domingo, 29 de diciembre de 2024

Los escorpiones, Sara Barquinero

 


Las teorías conspiranoicas invaden multitud de espacios públicos, como una marea, facilitadas por la influencia de las redes sociales, el acceso ilimitado a la información y los canales multimedia. Hay postcast, programas de radio, de televisión, amén de las reseñas de multitud de opinadores, que quieren desentrañar la superestructura del poder; para ello, intentan ver lo que subyace a lo aparente, observan, atentos, cualquier desvío imperceptible que rompe con la normalidad. Ese es el fin. Ver lo que no vemos, denunciar lo que nos parecen meras anécdotas de la vida. Vivimos en un mundo interconectado, con tanta información que no tenemos, materialmente, la capacidad para absorberla y procesarla con corrección. Así se abren paso las teorías de la conspiración mundial, del gobierno mundial, de la manipulación sistemática de nuestros cerebros, de los programas goebbelianos de control manipulativo. Haberlas, haylas, no tengo ninguna duda. Soy consciente de que ser mil millonarios no es un fin, es el medio para, cuando se tiene todo, intentar amoldar el mundo a tu imagen y semejanza, demasiado atractiva la idea, golosa.

La autora juega con esos principios, con una conspiración de control mental a través de la música, las drogas y, posteriormente, los videojuegos. Lo hace con ambición, se va a más de 800 páginas; juega con la técnica del best seller, sin pudor, cosa que se agradece, además de ahondar en las profundidades de la escritura, más allá de la mera trama, que la tiene y vertebra la novela. Cuando la estás leyendo, tienes la sensación de que no es una novela de superventas, que tiene la pretensión de ir más allá, de bucear en temas tan humanos como la amistad, la homosexualidad, la depresión. Esta última se convierte en una parte central de la trama, relacionada con el suicidio; aquí no se centra en la conspiración, que aparece, sino en los foros en los que se trata el tema entre potenciales suicidas, como en cualquier otro foro de anoréxicos, bulímicos, e incluso conspiranoicos. Así, como he dicho, el lector tiene la sensación de estar leyendo una novela que pretende ir más allá, que liga las acciones narrativas con una voluntad de estilo, estética, que es de agradecer. Sin embargo, la novela se me antoja excesiva, larga, extraña, a veces ilegible. Pero que cada lector dictamine, me parece interesante la apuesta editorial y la propuesta de la autora.

Las nuevas relaciones, el universo electrónico, la velocidad del consumo, todo se puede proveer con facilidad desde tu sofá, sin moverte; todo está al alcance de tu mano. No te preocupes, te deberás esforzar lo justo, no te hará falta mucho más que el deseo adormecido por la anestesia de creer que podemos alcanzarlo todo con un dedo de la mano, como dioses renacentistas que insuflan el entendimiento a Adán.

 

Luis pregunta: «Y dime, ¿qué tal por Tinder?». Su foto: una selfie en la que se ve su teléfono, con un gorro de lana y unas gafas redondas. David me manda un GIPHY, no sé por qué le he aceptado. Tiene la típica descripción de «Viajar, sentir, una buena conversación» junto al emoticono de una copa de vino. Julio me envía directamente su número de móvil sin hablar, supongo que le da vergüenza que alguien pueda ver que está usando la aplicación. O a lo mejor le da igual quién sea yo, y solo quiere follar. Hago un match más con Silvio: es guapo, pero leí en su descripción que, de hecho, tiene novia, y que «vive su relación de otra manera».

 

Con el trasfondo del suicidio, se introduce un debate sobre las redes de acceso a información y otros temas actuales. Con el suicidio mantiene una relación contradictoria de aceptación y dolor, de derecho y conspiración. Es interesante que, además, lo haga a través de varios géneros, algunos literarios como el ensayo y otros de la marginalidad literaria del post.

 

−Algo parecido. «El pensamiento del suicidio es un poderoso medio de consuelo: con él se logra soportar más de una mala noche». Es una frase de Nietzsche. Por eso me atrae la idea de fondo de El lamento de Orión, la calma y la iluminación prometida. Muchas veces todo esto me resulta insoportable. Weltschmerz, lo llaman. Seguro que sabes a lo que me refiero.[…]

¿No te parece que, de alguna manera, suicidarse es para algunas personas la versión más radical de su individualismo? Un último intento de llamar la atención, el acto definitivo de agencia sobre el self. O incluso una especie de lucha final contra el mundo, de venganza última, previa escritura de un post recriminatorio a todo aquel que no les entendió, o no les hizo caso suficiente.

