sábado, 15 de agosto de 2020

Viento y joyas, El día del Watusi-2, Francisco Casavella

 

Sigue el verano con su espléndida luz ayudándome a mirar hacia dentro, a no pensar, o menos, y a seguir leyendo en los ratos que puedo. El poder es la capacidad de trasformar a pesar del otro, de ejercer sin consentimiento, de intimidar sin posibilidad de defensa; el poder, en el sentido weberiano lo es todo, un fin en sí mismo, una meta a la que se aspira. Error. Ese es el error. La ilusión del poder se puede recrear, lo hacen los malvados, lo disfrutan los malos jefes, lo saborean ciertos periodistas y creen ejercerlo los políticos. Imbéciles, el poder se profesa desde otro sitio, desde instancias que nos están vedadas, desde atalayas desde donde se mira, si se mira, cómo caminamos como hormigas. De todos el político es el más estúpido porque realmente cree que con las leyes es capaz de modificar la historia, sin embargo este no es más que un instrumento acomodaticio de intereses que son los que realmente cambian el mundo. ¿Acaso creéis que podemos con las grandes corporaciones, con las transnacionales, con las farmacéuticas, con las grandes industrias automovilísticas o químicas, con el comercio de armas mundial o la trata de seres humanos? Ja. Pero la ilusión del poder es la zanahoria que siempre está presente para el pobre, y la mayoría de políticos lo son, es decir, pequeño burgueses con cierta ilustración y la ilusión de la riqueza. Dejemos que sigan su camino, amigos, la literatura nos proporciona las dimensiones imaginadas que se recrean en otras mentes. Al menos nos queda la ilusión de la felicidad.

Fernando sigue su camino. Es necesaria la ascensión social para el género, dije que veo muchos de los elementos picarescos en la configuración de la novela, por eso no será aguador, claro que no, será lacayo de un amo, no puede ser de otra manera. La ascensión la vemos en la familia, sale de las chabolas para ir a vivir a la ciudad de Barcelona, doble ascensión, de la madre por un lado, pasa a ser portera, y de Fernando que empezará a relacionarse con otras personas diferentes de los quinquis con los que lo hacía. La ascensión, pues, debe ser absoluta, al menos la sensación. Por eso la portería está en un sótano sin ventilación, asfixiante, pero que significa la superación de los charcos, de las humedades del poblado. Así, todo lo que sea salir de allí significará progreso. Inteligente. La madre, decía, ascenderá con un nuevo matrimonio, pasará a ejercer la maternidad renovada y el trabajo dignificante de las vendedoras cosméticas a domicilio. Bien, ascensor. Fernando, a través de los contactos de su nuevo padrastro, podrá entrar de botones a un banco, a un banco que es metáfora de todo un tiempo, de todos los que tenemos memoria de esos años, que es ineptitud en la gestión, necesidad e figuración social y corrupción, mucha corrupción.

Así que vamos abandonando, poco a poco, a Franco, que morirá en la cama, (siempre he dicho que no puede haber un signo más real de lo que es España que la muerte del caudillo en la cama, imagen negada en la postverdad alucinada de la modernidad inventada).

Por eso el libro es un fresco irónico y descarnado de una época, de una Barcelona hipócrita, de Barrios de chabolas, de burguesía adaptable y flexible, de caciques, pero como he dicho, también de la ilusión de la democracia, del nacimiento de los partidos políticos, de las primeras elecciones. El cambio, los falangistas de siempre convertidos en socialistas, la burguesía xenófoba abrazando el nacionalismo, los invisibles e indiferentes, convirtiéndose en salvapatrias. Y el comienzo de las drogas, de los calmantes y anfetas, ya llegará la heroína. El sentido literario es cercano, fluido, con, creo, una capacidad de análisis muy importante de la España que fue para seguir siendo.


