman es dolor, de duelo, de celos, de deseo.Vuelvo a la muerte, la del fuego que arrasa, que vence y aniquila nuestro monte amado.
    Tengo buenos amigos entre el uno de los cuerpos de élite que se encarga de situaciones así, los he visto venir ayer y hoy, exhaustos, abatidos, algunos de ellos llevan desde el viernes sin dormir. Ayer esperé que el helicóptero caído no fuera uno de ellos.Y siento alivio y me justifico, me digo que es humano desear que el muerto no sea de los tuyos aunque te apene la muerte y claro la justificación no me sirve.
    Dormid mis niños, metidos en esos cuerpos de hombres de metro noventa de anchos hombres y miradas cansadas. Hoy yo velaré vuestro sueño.

    ResponderEliminar
  5. La muerte nos acecha tras cualquier esquina, es nuestra compañera infatigable, no se cansa de provocarnos dolor, pero es también una compañera que hace que la vida merezca ser vivida.
    Hace tiempo que la muerte no me golpea, por lo tanto he de esperar que en cualquier momento lo haga con fuerza, porque nunca da tregua, nunca espera, hace lo que le conviene. Pero la muerte debe integrarse en nosotros, debemos compartir con ella lo mejor y lo peor de la vida, porque la muerte es nuestra, como la vida, y por eso avanzamos, corremos, somos.
    He visto muchos bomberos estos días, y les he aplaudido, y he sufrido con ellos porque son misa héroes, anónimos, como yo.

    ResponderEliminar
  6. Recibo una carta muy especial, en la que navego por el proceloso mar de las sensaciones. Pura contradicción, lejanía, cercanía, ilusión. Las fronteras de lo visible y lo invisible siguen siendo difíciles de establecer, por eso debo abrir los ojos para mirar más allá de mi propio culo.

    ResponderEliminar
  7. Siempre viene bien mirar más allá de nuestro propio culo, si no lo hacemos corremos el riesgo de que nuestro culo sea lo único que tengamos para mirar.
    ¡Qué suerte tienes de haber recibido una carta especial! Las cartas especiales proceden de personas especiales que existen en nuestras vidas, aunque muchas veces no vemos más allá de sus palabras escritas y estas no salen de un tintero con la vieja pluma, sino del corazón. Yo recibo bastantes, bueno, ahora en verano no, pero hace mucho tiempo que ninguna es especial.
    Siento pasar de puntillas por este espacio, no consigo hacerme a estas cosas de hoy en día. A pesar de ello, seguiré permaneciendo en la perpetua sombra que empieza a doler con fuerza.
    Felicidades por tu blog.

    ResponderEliminar
  8. El comentario del culo me gusta, pero, acaso, ¿hay algo más allá de nuestro culo?
    Las cartas siempre me han parecido tristes, no me gustan, pero sé que hacen felices a la gente. No te quejes anónimo, algunos hace años que no recibimos ninguna carta, simplemente nos conformamos con el talento de otros.
    Un abrazo y feliz verano.

    ResponderEliminar
  9. Hay días en que quisiera desaparecer, y desaparezco-

    ResponderEliminar
  10. Me sumo a tus deseos de desaparecer, yo más que desaparecer me subiría a la nube para poder verlo todo desde arriba, para tomar distancia ¿Os imagináis que eso fuera posible? Inicio un viaje tortuoso con maletas que se van a hacer y deshacer muchas veces.Me llevo a Irving y esa "mujer difícil" malditas traducciones de títulos.Me llamaron de la biblioteca en el último momento,"Diario de Invierno" si que estaba para mi, para mi viaje sin moverme. Esta tarde una extraña me ha mirado en una librería y me ha recomendado "El ángel impuro" de Mankell, no tenía cara de hacerlo a menudo, creo que lo leeré.
    Hoy me encuentro realmente "Al otro lado de la nube"

    ResponderEliminar
  11. Hoy se me acaban las vacaciones, ya no puedo desaparecer, a cambio entró aquí para distanciarme de todo. El trabajo no me agobia, lo hace lo cotidiano.

