Vaya, me doy cuenta de que llego a las 100 entradas, sí, cien, cien libros leídos, cien libros que guardo para mi memoria particular en este blog en que no pretendo guiar a nadie en sus lecturas, porque las lecturas son un acto íntimo, personal, absoluto, un acto que parte de nuestra inteligencia para nuestra inteligencia. Ya sabéis que yo no pontifico, que ni siquiera intento imponer un gusto u otro, solo quiero que sepáis cuánto me gusta leer, y lo feliz que me ha hecho en mi vida, porque, como he dicho en alguna ocasión, ¿qué vida es más real, la vivida o la leída?
¿Por qué elijo a Pascual? Elijo esta entrada en particular porque es la única que he hecho de un amigo, porque me permitió hacerle el prólogo a su poemario, porque me gustó el libro, y porque creo que la poesía es fundamental en nuestra vida. No estamos acostumbrados a leer poesía, nos parece, al lector moderno, me refiero, un ejercicio intelectual para gente rara. No os digo que no sea así, sin embargo en la poesía se encierra mucha de la verdad del ser humano.
Así que os dejo el prólogo que le hice para que lo conozcáis. a mí me gustó mucho.
Así que os dejo el prólogo que le hice para que lo conozcáis. a mí me gustó mucho.
La poesía sublima el pensamiento interior para convertirlo en voz potente, en alarido feroz. El poeta quiere salir de sí para verterse en las palabras. Pascual Casañ, con este poemario, grita con versos su alma, sus miedos, sus deseos; transita como un navegante experto por los universos que preocupan al ser humano para hacerlo contradictorio y maravilloso.
Su tono
es íntimo, cercano a la reflexión vital en Entre
líneas o en Un muro de tristeza;
anclado en el puerto del recuerdo y la añoranza en Abuelo, donde se rememora a sí mismo a través de la figura del abuelo;
reflexiona sobre el paso del tiempo con una fuerza abrumadora en A estas alturas de la vida, o en Invierno del 75, donde nos muestra la
realidad de los afectos. Si todo esto puede ser cierto, eso espero, no menos
cierto es su sentimiento amoroso, su pasión cotidiana, real, cierta, su deseo
limpio y sincero. En Tú estás ahí se
desborda en un amor claro, intenso, inmenso, con la sinceridad que sale de las
entrañas de la cotidianeidad y que golpea con la fuerza arrebatada de su voz,
así el enamoramiento no es un tópico sino una realidad sin concesiones. Pero el
amor sigue ahí, en No sé si…, La vida que nos robaron, donde el tiempo
y la añoranza hacen acto de presencia para recobrar la intensidad del deseo.
Poemario
potente, reposado, pero, al mismo tiempo intenso y doloroso. Aquí se pueden
encontrar todos los ingredientes para hacer de su lectura, un momento de
encuentro con uno mismo.
El poemario Entre líneas, galardonado con el XVI Premio de Poesía “Aurelio Guirao” es un mosaico de poemas que recoge vivencias, sentimientos y emociones del poeta experimentados en diversos momentos de su vida.