Nuestro
autor es de la segunda categoría, analiza, reflexiona y le da a la historia
otra dimensión. No pretende contar el hecho en sí, que también, sino que
pretende indagar e ir más allá, a los lugares que no ocupan a la historia como
disciplina. La literatura, pues, da la oportunidad al autor de ficcionar,
de imaginar, pero aunque lo acontecido es lo que es, la interpretación
política, social o literaria puede ir mucho más allá. Mirad, en un mundo de
voceros, de gente inconsciente que habla de todo con una ligereza intuitiva y
sin una preparación que resista el más mínimo análisis, da una gran
satisfacción encontrarse con este tipo de libros: intensos, inteligentes y
profundos.
A
veces, para entender el horror hay que bucear en sus orígenes, en las
plantaciones de látex de los años 20, en las condiciones infrahumanas. La explotación
sistémica, el abuso del sistema colonial es, posiblemente, donde está la raíz
del mal.
Y,
durante su visita, el inspector descubre profundas marcas de golpes en el
cuerpo de los culis y, cuando les pregunta, le cuentan historias de humillación
y de terror; y, pese a las negaciones, Delamarre acaba encontrando toda una
provisión de varas y bastones en un trastero; y, como de costumbre, el director
de la plantación no sabía nada y, como de costumbre, parece muy impresionado y
afirma que, aunque tuvo conocimiento de ciertos excesos y enseguida intervino
mandando trasladar a un joven ayudante demasiado celoso, nunca habría imaginado
semejantes desmanes; y, como de costumbre, dice que lo siente mucho; y, como de
costumbre, los abusos se describen como algo excepcional, errores, actos de
crueldad de un vigilante, de sadismo de un subalterno.
El
libro va desentrañando la madeja de los intereses económicos, de la realidad
del colonialismo. La verdad obstinada relacionada con el comercio de algunas
empresas. El problema de las multinacionales va más allá del capitalismo, su
poder transnacional determina la vida de regiones enteras. La manipulación y
explotación son aliberales, pero fue lo que se impuso desde finales del
siglo XIX.
El
ejército, pues, no combate por una simple avanzadilla perdida en la selva, ni
por algunos colones franceses dispersos; y deberíamos, para ser precisos,
rebautizar la batalla de Cao Bang, por la que se pelea el
Parlamento, batalla por la sociedad anónima de Mines d’Étain de Cao Bang;
esto le conferiría su verdadera importancia.
La
encontramos en Tusquets.
Temática
Novela literaria
Publicación
1 mar 2023
Colección
Andanzas
Presentación
Rústica con solapas
Traductor
Juan Manuel Salmerón Arjona
Formato
14.8 x 22.5 cm
Editorial
Tusquets Editores
ISBN 978-84-1107-242-7
Páginas
184
Código
0010319028
Tinta
texto interior Blanco y negro
Hay
muchas maneras de abandonar un país ya esquilmado, unas más honrosas que otras.
Hay también muchas maneras de contarlo, pero la de Éric Vuillard es única.
«Un
libro terrible, históricamente insoportable.» Bernard Pivot
«Una
serie de escenas entretejidas por una escritura brillante. Bajo la pluma de
Éric Vuillard, los personajes históricos son seres de carne y hueso; los oímos
respirar, los vemos sudar.» Pierre Assouline
«Doscientas
páginas apretadas como puños listos para golpear. En cada uno de sus libros,
Éric Vuillard escenifica un episodio de esta eterna guerra de los poderosos
contra los débiles, a veces con énfasis, siempre con una ira fría y metódica.»
Elisabeth Philippe, L'Obs
Uno de
los conflictos modernos más prolongados del siglo xx fue la guerra de
Indochina, y sin embargo apenas se le ha prestado atención. Una salida honrosa
narra cómo, por un revés sin precedentes de la historia, dos grandes potencias
mundiales, Francia y Estados Unidos, fueron derrotadas por un pueblo pequeño,
el vietnamita, y nos introduce en la cadena de intereses que conducirá al
desastre. En escenas memorables, Éric Vuillard nos acerca tanto a los
explotados recolectores del caucho como a los generales que guiaron la
contienda, mientras describe una inquietante comedia humana. ¿Cómo reaccionaron
los políticos? ¿Qué secretario de Estado estadounidense propuso utilizar la
bomba atómica para solucionar el conflicto? ¿De qué habló un alto mando del
ejército francés, apóstol del napalm, en la televisión norteamericana? Y, bien
pensado, ¿preferimos el confort de la ficción al vértigo que nos provoca la
realidad? Lo cierto es que la guerra de Indochina nos permite entender cómo
hoy, en Afganistán, en Mali, en cualquier lugar, seguimos buscando en vano una
«salida honrosa».
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