Las teorías conspiranoicas invaden multitud de espacios públicos, como una marea, facilitadas por la influencia de las redes sociales, el acceso ilimitado a la información y los canales multimedia. Hay postcast, programas de radio, de televisión, amén de las reseñas de multitud de opinadores, que quieren desentrañar la superestructura del poder; para ello, intentan ver lo que subyace a lo aparente, observan, atentos, cualquier desvío imperceptible que rompe con la normalidad. Ese es el fin. Ver lo que no vemos, denunciar lo que nos parecen meras anécdotas de la vida. Vivimos en un mundo interconectado, con tanta información que no tenemos, materialmente, la capacidad para absorberla y procesarla con corrección. Así se abren paso las teorías de la conspiración mundial, del gobierno mundial, de la manipulación sistemática de nuestros cerebros, de los programas goebbelianos de control manipulativo. Haberlas, haylas, no tengo ninguna duda. Soy consciente de que ser mil millonarios no es un fin, es el medio para, cuando se tiene todo, intentar amoldar el mundo a tu imagen y semejanza, demasiado atractiva la idea, golosa.
La
autora juega con esos principios, con una conspiración de control mental a
través de la música, las drogas y, posteriormente, los videojuegos. Lo hace con
ambición, se va a más de 800 páginas; juega con la técnica del best seller,
sin pudor, cosa que se agradece, además de ahondar en las profundidades de la
escritura, más allá de la mera trama, que la tiene y vertebra la novela. Cuando
la estás leyendo, tienes la sensación de que no es una novela de superventas,
que tiene la pretensión de ir más allá, de bucear en temas tan humanos como la
amistad, la homosexualidad, la depresión. Esta última se convierte en una parte
central de la trama, relacionada con el suicidio; aquí no se centra en la
conspiración, que aparece, sino en los foros en los que se trata el tema entre
potenciales suicidas, como en cualquier otro foro de anoréxicos, bulímicos, e
incluso conspiranoicos. Así, como he dicho, el lector tiene la sensación de
estar leyendo una novela que pretende ir más allá, que liga las acciones
narrativas con una voluntad de estilo, estética, que es de agradecer. Sin
embargo, la novela se me antoja excesiva, larga, extraña, a veces ilegible.
Pero que cada lector dictamine, me parece interesante la apuesta editorial y la
propuesta de la autora.
Las
nuevas relaciones, el universo electrónico, la velocidad del consumo, todo se
puede proveer con facilidad desde tu sofá, sin moverte; todo está al alcance de
tu mano. No te preocupes, te deberás esforzar lo justo, no te hará falta mucho
más que el deseo adormecido por la anestesia de creer que podemos alcanzarlo
todo con un dedo de la mano, como dioses renacentistas que insuflan el
entendimiento a Adán.
Luis
pregunta: «Y dime, ¿qué tal por Tinder?». Su foto: una selfie
en la que se ve su teléfono, con un gorro de lana y unas gafas redondas. David
me manda un GIPHY, no sé por qué le he aceptado. Tiene la típica descripción de
«Viajar, sentir, una buena conversación» junto al emoticono de una copa de
vino. Julio me envía directamente su número de móvil sin hablar, supongo que le
da vergüenza que alguien pueda ver que está usando la aplicación. O a lo mejor
le da igual quién sea yo, y solo quiere follar. Hago un match más con Silvio:
es guapo, pero leí en su descripción que, de hecho, tiene novia, y que «vive su
relación de otra manera».
Con el
trasfondo del suicidio, se introduce un debate sobre las redes de acceso a
información y otros temas actuales. Con el suicidio mantiene una relación
contradictoria de aceptación y dolor, de derecho y conspiración. Es interesante
que, además, lo haga a través de varios géneros, algunos literarios como el
ensayo y otros de la marginalidad literaria del post.
−Algo
parecido. «El pensamiento del suicidio es un poderoso medio de consuelo: con él
se logra soportar más de una mala noche». Es una frase de Nietzsche. Por eso me
atrae la idea de fondo de El lamento de Orión, la calma y la
iluminación prometida. Muchas veces todo esto me resulta insoportable. Weltschmerz,
lo llaman. Seguro que sabes a lo que me refiero.[…]
¿No te
parece que, de alguna manera, suicidarse es para algunas personas la versión
más radical de su individualismo? Un último intento de llamar la atención, el
acto definitivo de agencia sobre el self. O incluso una especie
de lucha final contra el mundo, de venganza última, previa escritura de un post
recriminatorio a todo aquel que no les entendió, o no les hizo caso suficiente.
