No suelo escribir sobre ensayos ni sobre biografías, probablemente acabé saturado después de haber leído un número indefinido en mi larga etapa universitaria; es posible que mi refugio en la novela no sea más que un reflejo de mi otra vida, la que se puede vivir y no se vive, y una reacción a la que sí que es y que se vive aprendiendo a vivir a través de los libros. ¡Vaya lío!
Me
ha sorprendido esta obra de Punset, que es un reflejo de su programa en
TVE Redes, porque es un recorrido fascinante por los últimos
descubrimientos en biología, neurociencia, psicología del lenguaje o
antropología. Su planteamiento es sencillo, se remonta a hace 2000
millones de años cuando puede comenzar la vida en la tierra y va
viajando a través de entrevistas, reflexiones etc., hacia el hombre
actual. Habla de la importancia de la genética, de la configuración
celular, de la configuración del hombre, del amor, de la necesidad, del
sexo. Si os fijáis es como una novela, pero en plan ¡He escrito un libro
de ciencia! Porque suena a novela, a ficción, a una vida que no es la
nuestra. Es difícil reconocerse en las pautas reproductivas, o en las
conductas sexuales, cuando lees sobre el grado de determinismo de la
naturaleza, te dices a ti mismo, ¡ya, y una mierda! Sin embargo, las
pruebas de que nuestros genes nos determinan más de lo que queremos,
empieza a ser una prueba científica de mucho peso.
En fin, no quiero extenderme más, simplemente creo que es una lectura apasionante y que nos llena de preguntas.
¿Por qué somos como somos? Y, ¿por qué no?
En Aguilar.
¿Por qué somos como somos? Es una pregunta que seguramente en los comienzos del siglo XXI se plantea de manera totalmente distinta a como se hiciera en épocas anteriores. Por primera vez en la historia el conocimiento científico comienza a formar parte de los intereses y de la sociedad en general. Y es que hay pocas aventuras tan apasionantes como las que nos ofrece en nuestro tiempo la investigación científica de primer nivel, aquella que busca explicación a interrogantes que hasta hace poco parecían territorio exclusivo de filósofos, teólogos o místicos. ¿Cuáles son los mecanismos que van desde un gen, desde un cromosoma, desde una molécula... hasta el ladrido de un perro, hasta el sentimiento del amor, hasta el hecho de recordar algo con ternura? La neurociencia, nuestra principal aliada en la búsqueda de estas respuestas, nos enseña pautas fundamentales para comprender la individualidad de la conducta humana mediante el estudio del cerebro y del sistema nervioso. A través de algunos de sus especialistas más destacados vemos cómo la sofisticación del lenguaje, la memoria y el aprendizaje nos diferencia de las otras especies animales, y atisbamos nuevas perspectivas sobre la sexualidad y la reproducción; algunas de ellas, inquietantes. Sobre asuntos menos susceptibles de ser analizados en un laboratorio, como la belleza, el dinero o el comportamiento social, compartimos ideas con antropólogos, economistas y psicólogos. Todo ello, conducido por la pasión divulgadora, la sagacidad y el talento de Eduardo Punset en ¿Por qué somos como somos?
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