En el periplo bloguero intento no perderme mucho, auqnque llevo un tiempo dudando qué leer. No es que no haya donde leer, es absurdo, no tengo suficiente vida para leer todos los libros que merecen la pena y que todavía no he leído, para nada, me refiero a la actitud del hablante, es decir,a la voluntad de acercarme a un libro u otro, por eso, imagino, vuelvo a los nombres que me reconfortan como letraherido, aquellos que, independientemente de su literatura, me aportan elementos que otros no me aportan, así tengo pendiente volver a Munro o Faulkner, y siempre me dejo alguno de los libritos de realtos queme quedan pendientes de Bukowski o Miller, son idioteces mías, pero necesito volver a casa por Navidad. (Prometo que algún día buscaré a Marías)
Ya
estoy aquí de nuevo con Leon, la verdad queme ha ocupado muchos
espacios de los últimos meses, lo cierto es que siento cierto
hartazgo, no de Brunetti, no me cansa, es lo suficientemente plano y
poco complejo para calmar mi ansia, si no de la estructura
repetitiva, que sí, que es cierto que aborda temas nuevos, que se
lanza a críticas sociales de actualidad, pero su estructura siempre
es muy previsible. También, digo yo, es lo que esperamos. Sí, aquí
también están Paola, con su Henry James, (Para
una lectora tan empedernida como Paola, leer era una actividad, no un
pasatimepo; así que la presencia de otra persona nole aportaba
nada,)
o la señorita Elettra, (
Entre
la signorina Elettra y su compañero hubo una comunicación que él
no entendió -Quiero la cabeza del teniente Scarpa- anunció ella.)o
Chiara, dudo de que haya crecido; Claudia Griffoni, lado femenino del
comisario o Raffi, que parece más
crecido que su hermana, pero permanece fiel a lo que esperamos de él,
gracias a dios; por su puesto Patta y el alter ego malvado y oscuro,
Scarpa; pero también tenemos a Vianello, el compañero inseparable
de Brunetti.; al
pobre Alvise, o Bocchese, Foa al timón Bambola, el camarero
senegalés que ateinde el bar
Volvemos
a la Fenice, a sus problemas de programación y de mantenimiento,
aparece en otras novelas y a Flavia Petrelli, la gran soprano que
reaparece para enfrentarse al mundo de las obsesiones
de los fan y del acoso que traspasa todo límite. Es cierto que la
autora es deudora de su oficio, es decir, su capacidad también le
juega malas pasadas y le hace caer en la reiteración, mal que lleva
aquejando a la saga unos cuantos libros, pero es cierto que esa
capacidad también le brinda la posibilidad de muy buenos momentos,
no os equivoquéis, pienso leerme todos los libros del comisario.
Me
ha gustado el contraste entre el glamour de la última escena de
Tosca y el backstage, su capacidad de entretener es notable.
Finalmente
se hizo un silencio roto sólo por el murmullo y las conversaciones
en voz baja del público a mediada que se acercaba a las salidas
Y
por supuesto la corrupción infiltrad en la sociedad. Me explico, hay
una tendencia a decir, si estos políticos robaran menos, no habría
crisis, sin embargo no analizamos el tiempo que no trabajamos y nos
pagan, o el material que tomamos de la oficina, por ejemplo, esto es
también corrupción, es abuso de posición, porque la política es
un reflejo de lo que es la sociedad, no al revés.
-Mientras
hablaba con el portiere, entraron tres hombres que ficharon y se
marcharon.
-¿Y?-
preguntó Brunetti.
-Nada,
que me recordó a casa -rememoró con nostalgia.
-¿A
Nápoles?¿Y eso?
-Uno
de mis tíos era taxista ỵ tenía un amigo en la oficina del teatro
de San Carlo -explicó como si lo aclarase todo.
-¿Y?
-Pues
que estaba en nómina como tramoyista, pero lo único que hacía era
pasar por allí dos veces al día para fichar.
Podemos
encontrarlo, como todos, en
Seix
Barral,
y
aquí os dejo datos de interés.
Nº de
páginas: 312 págs.
Encuadernación:
Tapa blanda
Editorial:
SEIX BARRAL
Lengua:
CASTELLANO
ISBN:
9788432224515
Un
admirador de la soprano Flavia Petrelli ha traspasado la línea que
separa a un fan inofensivo de un seguidor obsesionado. Conoce
todos los pasos de su ídolo, dónde se encuentra en cada
momento e intenta llamar su atención colmándola de rosas
amarillas y regalos caros. Y lo que es peor: todo apunta a que
está detrás de una serie de ataques sufridos por amigos y
personas del entorno de la diva. La cantante de ópera se
encuentra en Venecia interpretando con éxito Tosca en el
emblemático teatro La Fenice, así que será sólo cuestión de
tiempo que el comisario Guido Brunetti, viejo amigo de la
infancia que ha ayudado a la artista en ocasiones anteriores,
ponga a todo su equipo a su servicio. Eso incluye investigar en
el pasado de Petrelli y conocer el lado oscuro del mundo del
espectáculo, las presiones y la rivalidad que crece detrás del
escenario. Como reconoce la artista, «los fans son fans: nunca
son amigos».
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