Las
tormentas anegan los espacios que habito, tal vez lo haya dicho
alguien, o no, es posible que me venga este enunciado sin pensar,
fruto de mi imaginación, o que nazca de los recursos de la memoria,
es indiferente, en cualquier caso queda en esta entrada, cuando
pongamos el texto entrecomillado en google aparecerá como si
fuera original, siendo, es probable, un fake. La memoria lo
reconstruye todo tomando recuerdos y adecuándolos, por eso me fijo
en la tormenta, hecho real, en los espacios por los que discurro y
así veo el litoral sin playas, los montes con árboles volando y las
ciudades con espacios destrozados por el viento. Aun así sigo
leyendo, sigo transitando por mis particulares tormentas
Vi
un mundo nuevo que se avecinaba velozmente. Más científico, más
eficiente. Sí. Con más curas para las antiguas enfermedades. Muy
bien. Pero más duro. Más cruel.
Para
mí es triste no aportaros mucho más de lo que os voy a aportar,
pero este libro no ha conseguido despertar en mí sentimientos
empáticos, ni condescendientes, ni amables, es más bien como si
algo falso se hubiera colado en mis lecturas, como si un autor
consagrado por la crítica no pudiera sorprenderme con la nada. Y es,
en este extremo, donde me sorprendo. Me sorprende la película La
isla, me sorprende saber que este libro se convirtió en guion,
me sorprende que nos interese tanto la ficción, la ciencia ficción,
en este caso no de marcianos, ni otras épocas ni nada por el estilo.
En este caso en nuestro tiempo, en este caso es una ficción médica
y social, en este caso habla de los clones, de los hombres a medida
para curra el cáncer, de las cobayas humanas, del eufemismo para no
enfrentarnos a nuestras miserias como seres humanos (hacer
donaciones, vaya tela), cuidadores, custodios, como los ángeles de
las iglesias, y seres humanos que viven esperando unos riñones
nuevos. La novedad es que los clones son humanos que hacen el amor,
se ilusionan, tienen sueños, criados en el selecto Hailsham,
Cottages , con
sus misterios, sus adolescencias, pero me sorprende la ingenuidad, la
literatura que crea Ishiguro. Debí ponerme alerta con El
gigante enterrado, debí ser más proclive a la crítica
internacional y observar lo que no observé, decirme una vez más que
este blog escribe sobre mis intuiciones y mis puntos de vista, no
sobre lo que se entiende que es bueno o no. Pero no lo hice. Quise
descubrir lo que no hay, la metáfora sobre el ser humano, sobre la
muerte, sobre la vida (y que conste que me pareció infinitamente
mejor que este), pero necesariamente no ha de ser de ese modo, no
siempre somos capaces de ver lo que nos dicen que hay.
El
ambiente, como digo, era mucho más adulto. Pero cuando miro hoy
hacia atrás, el sexo en las Cottages se me antoja un tanto
funcional. Tal vez precisamente porque había dejado de existir todo
cotilleo y todo secretismo.
Granjas,
libertad para ser sin ser, reflexiones sobre la adolescencia y la
configuración de los grupos humanos, ya, ¿qué nos quiere decir?
¿Que son personas, que sientes, aman y viven? El debate puede ser
interesante; sin embargo, me falta alcanzar el objetivo.
dado
que cada uno de nosotros había sido copiado en algún momento de una
persona normal, debería existir, en el mundo exterior, y para cada
uno de nosotros, un modelo que viviera su propia vida en alguna
parte.
Por
eso digo que lo encuentro plano, entretenido en el sentido fílmico ,
pero no literario. Es posible que el sexo, las relaciones, las
escenas de la granja y el cole den de sí para unos cuantos
capítulos, incluso el monólogo que la protagonista establece
consigo misma cuando recorre el país en un coche, pero
literariamente espero más (he aquí mi error, no hay que esperar,
hay que aceptar, o no, lo que nos ofrecen los autores)
Luego
está la soledad. Creces rodeado de una multitud de personas, y eso
es, por tanto, lo que has conocido siempre, y de pronto te conviertes
en cuidador. Y te pasas horas solo, conduciendo a través del país,
de centro en centro, de hospital en hospital, durmiendo cada día en
un sitio, sin nadie con quien hablar de tus preocupaciones, sin nadie
con quien reír.
Y
llega el tema del alma, ¿tienen, no tienen? Es algo complejo,
cuestiones de ética, claro, pero todos somos consecuencia de una
división celular, ¿configura el alma el hecho de tener cuerpo? ¿Es
el hecho de la creación?¿Debemos movernos en un puto relativismo? El hecho de que plantee ciertas soluciones al final, como si el
lector no fuera capaz, por sí mismo, de solucionarlo, le quita poder
a la escritura.
Utopía,
ciencia ficción, entretenimiento. Vale. Anagrama.
Editorial:ANAGRAMA
Idioma:CASTELLANO
Encuadernación:Sin definir
ISBN:9788433970794
Año de edición:2005
Plaza de edición:ESPAÑA
Traductor:JESÚS ZULAIKA GOICOECHEA
A
primera vista, los jovencitos que estudian en el internado de
Hailsham son como cualquier grupo de adolescentes. Practican
deportes, tienen clases de arte y descubren el sexo, el amor y los
juegos del poder. Hailsham es una mezcla de internado victoriano y de
colegio para hijos de hippies de los años sesenta dondelos pupilos
parecen ser huérfanos. Donde no dejan de repetirles que son muy
especiales, que tienen una importante misión en el futuro, y se
preocupan por su salud. Las relaciones sexuales están
libremente permitidas, pero se han prohibido los libros de Sherlock
Holmes por su alto contenido en nicotina.
Los
jóvenes también saben que son estériles y que nunca tendrán
hijos, de la misma manera que no tienen padres. Kathy, Ruth y Tommy
fueron pupilos en Hailsham, y también fueron un juvenil triángulo
amoroso, de vértices cambiantes. Y ahora, Kathy a los treinta y un
años, se permite recordar Hailsham y cómo ella y sus amigos
descubrieron poco a poco la verdad.
Y
el lector de esta novela, utopía gótica, fábula (in)moral,
peculiar ficción científica con ecos de Blade
Runner y
de Soylent
Green, irá
descubriendo de la mano de Kathy que en Hailsham todo es una
imitación, una parodia de la vida de un colegio normal, una
representación donde los jóvenes actores no saben que lo son, y
tampoco saben que sólo son el secreto terrible de la buena
salud de una sociedad.
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