Tengo
cierta fascinación por la literatura
oriental, su preciosismo, su capacidad
para describir espacios al tiempo que es capaz de inquietarme. He
leído algunos autores japoneses, chinos, Murakami,
Higashino, Sijie,
en este blog y otros antes
de que la memoria se fuera depositando, en un ataque de narcisismo,
por escrito como
Mishima, Katayama u Oé.
He hablado alguna vez del hecho de escribir: tiene
varias dimensiones; la narcisista, el hecho de poner en valor una
actividad; la de recoger elementos de la memoria que de otro modo
serían imposibles de retener en mi cabeza; y la frustración por no
ser un buen escritor, probablemente es la más dolorosa, pero el
tiempo ayuda a aceptarla, a asumir los límites de tu talento. La
literatura, de cualquier manera, se convierte en una dimensión a la
que puedo acceder y procurarme una satisfacción, ya que como
escritor no puede ser, pues al menos como lector o como guardián
de unas memorias lectoras.
La novela que os traigo me engañó. Bueno, me equivoqué al entender el título. Creí que hablaba de las amantes del anticuario Nakano, es decir, que sería una novela más relacionada con el amor o el erotismo -me fascina cómo trata el erotismo la literatura japonesa-, pero me equivoqué, es una novela que indaga en las mujeres que están alrededor del señor Nakano, que se acercan a él como amantes o empleadas o como hermanas, es la novela de Hitomi más que de Nakano, porque la presencia de la primera persona se nos presenta de una manera suave, pero firme en la comprensión del mundo. Hitomi y Takeo, el universo individual y ausente que presenta de los jóvenes japoneses, la monotonía de la existencia, o el intrincado mundo del amor, con sus sombras y virtudes.
Hitomi piensa y mira, observa el mundo que se va mostrando a su alrededor, un mundo muy limitado a la tienda y a las compras de antigüedades o a las tartas que come. Pero siempre hay algún pensamiento interesante.
“¡Cómo odio los teléfonos móviles!”, pensé. ¿Quién narices había inventado un aparato tan poco práctico? No había nada más perjudicial para las relaciones amorosas -tanto las que funcionaban como las que no- que un teléfono que se podía descolgar prácticamente en cualquier lugar y en cualquier situación.
El libro tiene momentos brillantes, por ejemplo toma de la tradición la inclusión de una historia en la historia, así lo hace con el cuento del joven del cuenco, “Así fue como el joven nos contó, despacio y titubeando, la historia del cuenco.”
Pero
lo realmente fascinante es el devenir tranquilo de la acción, los
amores de Masayo y el control de su hermano, además del fresco de la
sociedad japonesa contemporánea.
Podemos
encontrrlo en Libros El
acantilado.
Aquí os dejo datos de interés.
- Nº de páginas: 240 págs.
-
Encuadernación: Tapa blanda
- Editorial: EL ACANTILADO
-
Lengua: CASTELLANO
-
ISBN: 9788415689034
Hitomi entra a trabajar
en una tienda de objetos de segunda mano en Tokio. «Esto no es un
anticuario, sino una tienda de segunda mano», le advierte el señor
Nakano el día en que hace la entrevista. Allí está Takeo, el joven
asistente con quien inicia una extraña relación, y Masayo, la
hermana del propietario que hace exposiciones con muñecas y cuya
vida sentimental atormenta al señor Nakano, que se mantiene
vigilante sobre todo y a quien pierden las mujeres. Un grupo que
vagamente podría parecer una familia. Cronista delicada y
elusiva,Kawakami nos ofrece en este libro, además de la historia
entre Hitomi y Masayo, una sucesión de ventanas abiertas al Japón
contemporáneo, en el que conviven los objetos de una tienda
extravagante con la vaga melancolía de unos hombres y unas mujeres
que nunca consiguen ser felices del todo.
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