Este blog suelo comenzarlo, al menos en los últimos tiempos, con una reflexión sobre aspectos que me sugiere la trama: la vida, las relaciones o la muerte. Son, de alguna manera, mis meditaciones sobre mi propia existencia, el fresco que configura mi pensamiento. De ese modo, la literatura ha ido contribuyendo a conocerme de una manera profunda, sincera. Pero hoy no reflexiono sobre la vida, lo hago sobre Andrea Camilleri, sobre qué ha significado para mí desde la perspectiva lectora. Cuando lo leí por primera vez, lo hice porque mi amiga Maite me pasó una bolsa con unos veinte libros, entre los que estaban los diez primeros de Montalbano. Fue un descubrimiento maravilloso. Me encantaba cogerlos uno a uno, y por las tardes, tumbado en mi cama, me los leía de tirón. Fue recobrar una costumbre de la adolescencia, reencontrarme con una experiencia cercana a la felicidad, me hacía sentir bien. Con el tiempo fui leyendo todos y cada uno de los libros, me reconforté en los personajes arquetípicos, en la experiencia de no necesitar pensar para entender la historia. Entendí que no había ninguna necesidad de presentar una calidad literaria extraordinaria para que yo sintiera el libro como propio. Pero en realidad no era un libro, era una serie completa, han sido 34 libros y este es el último que nos presenta como novela, ya que mi querido Andrea falleció (prometo que a medio plazo os presentaré la última lectura, que ya he hecho, presentada como relatos breves, La conciencia de Montalbano). Ha sido un placer y un honor, es una despedida cariñosa, él pretendía, simplemente, entretenernos, y lo consiguió. Así se pasa a la eternidad.
Este
libro soluciona un caso que lleva a Montalbano a plantearse su propio
presente, sus necesidades, sus deseos: los que quedan y los que se han ido. Es
un Montalbano mayor, que necesita de cierta tranquilidad para afrontar
la jubilación. Me gusta especialmente, porque hay un aire de revisión, de
metadiscurso, de reflexión. Me fascina leer lo último que escribió un autor que
he seguido desde el principio, y consigue sorprenderme su vigor otoñal y
reflexivo en no pocas ocasiones, la socarronería entrañable. No obstante,
pensar que es el final de la serie me entristece, aunque a mi manera he leído
todo lo que nos ha propuesto, su nacimiento, el hieratismo de algunos
personajes, su esquematismo argumental y siempre con mucho cariño, como cuando
tenemos amigos con un discurso plano, pero nos parecen parte de nosotros.
Al
comisario le entró un violento ataque de nervios. Hacía algo más de diez años
había tenido la genial ocurrencia de contarle a un escritor del pueblo un caso
que había resuelto y, ni corto ni perezoso, aquel individuo había sacado una
novela sobre todo aquello. Como en Italia no leen más que cuatro gatos, la cosa
no había tenido mayores consecuencias. Y así, puesto que no sabía negarse ante
la insistencia de aquella pesadez de hombre, había seguido refiriéndole un
segundo, un tercer y un cuarto caso que el novelista había escrito a su manera,
empleando una lengua inventada a medio camino entre el siciliano y el italiano
y echando mano de su imaginación. Y esos libros, sin un motivo aparente, habían
acabado siendo los más vendidos de Italia e incluso se habían traducido en el
extranjero. Y luego los habían adaptado a una serie de televisión que había tenido
un éxito extraordinario. Y desde aquel momento todo había cambiado. Ahora todo
el mundo lo reconocía y sabía quién era, pero sólo como personaje televisivo.
Aquello le tocaba los cojones a dos manos, era insoportable, parecía una
situación sacada de una comedia de otro autor de la zona, un tal Pirandello.
Lo
tenemos en Salamandra
Editorial
: SALAMANDRA; 001 edición (6 octubre 2022)
Idioma
: Español
Tapa
blanda : 256 páginas
ISBN-10
: 8418681160
ISBN-13
: 978-8418681165
Edad
de lectura : A partir de 1 año
Peso
del producto : 334 g
Dimensiones
: 13.7 x 1.8 x 22 cm
El
último episodio de la serie dedicada a Salvo Montalbano.
La
despedida del escritor más popular de Italia y uno de los más leídos en Europa.
Un
joven director de una sucursal bancaria de Vigàta es asesinado a quemarropa por
un misterioso motociclista, y Salvo Montalbano, cansado ya de crímenes y
homicidios, se encarga de resolver el caso en el menor tiempo posible. Pero el
destino nunca depara soluciones fáciles: lo que inicialmente parecía un ajuste
de cuentas por cuestiones de honor, resulta ser una madeja mucho más difícil de
desentrañar.
Esbozado
entre 2004 y 2005, retomado en 2016 y publicado póstumamente en
2020, Riccardino ha adquirido el valor de testamento literario, un
broche magnífico a una historia de casi treinta años en el que Andrea Camilleri
demuestra su genialidad al mezclar realidad y ficción, en un sorprendente guiño
del escritor siciliano para despedirse de Salvo Montalbano, su inseparable
compañero de aventuras.
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