    ResponderEliminar
  12. Hace unos días descubrí las entradas de verano de este apartado. A veces tengo la sensación de que la comunicación, con todos sus avances tecnológicos, se sigue reduciendo a una botella con un mensaje dentro. La lanzas al mar y cruzas los dedos.¿Habrá llegado a su destino? ¿Quedó encallada en una carpeta de correo no deseado?¿Se perdió en un banco de otros mensajes? Me alivia comprobar que no fue así porque empezaba a no entender nada. Hace tiempo que me di cuenta que en ocasiones la línea recta no es el camino más corto entre dos puntos y esto también se aplica a las personas. Aquí tengo a Manolo, justo detrás de mí: respirándome en la nuca y observándome por encima del hombro, pero he decidido mantenerlo a raya. Por ahora, me decanto por un anodino anónimo.
    ¿Cómo es posible que lleves más de cien entradas? Los libros son una buena opción para protegerse de la gota fría y del resto de chaparrones y tormentas que la vida trae pero, por favor, no te olvides que la lluvia verdadera (que lo real) puede sentar igual de bien que un aluvión de letras. Enhorabuena de todos modos.
    Un beso.

    ResponderEliminar
  13. Lo real es ficcional en la misma medida que lo soñado. La literatura me mece y me ayda a superar la realidad que llevo con los ojos cerrados.
    Es cierto que hay mensajes que desaparecen, otros llegan tarde, han ido a una carpeta inadecuada, han pasado desapercibidos.
    Gracias por la enhorabuena, pero aun sigo desaparecido.

    ResponderEliminar
  14. Me hago viejo, seguro, perogrullada.
    Simultáneamente me piden que revise mis conceptos fundamentales. No voy con los tiempos, eso es cierto, ni con los de antes ni con los de ahora. Ser yo implica ficcionarme, ser el otro parece que implica ser real.
    De todos modos sigo respirando, sintiendo el aire, el mar, sigo descubriendo el olor a flores del despacho, recordando, imaginando. Si bien muero cada día, resucito con la misma fuerza, me aventuro en mis laberintos, en mis contradicciones, pero es cierto que me hago viejo, que hay muchas cosas que no me gustan, que me resultan insípidas. Igual la pérdida de sabor es una consecuencia de la claridad mental, por lo tanto de la edad, o no, igual no van unidas, tampoco importa, porque otras cosas sí queme siguen entusiasmando, sigo sorprendiéndome, sigo mirando con los ojos abiertos. Hablo menos. Aprecio más el silencio. Adoro la soledad de la lectura.
    Soy yo, eso lo sé, a veces me reencuentro con una cara que no envejece en mi espejo, pienso que debo ser yo, porque reconozco gestos, facciones, colores, aunque sin serlo.
    Ayer fue mi cumpleaños, feliz cumpleaños, gracias, enhorabuena por saberte vivo, furtivo, sensible, aunque me haga viejo.

    ResponderEliminar
  15. Hola, hola bloguer@s(me sumo a tu rebeldía) con el uso de la @, el lenguaje está a mi servicio y efectivamente tomo de él lo que me resulta útil y me ayuda a expresarme con mayor precisión, que de eso se trata.
    Hoy es el cumpleaños de un familiar al que aprecio mucho, como en mi familia(salvando a mi padre) no abunda el amor por la palabra, cuando el cumpleañero hace cuatro o cinco meses dijo en reunión que había escuchado por la radio una poesía de Benedetti que le había emocionado, corrí a procesarlo y guardarlo para un día como hoy en que no se espera que alguien se la haya buscado e impreso para que se la guarde, se la lea o se la ponga pegada con un imán en la nevera.
    La poesía en cuestión no me parece de lo mejor que tiene Benedetti, más bien me parece una horterada pero eso no es lo importante, me pongo en el lugar del otro, en este caso de la cumplañera y entiendo que le llamara la atención, vive el inicio de su madurez, bueno, qué coño, sin paños calientes, vive el inicio de su vejez y a su alrededor hay amigos de su edad que están enfermos y otros que ya no están, por eso entiendo que se le arrugara un poco el estómago cuando la oyó por la radio.
    Aquí os la dejo.Igual esta tarde cuando nos reunamos la lee en voz alta y nos regala un momento de palabra mantenida, que tanta falta hace en estos tiempos.
    Feliz Año bloguer@s.

    No te rindas, aún estás a tiempo

    De alcanzar y comenzar de nuevo,

    Aceptar tus sombras,

    Enterrar tus miedos,

    Liberar el lastre,

    Retomar el vuelo.

