27 agosto 2025

La cripta de invierno, The Winter Vault, Anne Michaels

En este blog he escrito mucho sobre el superventas (no me gusta la palabra, prefiero bestseller, ya que se aplica en exclusiva a la literatura, no a la música u otros formatos de ocio como los videojuegos). Este tipo de literatura tiene sus códigos y el hecho de conocerlos nos ayuda a identificarla. Su pretensión no es necesariamente literaria, aunque podemos encontrarnos con obras bien escritas, con cierta vocación estética, con literaturidad, claro, pero no es su finalidad. Otro tema es que el autor crea que hace literatura, entendida como obra artística. Sería parecido a lo que pasa con el cine, no es lo mismo El séptimo sello, evidentemente, que Resacón en las Vegas; cada una de esas películas tiene un fin diferente: ambas son películas, una es arte, la otra parte de la industria del entretenimiento, pues eso pasa con este tipo de obras.

Las características, para que podáis identificarlas, serían: Estructura narrativa clara y ágil, donde la trama tenga un gancho inicial (incidente incitador); ritmo dinámico: alternancia de tensión y alivio; clímax potente y desenlace satisfactorio. Personajes carismáticos y reconocibles donde el protagonista tenga motivaciones claras y deseos universales; el antagonista o el conflicto estén bien definidos; arcos de evolución (crecimiento o declive). Los temas han de ser universales y actuales, como el amor, la venganza, la redención, la lucha interna;  una reflexión social o moral que invite al debate; y una conexión con tendencias culturales o zeitgeist. El estilo es accesible y envolvente con un lenguaje claro, cercano, con guiños de originalidad; las descripciones justas: suficientes, pero sin pausas extensas; los diálogos creíbles, ágiles y reveladores. Ha de tener un gancho emocional y empatía que genere identificación con los personajes, que posea puntos de tensión que mantengan la curiosidad y momentos emotivos (sorpresa, miedo, risa, tristeza). El formato y presentación atractiva con un título pegadizo y evocador, un diseño de cubierta profesional y diferenciador, además de una sinopsis concisa que enganche desde la contraportada. Debe contar, además, con una estrategia de marketing y distribución que implique campañas en redes sociales y reseñas tempranas; colaboraciones con influencers/blogueros literarios; edición digital y/o audiolibro para ampliar público.

Las obras deben ser diseñadas para la venta, por ello es fundamental la segmentación y conocimiento del público objetivo, sabiendo distinguir la identificación de nichos: juvenil, adulto contemporáneo, thriller, romance… Además, será capaz de una adaptación del tono y nivel de complejidad al lector tipo. Conocerá, evidentemente, los canales de venta adecuados (librerías físicas, online, clubes de lectura). Otro factor para tener en cuenta son las recomendaciones y boca-oreja, mediante reseñas positivas en medios especializados; premios literarios o nominaciones; fomento de debates en clubes de lectura y foros. Como elementos de valor añadido puede contener mapas, ilustraciones, apéndices o contenido extra; frases o citas destacables para redes (“quoteability”); y posibilidad de adaptación a otros formatos (cine, series, cómic), que acaba de hacer el producto redondo.

Este libro se acoge a muchas de estas características, sin embargo, observo que la autora quiere ir más allá, no solo engancha al lector con la trama aparentemente principal del traslado del templo de Abu Simbel, sino que, además, añade el valor añadido de los judíos polacos en la Segunda Guerra Mundial y la búsqueda del amor a través de un viaje personal. Tiene logros, cierto, pero es un superventas, aunque la autora sea una poetisa reconocida. A mí me ha entretenido, la verdad.

El libro trascurre lentamente, con cierta cadencia, parecido a su primera parte en el Nilo. No hay sobresaltos argumentales, no busca antagonistas, trabaja la trama con calma, también la estructura del lenguaje. No esperamos una literatura con mayúsculas, pero al menos descansamos de esa escritura infantil e inane que se impone en las ventas de libros.

 

El mercado parecía una sola conciencia, un cuerpo de recuerdos, perseguido por la traición asesina y el triste sino, por la soledad inconsolable, vidas enteras arrasadas por un único error; y también pesares más suaves, nostálgicos, elegíacos. Se paraba con la gorra de punto de una niña en la mano, o con una chaqueta utilizada durante muchos años por un hombre que, imaginaba Jean, debió de pasar muchas horas sentado con los codos apoyados en la mesa, bebiendo solo, o con un broche muy recargado, tan pesado que podría rasgar la seda de una blusa, regalado por un prometido o heredado de una tía, encontrado den una cesta repleta de recuerdos semejantes. Se sentía abatida por la pérdida anónima, por la penuria o la muerte que tuvieron que traer a un puesto de Wadi Halfa este peine de marfil o este reloj grabado con las palabras de tu padre que te quiere; y abatida también por los recuerdos que imaginaba pesaban sobre estos objetos, por la tristeza de las cosas. A veces Jean compraba algo solo por rescatarlo de lo que sentía como la dolorosa apatía de su entorno, en aquel mercado donde los clientes preferían no conoces la historia del objeto.

 

En Alfaguara.

 

Colección Literaturas

Páginas 328

Traductor María Eva Cruz García

Target de edad Adultos

Tipo de encuadernación eBook multimedia

Idioma ES

Fecha de publicación 03-04-2025

Autor Anne Michaels

Editorial ALFAGUARA

Dimensiones 150mm x 239mm

Referencia 9788410496866

Nos convertimos en nosotros mismos cuando algo nos es concedido o cuando algo nos es arrebatado

Egipto, 1964. El gran templo de Abu Simbel ha de ser rescatado de la crecida de las aguas causada por la nueva presa de Asuán. Bloque a bloque será desmantelado para luego resucitar en un terreno a mayor altura. Dirigiendo este proyecto está Avery Escher, un joven ingeniero que acaba de llegar con su esposa.

Por la noche, al acostarse en su casa flotante sobre el Nilo, Jean y Avery se trasladan al pasado -Avery a su niñez en Inglaterra durante la segunda guerra mundial, y Jean a su infancia en Canadá, cuando viajaba por la orilla del río Sr. Lawrence con su padre.

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