Cuando Henning Mankell recomienda una novela, hay que hacerle caso. Pero he de deciros que tuve mis dudas después de comenzar a leerla.
Es verdad que es la primera vez que nos encontramos con un personaje femenino en la novelística negra sueca, que es una pionera y que inaugura eso que ahora está tan de moda que es la literatura femenina, o algo así.
En este caso no hay una investigadora, ni una policía, ni una abogada que se mete en todo, no, es una periodista, jefa de sucesos, que investiga una serie de atentados en los estadios olímpicos de Estocolmo, y va avanzando, la novela, conforme ella va entendiendo la trama. Es una novela compleja, con altibajos, pero con la pasión y las virtudes de la novelística sueca: temas familiares, en este caso, la sexualidad, la guardia compartida en el hogar, la necesidad de que ella, la esposa, también tenga una carrera laboral. Hace un gran estudio de cómo son los periódicos por dentro, la vileza, el egoísmo, la dificultad de aceptar a una mujer como jefa. Adolece de lo que adolecen la mayoría, a veces de ritmo, de situaciones algo rebuscadas y de la falta de sencillez de otras literaturas, pero aun así, es una novela que os puedo recomendar.
Estocolmo, Suecia. Seis meses para los Juegos Olímpicos de verano...
En las bulliciosas y estresantes oficinas editoriales del periódico Kvällspressen, la periodista Annika Bengtzon intenta conseguir el artículo entre los artículos. Para ello se debate en una constante lucha interior entre las exigencias que le suponen su vida familiar y su ambición profesional. Valiente, compasiva, inteligente, con un lado oscuro y autodestructivo, se obstina con informar sobre la verdad, sin importarle cómo conseguirlo.
La autora, número uno en los cinco países nórdicos, con más de 9.000.000 de ejemplares vendidos en todo el mundo, revolucionó el género al introducir un personaje femenino en una novela negra que, en este thriller, intentará averiguar quién pretende sabotear los Juegos Olímpicos y por qué.
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