    No te rindas que la vida es eso,

    Continuar el viaje,

    Perseguir tus sueños,

    Destrabar el tiempo,

    Correr los escombros,

    Y destapar el cielo.

    No te rindas, por favor no cedas,

    Aunque el frío queme,

    Aunque el miedo muerda,

    Aunque el sol se esconda,

    Y se calle el viento,

    Aún hay fuego en tu alma

    Aún hay vida en tus sueños.

    Porque la vida es tuya y tuyo también el deseo

    Porque lo has querido y porque te quiero

    Porque existe el vino y el amor, es cierto.

    Porque no hay heridas que no cure el tiempo.

    Abrir las puertas,

    Quitar los cerrojos,

    Abandonar las murallas que te protegieron,

    Vivir la vida y aceptar el reto,

    Recuperar la risa,

    Ensayar un canto,

    Bajar la guardia y extender las manos

    Desplegar las alas

    E intentar de nuevo,

    Celebrar la vida y retomar los cielos.

    No te rindas, por favor no cedas,

    Aunque el frío queme,

    Aunque el miedo muerda,

    Aunque el sol se ponga y se calle el viento,

    Aún hay fuego en tu alma,

    Aún hay vida en tus sueños

    Porque cada día es un comienzo nuevo,

    Porque esta es la hora y el mejor momento.

    Porque no estás solo, porque yo te quiero.


    Mario Benedetti
    No te rindas


    ResponderEliminar
  16. Ayer salí con prisas al cumpleaños, con mis mocosas colgadas del cuello y dos mocosas más que llevaba acopladas en forma de sobrinas, entre tanta prisa, tanta niña y tanto paquete se me cayó el sobre con la poesía por la calle y nunca llegó a su destinatario, claro, se lo debo y se lo haré llegar pero me he levantado pensando adónde habrá ido a parar el sobre, en que manos habrá caído. Claro, si tú te encuentras un sobre en el que pone FELICIDADES, lo abres, soñando con que alguien ha perdido sus estrenas, sus billetes anónimos, sin nombre y te encuentras ¿palabras? y crees que están destinadas, que son para tí, o no, o lo rompes decepcionado porque no es más que una poesía cursi que no identificas, no sé, yo le doy vueltas a estas cosas y las dejo por aquí, claro ¿A quién se lo voy a contar si no esta mañana?.

    ResponderEliminar
  17. Yo no me he encontrado ningún sobre, por eso dejo que los libros me encuentren a mí.
    El poema no me parece hortera, respeto de modo absoluto el genio creador, el dolor, el intento de explicarse con palabras.
    Ayer cené con mis amigos del colegio, los miraba y permanecía en silencio, los escuchaba. En ello, tal vez, no había poesía, pero me hacía recordar la adolescencia y la infancia. Cuando los miraba veía a los niños que han jugado conmigo desde el año 74, creo, y sentía algo parecido a una felicidad silenciosa e íntima.
    Hablo poco, me comunico menos, soy un autista social, mi poesía estuvo encerrada en cada una de las palabras que escuché. Por eso las palabras encierran verdades insospechadas, pero los silencios también.

    ResponderEliminar
  18. Bien, tendré que acabar de contaros la historia del sobre con la poesía de marras,el sobre apareció, se me había caído en el portal de casa, algún vecino lo había abierto y tras mirar el contenido, no se llevó nada( le decepcionaría no encontrar dinero, o un décimo premiado del sorteo de navidad, quién sabe, cada uno que imagine lo que quiera.)Hice el regalo, un día después de lo previsto.
    La noche del 31, la anfitriona, cocinera o "pringada" era la destinataria del sobre y nosotros eramos 22 adultos, 12 niños y el perro de los co.... como no. Llegué ya hiperventilando, no soy lo que se dice la "Reina de la Fiesta" vamos,que me hubiera quedado en casa con un buen libro y sin tener que subirme a unos tacones sin ningún problema.

    En la mesa de adultos, entre el plato sopero y el llano de cada uno de los comensales estaba la poesía dulcemente doblada. Cada día observo más y digo menos, con lo que pasé un buen rato disfrutando de las reacciones de los presentes, unas la metían en sus bolsos para leerla después o tirarla después, en fin casi nadie la leyó con el ajetreo de las viandas.
    Me quedé con la mirada del único que se detuvo a leerla, su mujer está enferma, tanto, que el año que viene igual ya no cena con nosotros, para él no hay elección porque ya ha elegido, me temo que su mirada decía "Yo ya me he rendido"
    No se cómo pero siempre acabo hablando de muerte en este espacio, será porque la vida es eso, morir un poco cada día.