 

La terapia es un universo extraño, difícil de definir. Si el paciente cree que el terapeuta es menos brillante o inteligente, puede tender a evadirse, a despreciar, como hacemos entre los seres humanos; sin embargo, entender que ser un buen profesional no está reñido con ser menos inteligente que uno, es un descubrimiento necesario.

 

Es un mito que un terapeuta tenga que ser más inteligente que su paciente, pero lo que desde luego no puede ser es que se trate de un completo idiota y que encima no sea consciente de ello. Juraría que nunca ha conocido a un individuo tan banal. Lo imagina viendo los Teletubbies en lugar del telediario. En cualquier caso, acudir a las sesiones es útil; Julián es mucho más tolerante con sus interminables defectos, y el proceso introspectivo que en teoría está acometiendo lo libra de algunos de los compromisos sociales que se empeña en que mantengan (muchos de los cuales incluyen al mítico Arturo que, desde que comenzó a ir a terapia, lo mira como si se hubiera desvelado una dimensión empática inenarrable entre ambos que los hace compañeros de trinchera). Supone que los amigos de Julián esperan que, tras las sesiones suficientes (significando «suficiente» lo que fuera que le costó a Arturo), emergerá un individuo nuevo y menos taciturno.

 

La encontramos en Lumen.


Colección Narrativa

Páginas 824

Target de edad Adultos

Tipo de encuadernación eBook

Idioma ES

Fecha de publicación 22-02-2024

Autor Sara Barquinero

Editorial LUMEN

 

Los Escorpiones es una novela de novelas: una obra narrativa titánica y misteriosa. Los protagonistas, Sara y Thomas, se ven envueltos en el entramado de una teoría de la conspiración dirigida por los poderes políticos y económicos, que pretenden controlar a los individuos a través de la hipnosis y los mensajes subliminales en libros, videojuegos y música para inducirlos al suicidio. Ambos llevan a cuestas desequilibrios emocionales y, mientras se teje entre ellos una relación inclasificable y poderosa, deciden investigar sobre esta secta cuyo nombre es el de una de las pocas especies animales que prefiere matarse antes que seguir soportando el dolor.

Desde la Italia de los años veinte, pasando por el sur profundo de Estados Unidos en los ochenta, hasta llegar a la época actual en Madrid, Bilbao, un pueblo perdido de la España rural y Nueva York, esta es una historia sobre la angustia existencial, la soledad y la necesidad de creer en algo, sea lo que sea, para encontrar el sentido a la vida.

Sara Barquinero brinda una experiencia de lectura que obsesiona, inquieta y arrastra al lector hasta el final.

La crítica ha dicho:

«Si tuviera que recomendar un solo libro del año que ahora termina, este sería sin ninguna duda Los Escorpiones.[…] Deslumbra por su capacidad para contar historias que nunca habían sido contadas antes y para hacerlo con un lenguaje nuevo y con una poesía nueva. Sara Barquinero parece estar inventando de la nada el arte de la novela y lo hace con una seguridad desconcertante».

Andrés Ibáñez, ABC


«El libro ya ha logrado lo mejor que una obra puede conseguir: es un libro de gran ambición, pero sobre todo es el libro de una gran lectora, que retuerce el diálogo con sus referentes para reavivar otra conversación con el mundo».

Elizabeth Duval, Babelia

«Una novela de novelas muy actual en ambientación y en problemática, pues tiene a internet como selva en que se fraguan distintos peligros y destinos, uniendo reflexión y aventura».

Mercedes Monmany, ABC

«La escritora revelación del año».

Fernando Díaz de Quijano, El Cultural


«Sorprende la naturalidad con que Barquinero hace malabares narrativos de mil tipos. Sostiene un relato encajable en la reciente novela española rural durante un centenar de páginas para rematarlo con un tenso crescendo a lo Carrie».

Nadal Suau, Babelia (Libro de la semana)

«Estupendamente construida, muy bien escrita y decididamente valiente, Los Escorpiones es una de esas obras que justifica que sigamos leyendo novelas».

Juan Marqués, El Mundo

«Un ambicioso ejercicio literario cuya lectura no deja indiferente [con] una voz propia, muy inteligente, filosófica, que aspira a ir más allá de lo que se espera de la etiqueta».

Inés Martín Rodrigo, Abril (El Mundo)

«Uno de los ejercicios novelísticos más ambiciosos de la novela española contemporánea».

Zenda

«Ha dado en la diana Barquinero. Una novela inolvidable».
Pedro Bosqued, Heraldo de Aragón

 

 

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