lunes, 14 de octubre de 2024

Dad y se os dará, Give Unto Others; Donna Leon

 


¿Hasta dónde llega el compromiso que adquirimos hacia los otros? Es una pregunta que satisface el morbo de los lectores y espectadores de las series de televisión. Íntimamente unido al conservadurismo moral imperante, hay un verdadero bombardeo de moralinas encubiertas en tramas aparentemente progresistas. La ortodoxia aparece y supura por todos los poros de las historias. Conceptos como mentira, lealtad, fidelidad, cogidos con alfileres y encaminados, no puede ser de otra manera, a perpetuar la obediencia de los esclavos. Pensar por uno mismo, pues como que no, así se establece un marco ético que somete a una supuesta voluntad general, un bien común difuso, al que todos debemos de ser fieles, sin alejarnos si no queremos ser disruptivos y amorales. Por eso nuestra moral debe supeditarse a esa ética de esclavos, a ese redil que, según rezan las teorías, establece la demarcación justa para vivir en paz. Más que vivir en paz, ayuda a que no haya voces discordantes, morales divergentes e individualidades sobresalientes. Hay límites en los comportamientos públicos, pero debemos saber quiénes queremos ser, no quiénes esperan que seamos. Va a ser complicado, os lo digo yo.

El libro habla sobre los límites de la amistad, sobre las apariencias, sobre los sobreentendidos. La fidelidad en la amistad, dónde debe permanecer, qué límites debería o no traspasar, qué debemos hacer para satisfacer las necesidades de los ellos. ¿Es lícito pedir un favor? ¿Con qué autoridad lo hacemos, por qué? Posiblemente, porque creemos que las redes de solidaridad van más allá de donde deben ir; porque pensamos que el otro debe atender a nuestras necesidades, aunque no sean en absoluto las suyas; por eso, Brunetti se pliega al favor, a servir a unos intereses que no son los suyos. Por eso, la trama, como no puede permanecer ahí, lleva a las contradicciones. La autora lo solventa introduciendo el crimen, el delito, inmediatamente el comisario se vuelve competente, y así lo salva de romper sus propios límites para castigar a los culpables, pero lo castiga porque él también debe pedir.

Como siempre es una novela agradable e interesante, nos retrotrae a nuestros paisajes conocidos, Venecia o a los personajes que queremos. Leon consigue que sean menos estereotipados que otros autores, cosa que siempre he agradecido y no olvida. Es su mérito, la crítica social y el reflejo del momento, en este caso la pandemia.

Como siempre, acierta en el análisis social, en el análisis de la imposición de nuevos valores que se alejan de éticas públicas virtuosas, de acciones individuales cuestionables o el cambio social en occidente. Es muy importante la reflexión.


¿Bebía el padre? ¿Bebía la madre? ¿Los niños habían hurtado algo? ¿El padre tenía una amante? ¿Lo tenía la madre? A nadie le importaba ya ese tipo de cosas. Los cambios sociales seguramente habían arruinado a la mayoría de los chantajistas. La madre de Elisabetta se había portado bien con la suya y a Brunetti le importaba poco más.

 

Hay una necesidad en parte de la literatura y el pensamiento, por entender los cambios en la moral y el devenir del nuevo hombre del siglo XXI. No es sencillo, pero el sentimiento de naufragio y soledad ha de ir cubriéndose con nuevos elementos en forma de credos.

 

La gente que antes creía en Dios, en el papa y en la Inmaculada Concepción (aunque Brunetti jamás había conocido a nadie que supiera lo que era eso) se había dado cuenta de que ya no creía en ellos de verdad, pero no tenía otra cosa en la que creer. Dios había resultado muy difícil de reemplazar. Estaba la riqueza generada por el bum económico, pero los acontecimientos posteriores habían demostrado que la riqueza no era eterna; estaban los nuevos partidos políticos, pero todo el mundo sabía que eran reciclados y de nuevos no tenían nada; estaban el bienestar, el pilates, el yoga y una gran variedad de cultos nuevos, pero parecía ofrecer poco a cambio de todo el tiempo y dinero que una persona invertía en ellos. Dios había llenado mucho espacio con muy poco esfuerzo.

 

La tenemos en Seix Barral

 

Traductor: Pilar de la Peña Minguell

Editorial: Seix Barral

ISBN: 9788432240850

Idioma: Castellano

Número de páginas: 336

Tiempo de lectura: 7 h 59 m.

Encuadernación: Tapa blanda

Fecha de lanzamiento: 01/06/2022

Año de edición: 2022

Plaza de edición: Barcelona

Colección: Biblioteca Formentor

Alto: 23.0 cm

Ancho: 13.3 cm

Grueso: 2.2 cm

Peso:443.0 gr

¿Qué papel puede o debe jugar la lealtad en la vida de un inspector de policía? Es una pregunta que el comisario Brunetti debe enfrentar y, en última instancia, responder en este caso cuando la distinguida Elisabetta Foscarini, una conocida de la infancia, le pide un favor. La madre de Elisabetta siempre fue generosa con su familia, por lo que Brunetti se siente obligado a ayudarla y comienza una investigación privada para tratar de dilucidar quién puede estar amenazando a la familia de su hija. Sin embargo, hasta ahora hay pocas pruebas concretas: ¿por qué querrían hacerle daño a una veterinaria y a un contable que trabaja para una organización benéfica? El commissario está a punto de dejar correr el tema, atribuyéndolo a una preocupación maternal exagerada, cuando se produce un ataque y el caso toma un giro muy oscuro. Brunetti se verá forzado a pedir sus propios favores para avanzar con una investigación que inevitablemente se tornará oficial cuando descubra las dos caras de lo que parecía una venerable institución.

En el caso número 31 de su carrera, Guido Brunetti se enfrenta, en una Venecia casi irreconocible por la pandemia, a los claroscuros de las ONG mientras sobre el país vuelve a cernirse la sombra del crimen organizado, dispuesto a sacar tajada de la emergencia sanitaria.

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