    Feliz Año Blogueros.
    Un beso muy fuerte

    ResponderEliminar
  19. A mí también me han enviado un poema este año nuevo, ha sido mi compañero Paco, y es de uno de mis poemas favoritos, Luís Cernuda, aquí os lo dejo.

    Y sin embargo, yo les voy a pedir que sean felices.

    Que busquen en su interior la llama de una ilusión pequeña,

    pero tenaz, y la alimenten con mimo durante los 365 días que nos esperan.

    Que se cuiden, y cuiden a los que tienen cerca.

    Que sonrían a los adultos, que les hagan cosquillas a los niños.

    Que canten viejas coplas, alegres o nostálgicas, y

    bailen agarrados,
    que se besen mucho, todo lo que puedan, y se esmeren en cocinar platos
    sabrosos, barrocos, para disfrutarlos juntos en mesas vestidas con
    manteles blancos.

    Que aprovechen las mañanas de sol y las tardes de lluvia.
    Que se muestren orgullosos de su amor. Que lo derrochen.


    La amargura nos hará débiles.

    La indiferencia, la desesperanza, la desunión
    de las víctimas, fortalece siempre a los culpables.

    No lo consientan.
    No les dejen entrar en su casa, emborronar sus paredes, secar sus
    macetas, acechar el sueño de sus hijos.

    Sean fuertes, por favor, y sean
    felices.
    Porque la felicidad es la mejor manera de resistir

    ResponderEliminar
  20. Veis, este no me parece hortera.Dale las gracias a Paco de mi parte.
    ¿Ves que fácil es regalar algo bueno como las palabras hermosas?

    He empezado el año dejando descansar el e book.Leo a Maria Dueñas, me meto en su aventura, acabo de empezar, me gusta.Pienso en la Maria mujer, en la que cambia su vida, o no, escribiendo una novela sin saber que se vendería a docenas en las grandes superficies,la veo anónima impartiendo sus clases y pienso en los sueños, y en perseguirlos sin descanso, a veces soy yo la que abandono mis sueños, no ellos a mi, me harto de soñar siempre lo mismo, caigo en el descrédito, me hago vieja con mis sueños repetidos, a veces no, a veces me parecen nuevos una mañana tras otra.
    Como me gusta el adverbio "A veces".
    Besos para tod@s

    ResponderEliminar
  21. "Yo tenía una casa en África"

    Juanjo Millás en su novela hacía referencia a este comienzo evocador, a esta buena manera de comenzar un libro. Yo he repetido la frase en mi cabeza una y otra vez mientras leía " El tiempo entre costuras"

    Mi familia tuvo una casa en África, en el Sáhara. Mi abuela era una de esas mujeres de militares españoles( ya acabada la guerra, en los 50) que confeccionaba sus trajes en la modista, que tenía una casa con patio, aljibe y gallinas sueltas. En mi casa aún se sabe cocinar el tajín.

    Esta semana he tenido una conversación con mi tío, de esas que no se tienen todos los días, le pedí que hiciera memoria de su vida y en África y se acordaba y tanto que se acordaba, no me gusta que se pierdan estas cosas.

    Me ha gustado el libro, el ritmo de los acontecimientos y el paso de un escenario a otro tienen un ritmo perfecto para mi gusto(me agobian mucho esas novelas de 600 pág en las que el cambio de escenarios y el paso del tiempo es tan rápido que pierden verosimilitud, y si ya lo unes a que normalmente vienen aderezadas con un número de personajes que aparecen como de la nada, imposibles de manejar, de hacerlos tuyos, es la leche, en fin que cuando acabo no sé lo que he leído).

    Entrañable para mi el personaje y muy instructiva la pincelada que da de la historia de un tiempo para los la vemos lejana.