Tras años de pacientes relaciones sociales, don Carlos logró constituirse, no centro, pero sí referencia obligada, de un núcleo que se sentía algo rechazado por los diversos grupos nacionalista religioso, religioso sin nacionalismo, muy religioso con nacionalismo o sin él y no nacionalista y algo laico, pero más antiguo en la plaza (y con demasiados compromisos establecidos a través de bodas innumerables, o demasiado enquistado en su jardín perdido, o directamente lobotomizado) que conformaban el resto de la alta burguesía de la ciudad; todos ellos, aunque jamás rechazasen un buen negocio, ni un compañero en un consejo de administración cualquiera, si olía bien y tenía bolsillo rebosante de oro, entre los cortinajes de las pausas de las reuniones, en las puestas de largo, en el bar del teatro de la ópera y en vestuario de los clubes deportivos hallaban un regocijo insultante en tirar la piedra y esconder la mano. Además, el cambio en la estructura del poder político, aunque leve, había otorgado parcelas de arrogancia a sectores que hasta la fecha se habían considerado felices si les dejaba en paz viéndolas venir.

Y la mala leche no descansa, ja, la flexibilidad de la burguesía catalana, ya sabemos, de nacionalistas a defensores del régimen, el de los cuarenta años, con abrazos falangistas incluidos o medallas al dictador, Dios mediante, pasta por delante, y nueva reconversión xenófoba. Os adelanto que los retratos de Pujol son deliciosos, no me resisto: Cataluña, Cataluña, Cataluña, qué tal, Cataluña.


Del Yelmo había llegado a la ciudad tras la guerra como capitán de la legión («¡Aquel regimiento Flechas Verdes!», según le oían exclamar) y como muchos de esos valientes guerreros de los que nadie en la ciudad sabía origen u oficio, decidió dar lustre a su apellido y contraer nupcias con la hija de una familia local de cierta solera. Esas bodas fueron muy comunes durante aquellos años; por lo visto, esas familias de abolengo, adineradas, pero con cierto tufo republicano o nacionalista qe cocnvenía eliminar, subastaban a sus hijas entre aquellos viriles patanes y hasta silulaban creerse sus mentiras genealógicas con tal de que ejerciesen protección y limpiaran su nombre ante los nuevos poderes.


Escribiendo me viene a la mente Marsé, su reciente muerte, y cómo se ha abjurado de su catalanidad. Imagino el amor por nuestro autor. Pero os he adelantado el poder de la política, la cercanía de unas nuevas elecciones democráticas, el camino hacia un estado social de derecho, hacia una Constitución, hacia la modernidad de cabeza, hacia Europa sin remedio. Y Casavella retrata la configuración de uno de los partidos políticos de la famosa sopa, de UCD, de cómo el poder toma el poder y se reinventa, acordaos de lo escrito al comienzo de esta entrada, acordaos de los eslóganes, de los coches con gente ilusionada, de las calles con pasquines y octavillas, lo habéis visto en televisión o lo habéis vivido.


Las expresiones pintadas en las paredes que se multiplican dia a dia: libertad, libertad Huertas, a follar que l mundo se acaba, libertad, huelga metal, asesinos, asesinos, Seat readmisión, pce-i, via la república, fóllame, viva el divorcio, viva el aborto, huelga, huelga, abstención, psan-p, fraga cabrón, pte, poum, sé dónde vives, cnt-fai, libertad presos comunes, readmisiones ya, asesinos, libertad sexual, libertad total, libertad, amnistía, estatut d’autonomia, yo también soy madre soltera, huelga, muera el rey, abajo los fachas, via cristo rey, menchu te quiero, 20-n madrid, fuerza nueva.


Así que lo político entra como retrato de una época, año 77 Suárez presente en un sanedrín, deconstrucción, una imagen de lo que fue de las españas que se fueron fundiendo, o disgregando, para reinterpretarse, de nuevo, pasados otros cuarenta años.


Las reglas eran estas:

Lograr la independencia y la unidad de la función judicial.

Inmediata revisión del código penal.

Salvaguardar el justo orden público.

Consagración definitiva de la amnistía.

Garantizar los derechos civiles.

