El
libro habla sobre los límites de la amistad, sobre las apariencias, sobre los
sobreentendidos. La fidelidad en la amistad, dónde debe permanecer, qué límites
debería o no traspasar, qué debemos hacer para satisfacer las necesidades de los
ellos. ¿Es lícito pedir un favor? ¿Con qué autoridad lo hacemos, por qué?
Posiblemente, porque creemos que las redes de solidaridad van más allá de donde
deben ir; porque pensamos que el otro debe atender a nuestras necesidades,
aunque no sean en absoluto las suyas; por eso, Brunetti se pliega al
favor, a servir a unos intereses que no son los suyos. Por eso, la trama, como
no puede permanecer ahí, lleva a las contradicciones. La autora lo solventa
introduciendo el crimen, el delito, inmediatamente el comisario se vuelve
competente, y así lo salva de romper sus propios límites para castigar a los
culpables, pero lo castiga porque él también debe pedir.
Como
siempre es una novela agradable e interesante, nos retrotrae a nuestros
paisajes conocidos, Venecia o a los personajes que queremos. Leon
consigue que sean menos estereotipados que otros autores, cosa que siempre he
agradecido y no olvida. Es su mérito, la crítica social y el reflejo del
momento, en este caso la pandemia.
Como
siempre, acierta en el análisis social, en el análisis de la imposición de
nuevos valores que se alejan de éticas públicas virtuosas, de acciones
individuales cuestionables o el cambio social en occidente. Es muy importante
la reflexión.
¿Bebía
el padre? ¿Bebía la madre? ¿Los niños habían hurtado algo? ¿El padre tenía una amante?
¿Lo tenía la madre? A nadie le importaba ya ese tipo de cosas. Los cambios
sociales seguramente habían arruinado a la mayoría de los chantajistas. La
madre de Elisabetta se había portado bien con la suya y a Brunetti le importaba
poco más.
Hay
una necesidad en parte de la literatura y el pensamiento, por entender los
cambios en la moral y el devenir del nuevo hombre del siglo XXI. No es
sencillo, pero el sentimiento de naufragio y soledad ha de ir cubriéndose con
nuevos elementos en forma de credos.
La
gente que antes creía en Dios, en el papa y en la Inmaculada Concepción (aunque
Brunetti jamás había conocido a nadie que supiera lo que era eso) se había dado
cuenta de que ya no creía en ellos de verdad, pero no tenía otra cosa en la que
creer. Dios había resultado muy difícil de reemplazar. Estaba la riqueza
generada por el bum económico, pero los acontecimientos posteriores habían
demostrado que la riqueza no era eterna; estaban los nuevos partidos políticos,
pero todo el mundo sabía que eran reciclados y de nuevos no tenían nada;
estaban el bienestar, el pilates, el yoga y una gran variedad de cultos nuevos,
pero parecía ofrecer poco a cambio de todo el tiempo y dinero que una persona
invertía en ellos. Dios había llenado mucho espacio con muy poco esfuerzo.
La
tenemos en Seix Barral
Traductor:
Pilar de la Peña Minguell
Editorial:
Seix Barral
ISBN:
9788432240850
Idioma:
Castellano
Número
de páginas: 336
Tiempo
de lectura: 7 h 59 m.
Encuadernación:
Tapa blanda
Fecha
de lanzamiento: 01/06/2022
Año de
edición: 2022
Plaza
de edición: Barcelona
Colección:
Biblioteca Formentor
Alto:
23.0 cm
Ancho:
13.3 cm
Grueso:
2.2 cm
Peso:443.0
gr
¿Qué
papel puede o debe jugar la lealtad en la vida de un inspector de policía? Es
una pregunta que el comisario Brunetti debe enfrentar y, en última instancia,
responder en este caso cuando la distinguida Elisabetta Foscarini, una conocida
de la infancia, le pide un favor. La madre de Elisabetta siempre fue generosa
con su familia, por lo que Brunetti se siente obligado a ayudarla y comienza
una investigación privada para tratar de dilucidar quién puede estar amenazando
a la familia de su hija. Sin embargo, hasta ahora hay pocas pruebas concretas:
¿por qué querrían hacerle daño a una veterinaria y a un contable que trabaja
para una organización benéfica? El commissario está a punto de dejar correr el
tema, atribuyéndolo a una preocupación maternal exagerada, cuando se produce un
ataque y el caso toma un giro muy oscuro. Brunetti se verá forzado a pedir sus
propios favores para avanzar con una investigación que inevitablemente se
tornará oficial cuando descubra las dos caras de lo que parecía una venerable
institución.
En el
caso número 31 de su carrera, Guido Brunetti se enfrenta, en una Venecia casi
irreconocible por la pandemia, a los claroscuros de las ONG mientras sobre el
país vuelve a cernirse la sombra del crimen organizado, dispuesto a sacar
tajada de la emergencia sanitaria.
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