La música del azar, Paul Auster

Las impresiones que uno tiene cuando lee, en ocasiones, se hacen tópicos difíciles de erradicar. Yo, por ejemplo, creo que la literatura norteamericana tiene algo de inevitable en sus desenlaces, como si el destino configurara las acciones de los personajes, y no se dejara nada al azar. Así, la predestinación se convierte en un fin en sí mismo, y la libertad no deja de ser un anhelo metafísico.

Es posible que sea así o no, de hecho importa poco, porque los personajes, de una manera u otra, se ven sometidos a los deseos del escritor, que maltrata su libertad de una manera sistemática.

Paul Auster recrea en este libro el ambiente hostil de la libertad, la falta de perspectivas, recreando con una gran parábola, el mito de la libertad y del destino. La trama es sencilla, Nashe, nuestro personaje, bombero de profesión, divorciado, padre ajeno a la paternidad, hereda una cantidad importante de dinero, el azar, y comienza un viaje iniciático de autoconocimiento que, paradójicamente, lo va  acercando a su destino, a lo irremediable, a lo fatídico de toda existencia. Es port anto ese supuesto azar, un simple encuentro del personaje con su ficción, es decir, con lo que ha sido escrito para él. El viaje me recuerda a En la Carretera de Kerouac, por lo iniciático e importante del coche, los caminos sin fin, los pueblos, la reflexión del destino como propio destino, aunque no.

Así en uno de sus últimos viajes, cuando casi no le queda dinero, se encuentra con otra baza del azar,Pozzi, que lo hará encontrarse ante un destino esculpido en una maqueta que lo abarca todo y que lo llevará directamente a una cárcel infinita e inusitada, una cárcel grandiosa, en la que tendrán que construir un muro con las antiguas piedras de un castillo británico. El muro se configura como objeto del destino, como penitencia, como principio y fin de su existencia, como medio para conocerse, y herramienta para liberarse de sí mismo. En la construcción de ese muro infinito, Nashe encontrará la paz dentro del odio, de la rabia de una existencia sin destino, pero avocada a finalizar entre sus barrotes sin barrotes. 

La música es otro de los elementos destacables de la novela, la música clásica acompaña a Nashe en el viaje, e intenta dar forma a las acciones que van deviniendo inevitables.

Novela extraordinaria que aborda el universo Auster con una precisión y maestría dignas de este extraordinario escritor. El libro lo tenéis en Anagrama, y aquí os dejo su sinopsis:

Cuando Jim Nashe es abandonado por su mujer, se lanza a la vida errante. Antes ha recibido una inesperada herencia de un padre que nunca conoció y que le permitirá vagabundear por América en un Saab rojo, el mejor coche que nunca tuvo. Nashe va de motel en motel, goza de la velocidad, vive en una soledad casi completa y experimenta la gozosa y desgarradora seducción del desarraigo absoluto. Tras un año de esta vida, y cuando apenas le quedan diez mil dólares de la herencia, conoce a Jack Pozzi, un jovencísimo jugador profesional de póquer. Los dos hombres entablan una peculiar relación y Jim Nashe se constituye en el socio capitalista de Pozzi. Una sola sesión de póquer podría hacerles ricos. Sus contrincantes serán Flower y Stone, dos curiosos millonarios que han ganado una fabulosa fortuna jugando a la lotería y viven juntos como dos modernos Bouvard y Pecuchet. A partir de aquí, la novela abandona el territorio de la «novela de la carretera» americana, y se interna en el dominio de la literatura gótica, entre Kafka y Beckett. Nashe y Pozzi penetran en un ámbito sutilmente terrorífico, y la morada de los millonarios se convertirá en una peculiar prisión,