miércoles, 4 de agosto de 2021

Conquistar el cielo, , Divorare il cielo, Paolo Giordano

 

Hace tiempo que me dedico a vivir la vida sin preocuparme por este blog, por ser fiel a mi compromiso con todas vosotras, con todos los que habéis seguido enganchados este tiempo. Es curioso, entro en las estadísticas de visitas y, sin haber publicado nada en 30 días, triplico las de un mes normal con tres o cuatro entradas, cosas de los robots y de internet, de los indexadores y de los posicionamientos de Google, quiero pensar, pues, que los fantasmas se acercan a los restos de mis pensamientos de una manera ordenada, como en una procesión de cualquier pueblo mediterráneo, con la precisión americana de las nuevas tecnologías, emoción, pero fraude, porque lo a lo que yo me comprometí, es lo que hay, es a traeros mis libros, sí, no aquellos que han configurado mi pasión lectora (os participo que, aunque no he hecho ninguna entrada, he leído unos seis libros), sino los que han ido presentándose en mi vida estos últimos años.

La vida se interconecta como nunca, todos tenemos acceso a la existencia de los demás, todos podemos creer que tenemos participación en lo que está ocurriendo a nuestro alrededor: somos copartícipes del cambio climático, de las sequías globales, de la extinción de especies, del hambre en el mundo, del racismo, del machismo, del etnicismo, de la intolerancia, de la discriminación, de las guerras, de la sobreexplotación de la tierra, del asesinato masivo de animales, de la deforestación, de, no sé, de lo que se os ocurra, y sin ningún espíritu crítico, hemos de creer a pies juntillas a los mandarines de turno, nos abalanzamos sobre la siguiente idea y abrazamos el nuevo feminismo o el pensamiento woke, que total, lo mismo da, debemos dotarnos de un identidad que, claramente, se adecue a una identidad eufemística, solidaria y aceptada por los voceros que, en cada esquina, gritan hasta desgañitarse que eres culpable de lo que sea, de todo, por abreviar, porque el pensamiento líquido, vacuo, se debe imponer a una sociedad anestesiada por la gilipollez mental. No a la crítica. No al discurso. No a la discusión. Totalitarismo de identidades. Coñazo.

Pues es lo que hay compañeros de viaje. El libro se mueve en el happy way of live, en la necesidad de la creación de una nueva identidad solidaria, ambientalista, ecologista, okupa, si hace falta, crítica con el statu quo, violenta, por supuesto, si hace falta contra el otro, el ogro, el enemigo que se ha señalado porque, es lo hermoso de estas nuevas identidades, la violencia solo se puede ejercer contra el disidente voraz y capitalista, contra el ogro que destruye la tierra, contra las multinacionales que conspiran para llevarnos a una nueva edad media en que seamos meros consumistas, qué hermosa contradicción, porque, claro, eso de alimentarnos seis mil millones de personas que, oh pecado mortal, la mayoría no viven en occidente, como que no, como que otro día, como que si comen una vez al día, pues como que mejor, más sanos estarán porque esto de comer tres veces al día, no morirte de diarrea, no perder toda la cosecha por un hongo, etc., como que ya es cosa del pasado, todos nuestro huerto y la cabra para la leche, en el mejor de los casos un par de gallinas para el huevo, sin pasarse por lo del maltrato animal, y too esto en megalópolis de más de cinco millones de seres, sencillo, oye, porque todo ha de venir de la madre tierra que eso de los ingenieros agrónomos como que deben ser proscritos y todos con energía solar, perfecto. El mundo hostil, esta arcadia que se desarrolla en la Hacienda, este nuevo Edén que recrea elementos bíblicos: la historia de Abraham, Caín y Abel, Adán y Eva; estos nuevos argonautas de la modernidad avanzada recrean una novela rosa con esos tintes tan al uso del melodrama emocional aderezado con muertes, asesinatos e intriga, poca, y la búsqueda de conmover al lector con un final de esos que te tocan el corazón. Pues si es lo que os apetece, a muerte, lectura del verano, pero a mí no me van las telenovelas, tantas páginas para contar algo tan simple, pues como que me da pereza.

Tan al gusto de sentimientos almibarados y erotismo hortera, en este fragmento se reproduce la imagen mental del sexo romántico de príncipe princesa, aunque vivan en una comuna que no es una comuna, aunque parece una comuna. Es el elemento imprescindible para el comienzo de la historia entre adolescentes que se refugian en lo que debería ser el amor, ideal para esta nueva novela de consumo que engancha a miles de lectoras.

 

Empecé a restregarme de abajo arriba, desde las piernas hasta el vientre, una y otra vez, primero despacio y luego subiendo el ritmo poco a poco, hasta que sentí algo formándose justo en el punto donde nos tocábamos, una especie de calor que se elevó velozmente hacia mi garganta. Era la primera vez que me ocurría.

 

Claramente espectacular. En Salamandra.

 

Colección NARRATIVA

Páginas 400

Target de Edad Adultos

Tipo de encuadernación Tapa blanda

Idioma ES

Fecha de publicación 2021-02-01

Autor Paolo Giordano

Editorial SALAMANDRA

Referencia 9788498389647

Los veranos de Teresa transcurren tediosamente en casa de su abuela (situada en Speziale, un pequeño pueblo de Apulia, en el sur de Italia) hasta que conoce a Nicola, Tommaso y Bern, tres chicos que viven en una finca vecina. Se sospecha que son hermanos, pero lo único cierto es que son inseparables y que Teresa se siente atraída por ellos como por un imán, sobre todo por Bern, el más indómito de los tres. Por supuesto, no sabe que ese encuentro los marcará de forma indeleble y acabará trenzando el destino de sus vidas para siempre.

Conquistar el cielo habla del amor y el afecto, del conflicto entre la realidad y el deseo, y del descubrimiento de los demás y el poder que éstos pueden tener sobre nosotros, en un plano no sólo afectivo sino también ético y político. Una historia provocadora y vibrante, impregnada a menudo de un matiz trágico, que no deja de ser una evocación emotiva y desgarradora de las ansias de vivir.

 

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