    Besos para tod@s


    ResponderEliminar
  22. Cuánto, cuantísimo echaba en falta participar aquí. Confieso que llevo meses intentando quitarme, pero sólo he conseguido acabar con un mono de caballo perjudicial para mi salud.
    Como siempre me ocurre, no tengo ni pajolera de la entrada de turno, ni de la anterior-ni de la anterior-ni de la anterior, pero gracias a la vida digital me he leído un artículo sorprendente en otro blog que me ha animado a escribir. Creo, sinceramente, que este espacio es expansivo y radial así que instintivamente publico aquí, porque en los centros escolares se estudia el razonamiento matemático, la velocidad lectora, la comprensión textual, la altura en los saltos y la velocidad en las carreras. La intuición cae en el terreno de lo inaprensible, de lo evanescente y de lo subjetivo. Supongo que es su propio carácter lo que le impide ser evaluada, cuantificada y reducida a un conjunto de tablas y gráficos. Pero eso no quiere decir que no exista, algo que llegué a creer. He pasado por un cruce de caminos. El primero, el de la intuición, me conducía a una persona excepcional, a la que va a hacer 4 años que no veo. El segundo, el de la razón, me llevó al amor de vida que va a cumplir 4 meses. Uno y otro discurren en paralelo sin tocarse, aunque personalmente están unidos por un vínculo increíble y excepcional. Supongo que por una vez en la vida estaba en un punto tal en el que circulase por uno o por otro salía ganando, aunque cierto es que el camino de la intuición sólo se materializó cuando le di la espalda, cuando ya pensaba que no existía. Debería haber aprendido de mi madre, de quien he heredado muchas cosas. Es tan intuitiva que se aterra de ella misma y se cierra en banda de lo que claramente es un don natural. Cuando la veo ensimismada y dice “viene un nublao”, me echo a temblar. Parece un labriego antiguo de los que, plantado ante un horizonte raso, vaticina la tormenta horas antes de que se produzca. No sé hasta dónde habría llegado si no le hubieran enseñado a no creer en lo no mesurable. De todo esto he aprendido que el sendero de la intuición no puede ser recorrido con los ojos de la razón. Que la intuición es un salto de fe y que nunca falla; así que sí, como bien dices, la realidad se ve mejor con los ojos cerrados.
    Saludos a Laura, esté donde esté.

    ResponderEliminar
  23. ¿Cuánto tiempo puedo esperar para contestar una carta llena de ternura, emoción y sentido? No lo sé, pero sí que sé que no lo pienso hacer de manera precipitada.
    Las ausencias tienen algo de mágico, porque en ellas el tiempo no se mide con un reloj, sino con el devenir de los acontecimientos personales, con un tic tac que sale de las entrañas.
    Espero encontrarme para poder escribir con calma.

    ResponderEliminar
  24. En pie con el puño en alto2 de octubre de 2013, 13:58

    Siguiendo una huella digital me reencontré hace unos días con Laura en una entrada de verano que no termino de ubicar. Al decidir contestar en este espacio alternativo me he sorprendido con la entrada anterior, que agradezco. La leo tres meses más tarde de ser escrita (¡bien!), supongo que porque no esperaba ninguna réplica. Laura se dirigía a Manolo, aunque este personaje ha quedado bastante lejos. Como me caía tremendamente gordo, no me da pena dejarle atrás. Acertaste, Laura, en mi preferencia por los felinos pero como tantas otras cosas de mi vida, han quedado en un segundo plano. Ello no quita a que aspire a recuperarlos… aunque no sé muy bien cuándo. Mientras tanto, intento no acostumbrarme a realidades que voy descubriendo: ayer me encontré con dos chavales de 12 años que no sabían leer. No es que no se enterasen; es que desconocían las letras. No silabeaban ni respetaban la linealidad de las oraciones. Y sí: habían estados escolarizados, eran del “país” y no tenían ningún tipo de desorden. Quiero decir que no se podían emplear las justificaciones habituales para explicar el estropicio. Cuando observo esto no sé qué hago aquí: escribo debajo del gran castaño de indias que preside el claustro, pero lo que veo es una pradera urbana justo en la línea fronteriza. La mañana va pasando y siento que no sé dónde apuntar porque desconozco quién es mi enemigo, si lo tengo delante o detrás, ni cuáles son mis armas.
    Al autor del blog le digo que ojalá escriba, pero no para contestar a nada, sino para ver qué pasa por su vida. Para atisbar a ese otro que no es él sin dejar de serlo.
    Ojalá escriba pero, por favor, no por aquí.A veces soy John Dunbar, pero siempre soy

