Así que el pánico se adueña de nosotros y seguimos viviendo con miedo, necesario, claro, pero mortal, paradógicamente, para pensar con claridad, sentir con decencia y mirar a la realidad a los ojos; es más sumiso el temeroso, esclavizado por el estrés, por la ansiedad que anida como un cáncer incurable en su alma. Son los tiempos de los sumisos felices.
Recuerdo la novela vagamente, es así, no hice la entrada en este blog en cuanto acabé de leerla, la fui dejando, seguí leyendo, seguí viviendo atenazado, distante, y hoy he recordado que se merece su espacio, volver una vez más a la vida. Una de las cosas más graciosas que pasan con los libros cuando hace un tiempo que los hemos leído es que si no te han impactado se quedan en un borrón difuso, has de repasar las notas que tomaste, leer su sinopsis y afloran los recuerdos, rectifico, no afloran los recuerdos, aflora la sensación de lo leído, que es lo que queda en realidad tras el paso del tiempo. Queda un pensamiento atrapado en una anotación, un momento concreto que revive tu cerebro cuando relees un fragmento. De este libro me queda la deconstrucción del dolor, el miedo, una vez más, de la separación, la disolución del amor y el respeto.
Si uno no dejase nunca nada ni a nadie, no tendría espacio para lo nuevo. Sin duda, evolucionar constituye una infidelidad..., a los demás, al pasado, a las antiguas opiniones de uno mismo.
Es significativa la introspección sobre la vida y la mismidad, el existo y el fracaso, sobre la creación artística. Este fragmente me interesa.
Necesitaré bolígrafos y papel para mi viaje. No quiero olvidar ninguna emoción importante. Seguiré el rastro de mis sentimientos como un detective, buscando pistas del crimen, escribiendo a medida que me lea a mí mismo.
Quiero conseguir una sinceridad que no implique tan solo admitir lo horrible que es uno. ¿Cómo me gusta escribir? Con un lápiz blando y la polla bien dura, nunca la inversa.
La tragedia del hombre medio absorto en la responsabilidad que contrasta con la vacuidad posmoderna de la nada que antepone el yo como único punto de referencia vital gobernado por un ego tiránico y egoísta que aspira a la felicidad barroca del artificio.
Tuve un profesor que solía decir que cada año suplementario de estudios añade cinco mil libras a tus ingresos anuales de por vida. He sido capaz de levantarme a las cinco, salir de casa y llegar a mi estudio a las cinco cuarenta y cinco. He logrado renunciar a cosas que me gustaban; no resulta divertido renunciar a cosas que no son divertidas.
O este fragmento.
Susan, que es cuatro años más joven que yo, opina que vivimos en una época egoísta. Ella habla de un thatcherismo mental, que considera que las personas no se necesitan unas a otras. En el amor, hoy en día hay un mercado libre; curiosear y comprar, mirar y elegir, alquilar y rechazar, a tu gusto. No hay ninguna seguridad ni social ni sexual; cada cual tiene que cuidar de sí mismo, o no hacerlo. La satisfacción, la expresión de la propia personalidad y la "creatividad" son los únicos valores existentes.
El personaje en su viaje hacia el abandono, tiene pensamientos difusos, en ocasiones contradictorios respecto a sus acciones, hecho que lo humaniza, así hay momentos con pensamientos inquietantes y dolorosos.
Voy a dejar a esta mujer con dos niños pequeños. Tendrá que ocuparse de ellos ella sola. Mi presencia, por muy funesta que sea,, tal vez le haya resultado tranquilizadora. Ahora trabajará, les comprará ropa, les dará de comer y les atenderá cuando estén enfermos. Estoy seguro de que se preguntará, si no lo ha hecho ya, para qué sirven los hombres. ¿Cumplen alguna función útil en la actualidad? Fecundan a las mujeres. Y posteriormente a veces les mandan dinero. ¿Para qué más pueden servir los padres?
Así , la disolución del matrimonio y la convivencia conlleva reproches, justificaciones, proyecciones de lo que debió ser o fue, todo se encamina hacia una reflexión sobre el propio hecho conyugal, el abandono y sus consecuencias.
Debería dormir un rato. Pero preferiría no acostarme en la cama. Hay pocas cosas más desoladoras que desnudarse en la oscuridad junto a una mujer que no se va a despertar por ti.
En Anagrama
ISBN 978-84-339-6894-4
EAN 9788433968944
PVP CON IVA 10.00 €
NÚM. DE PÁGINAS 144
COLECCIÓN Panorama de narrativas
CÓDIGO PN 434
TRADUCCIÓN Mauricio Bach
PUBLICACIÓN 01/09/1999
Jay es un escritor y guionista cinematográfico de cuarenta y pocos años. Tiene todo lo que se puede desear a su edad: una carrera exitosa -ha sido nominado al Oscar por uno de sus guiones- una mujer ambiciosa e inteligente que trabaja en la industria editorial, dos hijos pequeños a los que quiere, una hermosa casa donde cada día, mientras Susan marcha a su trabajo, él se queda a escribir. Pero después de seis años de vida en común, Jay ha decidido que aquello se acaba. Hoy es la última noche de una etapa ya concluida de su vida. Hace tiempo que viene pensándolo, y mañana se marchará de casa para siempre, aunque Susan todavía no lo sabe. Cuando ella se vaya al trabajo, Jay pondrá unas pocas cosas en una maleta y sin que nadie lo vea se irá a vivir temporalmente a casa de Victor, un amigo de su misma edad que ya lleva algún tiempo divorciado. Es una decisión que le pone entre la espada y la pared; abandonar a sus hijos le resulta insoportable, pero quedarse significa resignarse a la infelicidad cotidiana, a una rutinaria vida de la que pasión y placer parecen haberse ausentado definitivamente. ¿Por qué un hombre deja de amar a una mujer?
En una novela desesperadamente honesta, Kureishi cuenta la historia de una separación. Poco a poco, en una verdadera escalada de sinceridad y lucidez, van surgiendo los detalles sórdidos, los pensamientos asesinos, los hechos y los gestos que habitualmente preferimos silenciar, la intimidad desnuda de una pareja. Crónica del fin del amor y el comienzo del odio, la novela de Kureishi es una consistente, inteligente reflexión sobre los desencantos de la madurez, las casi insalvables dificultades de la vida en pareja, las mezquindades, las negociaciones, las claudicaciones que nos impone la vida. Pero también, como en otras obras del autor, es un vigoroso, certero retrato de una generación -la que ahora está en el poder- sus costumbres, sus ideas sobre el amor y la familia, su política y su ética cotidianas.
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