Vuelvo a un blog que tenía algo abandonado, y lo hago con fuerza, con la fuerza de una mujer que reflexiona sin apasionamientos sobre un viaje a Grecia. Esta temporada, de eso quería hablar, me he propuesto leer varias series, trilogías y conjuntos novelescos varios que me parecen interesantes a priori. Edna O'Brien, Chicas del campo, la propia Cusk, con su serie Outline; avanzar con Knausgard; quiero leerme el segundo tomo de Pinilla, acabar con Virgine Despentes y, cómo no, leer la nueva entrega de Donna Leon, Camilleri y algo de mi adorado Wallander (me quedan dos o tres novelas y me disciplino para leerlas cada dos años). Además en el momento que caiga en mis manos Houellebecq, Serotonina, lo leeré. Además me gustaría acabar la inmensa obra cuentística de John Cheever, algo de Hayashi, Pearlman o George Saunders; Neuman y abordar, ya va siendo hora, Hambre de Hamsun. Tengo alguna cosilla de Vuillard, Joy Williams o Bukowski pendiente. ¡Animaos a leerlos antes que yo!
cuando leía algo que despertaba mi admiración, me sentía cada vez menos inclinada a comentarlo. Lo que la experiencia propia me dictaba como cierto parecía no guardar ya relación alguna con el proceso de convencer a los demás. Yo ya no quería convencer a nadie de nada.
El libro que os traigo es el primero de su trilogía A contraluz, se llama igual, y, en resumen, nos cuenta la experiencia de una escritora sajona que va a Grecia a dar un curso sobre escritura creativa. Es un libro sencillo, muy sencillo, en el cual trabaja la perspectiva para acercarse a diferentes historias que adquieren una triple dimensión: la propia historia del viaje y los elementos que podemos intuir sobre lo dicho de la vida de la propia protagonista; en segundo lugar las historias que cuentan los personajes que interactúan con ella y que, de alguna manera, refocaliza para entender la realidad no de la trama ficcionada, sino de la historia real a través no solo de la intrahistoria, sino también de la duda sobre lo contado; y en tercer lugar tenemos las historias generadas, ficcionadas o no, por los alumnos de la escritora y que nos llevan a otros espacios diferentes.
-Lo que nos has descrito -dijo- es completamente subjetivo. La idea de que debemos amar a nuestros enemigos es, a todas luces, una ridiculez.
Desde la historia de un hombre de negocios griego compañero de viaje en avión, que nos acerca a su historia personalizada desde la perspectiva reconstruida del yo, con sus altibajos, "lo dejaremos para otra ocasión" y que, más tarde, protagoniza una historia real, efectiva con las excursiones que hacen ambos por el mar; al escritor que fue y deambula por Atenas instalado en un yoísmo insoportable; incluso un capítulo muy interesante en que el protagonismo lo adquiere el apartamento adquiriendo vida propia, "el apartamento de Clelia";
Solo yendo más allá de las fantasía que los demás construyen sobre sí mismos y sobre el otro, continuó Elena, podemos alcanzar un nivel de realidad en el que las cosas asumen su auténtico valor y son lo que parecían.
Todo ello, si nos fijamos, la novelista lo trabaja con la refocalización, piensa en ella, se acerca de manera difusa a los hechos, la realidad la presenta de una manera multiforme e interpretada no solo por el interlocutor sino por ella y por el ojo del participante, el lector.
Ahora cada uno veía las cosas exclusivamente desde su perspectiva: lo único que había ya eran puntos de vista.
Interesante me parece el curso de escritura, la perspectiva desde que lo aborda, cómo consigue que haya participación por parte de un alumnado diverso. Lleva a reflexiones de los alumnos que me han gustado, ya que es una obra sobre literatura y cómo las historias acontecen de un modo real, cómo existen tramas dignas de novelas y vidas que solo son contadas entrelazándose a las ficciones y difuminando las dimensiones.
Las personas que conozco ni siquiera parecen tener personalidad. Vista a través de los ojos de D.H Lawrence, la vida parece riquísima, y, sin embargo, la mía a menudo me parece yerma, como una parcela mala, como si, por mucho que yo me empeñe, allí no pudiera crecer nada.
Seguiré leyendo. La podemos encontrar en Libros del asteroide.
SBN9788416213825
Última ediciónSeptiembre, 2016
Páginas224
IdiomaCastellano
Formato12,5 x 20
Precio18,95 €
Una escritora inglesa llega a Atenas en pleno verano para impartir unos cursos de escritura. Durante su estancia en la capital griega, la gente que va encontrándose decide sincerarse con ella y contarle aspectos importantes sobre sus propias vidas.
En el calor sofocante de la ciudad, los diferentes interlocutores confiesan sus amores, sus ambiciones y miedos a la narradora, de quien apenas sabemos que está separada y es madre de dos hijos. De este modo, una secuencia de voces ajenas va trazando un complejo tapiz humano que acabará perfilando por contraste la personalidad de la narradora y los sucesos más decisivos de su vida: el sentimiento de pérdida, la búsqueda de un sentido a la vida familiar, la dificultad de establecer lazos de confianza o el misterio de la creatividad. A contraluz nos habla de cómo construimos nuestra forma de ser a partir de nuestra propia vida y de la de los demás.
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