La literatura política es un género que no suelo abordar a pesar de mi formación. Eso no significa que no me interese, simplemente prefiero la ficción. Para que una obra sea parte de la literatura política no solo ha de tener literatura en alguno de sus modos, necesita subjetividad, eso seguro, además ha de tener un contenido analítico que va más allá de lo meramente ficcional. Hay modos y maneras, algunos van dirigidos hacia un tipo de literatura didáctica que sirve para aleccionar, enseñar; otra literatura es más cercana al ensayo; otra a la crónica histórica más o menos seria. A mí me gusta el género cuando aporta algo, cuando te da perspectiva sobre un fenómeno y ayuda al análisis propio para eventos que acontecen o han acontecido. Es complejo el mundo, hoy infinitamente más, mucha información, dificultad para procesarla, inteligencia artificial, noticias falsas, dificultad de contraste, estudios sesgados. Sin embargo, hay obras que suscitan el interés y ayudan a ver el mundo con más perspectiva. Precisamente el punto de vista es lo importante.