domingo, 20 de enero de 2013

Las huellas imborrables, Camilla Läckberg


Ya sabéis que suelo estar dándole vueltas al tema del canon. Artículo sí, artículo, también, reflexiono sobre lo que es literatura, o sobre qué quiero o debo leer. Bien, esta semana Andrés Trapiello, en el Magazine de La Vanguardia, hace una reflexión que sintetiza mi punto de vista de todos estos posts.  En este artículo reflexiona sobre las listas de mejores libros de 2012, y llega a la conclusión de que la mayoría de libros no solo no los ha leído, sino que ni siquiera los conoce. Ahí reside la virtualidad de las listas y su mayor defecto: es imposible leer o conocer todo lo publicado en un año, y no digamos en la historia de la humanidad. Las listas son una guía particular para orientar al lector sobre qué leer. Yo creo que deberían hacerse listas por géneros. No es lo mismo hablar de novela policíaca  que juvenil, filosófica, ciencia ficción, aventuras, autobiográfica, y un largo etcétera. Por eso nuestras recomendaciones no dejan de ser un canon muy particular y absolutamente personal.
Pero vamos a lo que vamos. Las huellas imborrables es la quinta novela de la escritora sueca Camilla Lackberg. Desde mi modesto punto de vista es la más floja de las cinco que he leído. La encuentro tópica, reiterativa, y en exceso previsible. Creo que se resiente la construcción de la trama por culpa de la reiteración argumental, y de la necesidad de alternar la trama propiamente policial, con las subtramas humanas, tan propias de este tipo de novelas: la adopción, los hijos fuera del matrimonio, los hijos entre parejas homosexuales, la violencia gratuita, los campos de concentración nazis, la resistencia en la segunda guerra mundial. Demasiadas tramas para construir una novela que no engancha al lector como en otras entregas de la serie.

En fin, podemos encontrarla en Maeva, y aquí os dejo la sinopsis que nos ofrece la editorial:



El verano llega a su fin y la escritora Erica Falck vuelve al trabajo tras la baja de maternidad. Ahora le toca a su compañero, el comisario Patrik Hedström, tomarse un tiempo libre para ocuparse de la pequeña Maja. Pero el crimen no descansa nunca, ni siquiera en la tranquila ciudad de Fjällbacka, y cuando dos adolescentes descubren el cadáver de Erik Frankel, Patrik compaginará el cuidado de su hija con su interés por el asesinato de este historiador especializado en la Segunda Guerra Mundial.

Mientras tanto, Erika hace un sorprendente hallazgo: los diarios de su madre Elsy, con quien tuvo una relación difícil, junto con una antigua medalla nazi. Pero lo más inquietante es que, poco antes de la muerte del historiador, Erika había ido a su casa para obtener más información sobre la medalla. ¿Es posible que su visita desencadenara los acontecimientos que condujeron a su muerte?

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