    ResponderEliminar
  25. LOS PREMIOS LITERARIOS

    Pues siguiendo con el tema que nos ocupa....yo también rumiaba el otro día el tema de los premios. Leí la concesión del Nobel a la viejita entrañable y me entró una especie de ansiedad que me entra por conocer, por abarcar, aunque por suerte es momentánea. Saco una foto con el móvil a la página del semanal donde se reseña a la escritora y la guardo en una carpeta que tengo que se llama "libros que no tengo" para "algún día"y luego se me pasa.
    Claro, no contaba yo con que fallaban el Planeta esta semana y la noche de la ceremonia, me puse a darle vueltas al como funciona esto de los premios.... Me meto en internet y busco las bases del premio: dos copias, una puede ser con seudónimo, otra con datos personales en el sobre, claro, si sales nominado te tienen que llamar, me digo. Sigo dándole vueltas... 400 candidaturas...pocos miembros en el jurado y muchos finalistas consagrados, otros finalistas no consagrados pero....¿es en términos de estadística una proporción posible? ¿Cómo funciona el tema? Empiezo a plantearle mis dudas a mi compañero de piso que me mira como si comenzara a demenciarme. Me desvelo, como si me fuera la vida en esperar el fallo, chica, que me conecto y todo a la página de RTVE desde la cama para ver si viendo un tozo de la ceremonia en directo los pillo en un renuncio. En fin, igual mi compañero de piso tiene razón y comienzo a demenciarme. A la mañana siguiente me enchufo a la radio para enterarme de quien ha sido la ganadora( femenina era la apuesta) me esperaba algo más de mi reacción, me quedo igual. Será que los premios después de todo no tienen tanta importancia ¿o si?

    ResponderEliminar
  26. Sigo......Buen post el de Espronceda. Si fuera docente me lo llevaría a mi aula pero... como no, me conformo con leerlo desde la mesa del despacho entre bocado y bocado

    ResponderEliminar
  27. Las nubes como espacio infinito de encuentro, como metáfora del contenido de un poema. En las nubes me mezo junto a vosotras preguntándome qué hay en mi vida, qué quieren de mi vida, qué desean de mi palabra. Las nubes. Las nubes disformes, con un olor a azúcar que recuerda otros tiempos, otras hazañas que no son estas, crepusculares, en una juventud eterna que no nos deja saber quiénes somos en realidad. Tus palabras, mis palabras, sus palabras, el deseo que se rehace en un sinfín de infinitas combinaciones, en cosas que no decimos y en otras que manifestamos como anhelos dolientes. Ahora tenemos hijos, todos, ¿no? hijos con nombres, certezas que nos acompañan en nuestra visión, en nuestro asombro ante todo lo que es y lo que no es. Ahora somos, nos vemos aquí esperando una palabra para nosotros, un verso que nos pregunte por quiénes podemos llegar a ser.
    Ahora escribo todos los días, el blog es un arma de destrucción masiva porque me recuerda lo que he vivido en mi desmemoria sin remedio, ahora vivo y deambulo con ojos de vagabundo un mundo que entiendo en su engaño infinito,.Foster Wallace lo llama la broma infinita, y es posible, es posible que nuestra angustia, nuestra alegría, nuestro ser sea una broma infinita, una mentira tan cierta que nos despierta por las mañanas o nos invita a escribir en este blog. No me olvido de vosotras, vosotras tampoco de mí, y eso no deja de hacerme, de construirme en lo que veo en el espejo, reflejo de palabras, deseos y acciones.