Desaparición de la censura de prensa y cinematodráfica y control democrático de televisión y radio.

Devolución de los derechos autonómicos a laas regiones que los habían peiddo.

Regular las relaciones Iglesia-Estado.

Sindicalismo libre.

Coordinación de las actividades públicas y privadas en materia de sanidad nacional.

Crear un clima de honestidad a todos los niveles.

Incorporación de España en las Comunidades Europeas.

Redacción de máxima urgencia de la ley electoral, y

Legalización de todos los partidos políticos.


Como veis no me he parado en la trama, en el trabajo de Fernando en el partido, ni en los negocios de puticlub, ni en la corrupción, ni en el desastre de la banca, ni en la traición al lacayo (la traición es sucia cuando se hace hacia un inferior al que se usa como tonto útil, pero la traición al que te sustenta, esa traición es mezquina) ni en los amoríos, ni en las amantes, me he centrado en lo que tiene de visionaria la novela, en todos y cada uno de los fragmentos seleccionados podemos observar la España que tenemos delante, las mismas miserias, envidias, traiciones, mentiras y corrupción, las misma élites flipadas, la misma burguesía, la misma historia en la construcción de los partidos, el mismo nacionalismo atávico. Un único objetivo, el goce del poder. Pero como os había dicho os traigo este fragmento sobre Pujol inenarrable, actual, perfecto, acertado, descripción exacta de la construcción de nuestro presente, cómo el discurso domina los marcos de referencia, por lo tanto el relato, por lo tanto los marcos mentales, así el autor puede transitar con comodidad por estos años de construcción, de sus miserias, con una claridad asombrosa.


Yo, creeme que hay que pagar, no me lo he creído nunca, amigo criado. Debo insistirle, no obstante, no obstante, que Cataluña no puede permitir un trato semejante en tan d olorosas circunstacnias, circunstancias difíciles para todos, como ya anuncié en su día, hoy. Y sepa usted, le insisto, insisto en este punto porque me parece de importancia para Cataluña, que a Cataluña le insulta el trato despectivo, secular, milenario, cósmico, infinito, que usted inflige a Cataluña. Dígale a quien corresponda, que Cataluña se distingue no solo por su sensatez, sino también por su empuje, su rabia, su coraje. Cataluña. Y dígale también que si Cataluña ha venido aquí hoy ha sido por respeto y porque yo dirijo y no dirijo Banca Catalana y Cataluña. En la sombra y al sol, pero ante todo en la sombra, eso es verdad, hasta que los catalanes digan «Cataluña, Cataluña».con astucia, Cataluña. Pero con buen juicio, Cataluña. Por eso ha venido, Cataluña, aquí, no por amistad ni por compartir las ideas de ese hombre, que pese a haber nacido en Cataluña, y vivir en Cataluña con los beneficios del dinero de Cataluña, no amaba Cataluña. ¿Me ha entendido?


Imprescindible. Recordad que El día del Watusi se compone de tres libros, el segundo, del que os hablo, se publica por Mondadori en 2002 y, años después, publicará los tres volúmenes Anagrama en 2016.


Como consecuencia de los sucesos acontecidos en el Día del Watusi, Fernando Atienza y su madre abandonan el barrio chabolista donde vivían y ocupan una portería en un barrio de clase media. La idea común que la mayoría de inmigrantes tiene del bienestar orientará a partir de ahora a cada una de las acciones de la madre, quien, finalmente, accederá a la ínfima burguesía mediante un matrimonio en segundas nupcias con un funcionario subalterno del Banco de España.

Fernando Atienza continúa escribiendo su Informe introduciendo al misterioso Lector en los entresijos y desmanes de la Transición. Un período decisivo para la historia de España amnesia floriosa de la que Atienza quiere rescatarnos para demostrarnos que la inconsistencia del mundo es un puro reflejo de su propia biografía un microcosmos sublime de ingenuidad picaresca de altos vuelos sujetos de mal vivir y contubernios indescifrables.

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