La
terapia es un universo extraño, difícil de definir. Si el paciente cree que el
terapeuta es menos brillante o inteligente, puede tender a evadirse, a
despreciar, como hacemos entre los seres humanos; sin embargo, entender que ser
un buen profesional no está reñido con ser menos inteligente que uno, es un
descubrimiento necesario.
Es un
mito que un terapeuta tenga que ser más inteligente que su paciente, pero lo
que desde luego no puede ser es que se trate de un completo idiota y que encima
no sea consciente de ello. Juraría que nunca ha conocido a un individuo tan
banal. Lo imagina viendo los Teletubbies en lugar del
telediario. En cualquier caso, acudir a las sesiones es útil; Julián es mucho
más tolerante con sus interminables defectos, y el proceso introspectivo que en
teoría está acometiendo lo libra de algunos de los compromisos sociales que se
empeña en que mantengan (muchos de los cuales incluyen al mítico Arturo que,
desde que comenzó a ir a terapia, lo mira como si se hubiera desvelado una
dimensión empática inenarrable entre ambos que los hace compañeros de
trinchera). Supone que los amigos de Julián esperan que, tras las sesiones
suficientes (significando «suficiente» lo que fuera que le costó a Arturo),
emergerá un individuo nuevo y menos taciturno.
La encontramos en Lumen.
Colección Narrativa
Páginas
824
Target
de edad Adultos
Tipo
de encuadernación eBook
Idioma
ES
Fecha
de publicación 22-02-2024
Autor Sara
Barquinero
Editorial
LUMEN
Los
Escorpiones es una novela de novelas: una obra narrativa titánica y
misteriosa. Los protagonistas, Sara y Thomas, se ven envueltos en el entramado
de una teoría de la conspiración dirigida por los poderes políticos y
económicos, que pretenden controlar a los individuos a través de la hipnosis y
los mensajes subliminales en libros, videojuegos y música para inducirlos al
suicidio. Ambos llevan a cuestas desequilibrios emocionales y, mientras se teje
entre ellos una relación inclasificable y poderosa, deciden investigar sobre
esta secta cuyo nombre es el de una de las pocas especies animales que prefiere
matarse antes que seguir soportando el dolor.
Desde
la Italia de los años veinte, pasando por el sur profundo de Estados Unidos en
los ochenta, hasta llegar a la época actual en Madrid, Bilbao, un pueblo
perdido de la España rural y Nueva York, esta es una historia sobre la angustia
existencial, la soledad y la necesidad de creer en algo, sea lo que sea, para
encontrar el sentido a la vida.
Sara
Barquinero brinda una experiencia de lectura que obsesiona, inquieta y arrastra
al lector hasta el final.
La
crítica ha dicho:
«Si
tuviera que recomendar un solo libro del año que ahora termina, este sería sin
ninguna duda Los Escorpiones.[…] Deslumbra por su capacidad para contar
historias que nunca habían sido contadas antes y para hacerlo con un lenguaje
nuevo y con una poesía nueva. Sara Barquinero parece estar inventando de la
nada el arte de la novela y lo hace con una seguridad desconcertante».
Andrés
Ibáñez, ABC
«El libro ya ha logrado lo mejor que una obra puede conseguir: es un libro de
gran ambición, pero sobre todo es el libro de una gran lectora, que retuerce el
diálogo con sus referentes para reavivar otra conversación con el mundo».
Elizabeth
Duval, Babelia
«Una
novela de novelas muy actual en ambientación y en problemática, pues tiene a
internet como selva en que se fraguan distintos peligros y destinos, uniendo
reflexión y aventura».
Mercedes
Monmany, ABC
«La
escritora revelación del año».
Fernando
Díaz de Quijano, El Cultural
«Sorprende la naturalidad con que Barquinero hace malabares narrativos de mil
tipos. Sostiene un relato encajable en la reciente novela española rural
durante un centenar de páginas para rematarlo con un tenso crescendo a
lo Carrie».
Nadal
Suau, Babelia (Libro de la semana)
«Estupendamente
construida, muy bien escrita y decididamente valiente, Los Escorpiones es
una de esas obras que justifica que sigamos leyendo novelas».
Juan
Marqués, El Mundo
«Un
ambicioso ejercicio literario cuya lectura no deja indiferente [con] una voz
propia, muy inteligente, filosófica, que aspira a ir más allá de lo que se
espera de la etiqueta».
Inés
Martín Rodrigo, Abril (El Mundo)
«Uno
de los ejercicios novelísticos más ambiciosos de la novela española
contemporánea».
Zenda
«Ha
dado en la diana Barquinero. Una novela inolvidable».
Pedro Bosqued, Heraldo de Aragón
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