    ResponderEliminar
  28. Yo tengo un ferretero metido a librero
    Hace ya unos meses, en la ferretería de mi barrio apareció una cestita de mimbre con un cartelito que decía: " Trae uno. Lleva uno".
    Mis ferretero es un argentino que en otra vida fue una cosa y en esta última es ferretero y a juzgar por cómo ha colgado los enganches del cestillo en cuestión ( véase la foto que mi más fiel colaborador colgará en el blog en cuanto yo se lo pida ¿verdad?) se dedica a la ferretería porque es el primer negocio que pilló por traspaso. Mi ferretero, deduzco, lee mucho, habla bien, muy bien para ser ferretero quería no decir, con lo que,según mi teoría infalible, si lees, hablas mejor.
    Observo el cestillo a diario con mucha curiosidad y me encantaría entrar y preguntarle pero no puedo, porque soy seria, muy seria y yo me lo pierdo.
    En el cestillo, generalmente hay basura aunque a veces me sorprendo. El otro día en primera fila del cestillo apareció "Las contradicciones" de Jonathan Franzen.
    ¿Hay lectores generosos? ¿Nos deshacemos de lo que nos estorba? Cambiaría alguno pero ¿y si no está compensado el cambio? ¿podemos hablar de más valor?
    Me tiene en un come come el cestillo ese....acabo de pasar por la puerta del ferretero y he estado tentada de dejar la desafortunada novela de Pérez Reverte con todos sus grafiteros dentro, la llevo en el bolso, la terminé esta mañana puffff!!!!
    Ayer me cayó libro y dos rosas, agradecí el libro, a priori González-Sinde no está entre mis urgencias pero el que regala, regala lo que le da la gana y me parece cojonudo.
    La segunda rosa me la regaló mi suegro y me entraron ganas de decirle que se la metiera por el culo, cosas de familia no hay más que una.....
    Nos vemos, entre libros, claro.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Intento buscar fotos que poner aquí, pero no sé cómo hacerlo. Las fotos, como los libros, vienen a nosotros cuando lo creen conveniente.

      Eliminar
  29. Ir a la biblioteca siempre es una sorpresa, porque entro con una idea y salgo con un libro distinto, a veces ( por no decir casi siempre) el libro que busco está prestado o aún no está entre las novedades y me llevo otro que no tenía en mente.
    Hoy leo a Alvaró Pombo " La fortuna de Matilda Turpin". Me gustó su " Temblor del héroe" pero me dejó con ganas de saborear a un autor que intuyo magnífico detrás de ese último libro. Acierto. A las 20 páginas me tiene absolutamente seducida, disfrutando de la historia que aun adivino y de cómo escribe de bien.
    El anterior lector del libro prestado tiene el detalle de añadir a lápiz con una meticulosa y cuidada letra de pulga en los márgenes del libro, la definición de palabras que no entiende, lo cual agradezco porque yo tampoco las entendería sin su ayuda. En varias ocasiones añade: Nota de un lector ( esta palabra no existe)
    Y efectivamente, esa palabra no existe pero habría que inventarla. Me gustan esas licencias, me gusta que a veces el diccionario se quede pequeño, es buena señal.
    El otro día me paré en la calle a mirar un eslogan publicitario, era un anuncio de la lotería primitiva o algo así que hablaba de soñar a lo grande y ese tipo de ideas que se repiten cuando hablamos de premios millonarios. La foto del anuncio presentaba una escalera magnífica y decía así: " Una mansión con sus gastos mansionizantes"
    Me encantó esa palabra: mansionizante. Toda la atención del consumidor quedaba atrapada en esa última palabra.

    ResponderEliminar
  30. - Mi madre dice que leer es pensar -dijo Sofía-. No es que leemos y luego pensamos algo y lo que leemos en un libro que parece escrito por nosotros pero que no ha sido escrito por nosotros, sino que alguien en otro país, en otro lugar, en el pasado, lo ha escrito como un pensamiento todavía no pensado, hasta que por azar, siempre por azar, descubrimos el libro donde está claramente expresado lo que había estado, confusamente, nopensado aún por nosotros,No todos los libros, desde luego, sino ciertos libros que parecen objetos de nuestro pensamiento y nos estaba destinado. Un libro para cada uno de nosotros. Hace falta, para encontrarlo, una serie de acontecimientos encadenados accidentalmente para que al final uno vea la luz que, sin saber, está buscando.
    Ricardo Piglia

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Gracias Jaume.
      Curioso: Ayer en el espacio de una hora topé con dos portadas idénticas, el señor mayor del autobús leía esa novela, la quiosquera de mi calle, sentada en la puerta, leía la misma novela. Yo la tengo en mi lista, aún no me he topado con ella, premio nacional de literatura, mar y litoral amado.Desde la marjal imaginaria te espero, Chirbes.

      Eliminar
    2. -¿A qué se dedica usted en la vida?- preguntó el profesor.
      -Aprendo cosas dijo Colin-. Y amo a Chloé.
      " La Espuma de los días" Boris Vian
      ( 7.15 h camino del trabajo)

      Eliminar
  31. -El tiempo pasa, pero no por las ausencias.

    ResponderEliminar

Debido a algún comentario improcedente que no respeta ni al autor del blog ni a los participantes del mismo, me veo obligado a moderar los comentarios. Disculpa las molestias.