jueves, 12 de abril de 2018

La palabra se hizo carne, Beastly Things, Donna Leon


Seguimos con Donna Leon, y me ha pasado lo que pasa con las sagas, lees los libros a tal velocidad y los almacenas con tal facilidad que, sin darte cuenta, se puede quedar alguno sin comentar, es uno de los problemas de la acumulación, que uno se despista. Así que, acabando con la saga, al menos hasta el año 2017, estoy finalizando Restos mortales, pero veo que no os he hablado ni de Las aguas de la eterna juventud, error tremendo, ni de La palabra se hizo carne, todavía. Si me preguntáis por las razones por las cuales me he empeñado en leer todo Brunetti son muy sencillas, leer todo Agatha Christie, es más pesado, jajaja.

En serio, el alma de Brunetti deambula por Venecia, la trasmite al lector con una pasión que nos hace encontrarnos en un mundo que está desapareciendo. En diferentes reportajes encontramos noticias que nos hablan de los cien mil habitantes oriundos que ha perdido Venecia y cómo los edificios van siendo rehabilitados y transformados en hoteles para seguir recreando este gran parque de atracciones que es la ciudad. Y este último extremo, el parque de atracciones, los turistas que lo invaden todo, cada vez va estando más presente en los libros, como una constante intensificada al mismo nivel que las escenas familiares del comisario o de los diferentes recorridos culinarios.
El libro, además, muestra una conciencia social que ya he reseñado en otras entradas, en este caso la adulteración dela carne, la confabulación y corrupción en la comercialización y, claro, su plasmación en la obra literaria.

Además las puyas a la policía, a la corrupción del gobierno y la presencia paulatina de las mafias en el norte, como una mancha de pecado que se extiende al son del turismo masificado.

Lograr la detención de los capos de un clan de la Mafia en una gran ciudad garantizaba el traslado a algún recóndito lugar de Molise o Cerdeña, donde el robo de ganado o la embriaguez pública se consideraban delitos graves.

Aderezado con la corrupción moral y la manipulación de los medios de comunicación como herramientas de estupidización masiva.

¿Qué poder le quedaba a la gente que no hubiera sido destruido por la televisión y la penetrante vulgaridad de la administración actual?

Y, como siempre, diferentes reflexiones sobre aspectos de la cultura o la filosofía, me gustan especialmente los comentarios sobre la literatura inglesa de Paola o de la literatura greco latina del propio comisario, pero hay más.

Se preguntaba cuándo habían cambiado las reglas. ¿Cuándo lo estrafalario se había vuelto artístico, y quién tenía la autoridad de afirmarlo?¿Por qué lo banal interesaba al espectador?¿Adónde había ido a parar la belleza simple?

Entretenido como siempre. Lo podemos encontrar, como toda la serie, en Seix Barral. Aquí tenemos datos de interés.

  • Nº de páginas: 336 págs.
  • Encuadernación: Tapa blanda
  • Editorial: SEIX BARRAL
  • Lengua: CASTELLANO
  • ISBN: 9788432209543

El cadáver de un hombre desfigurado aparece flotando en un canal. No hay denuncias de desapariciones, el hombre no lleva documentación, ha perdido un zapato, y Brunetti sólo cuenta con el informe del forense para su investigación: el difunto sufría una extraña enfermedad. Sin embargo, el comisario tiene la rara intuición de que conoce a la víctima; inexplicablemente, sabe que tiene los ojos claros. Siguiendo el rastro de una posible pista, Brunetti llegará hasta el matadero de Preganziol, en Mestre, fuera de su territorio habitual. ¿Quién es este hombre sin rostro ni pasado? ¿Quién y por qué lo eliminó? Un caso sin apenas información es un reto para el comisario Brunetti, que deberá sumergirse en las zonas más desconocidas de la siempre inquietante Venecia.

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