sábado, 21 de marzo de 2020

Léxico familiar,Lessico famigliare, Natalia Ginzburg

Resultat d'imatges per a "lexico familiar"Por fin me hago el ánimo y me pongo a escribir. Confinamiento, cuarentena, aislamiento social, distancia de seguridad, medidas de seguridad, miedo, respeto, distopía, ficción, responsabilidad, amistad, reflexión, amor, odio, temor, pandemia, OMS, redes sociales, compañeros, alumnado, profesorado, sanitarios, héroes, barrenderos, histéricos, sentido común, filosofía, literatura, supermercados, cajeras, reponedores, repartidores, transportistas, trabajadores del campo, gente de la limpieza, distribuidoras, fuerzas de seguridad, ejército, letras, series de televisión, películas, prensa, silencio, aire, lejía, mascarillas,plataformas, correo electrónico, plantas, vecinos, ocho de la tarde, precaución y libros. Podría hacer la entrada solo con palabras que me dicen algo, que adquieren estos días algún significado para mí. También podría hacer un diario de la cuarentena, aprovechar el blog para decir y hacer, reflexionar o cualquier cosa que ayudase en el confinamiento. Pero decido seguir hablando de libros, instalándome en la normalidad anómala, extraña, increíble. La naturaleza ha decidido parar, y nosotros también,obligados, sí, pero leyendo, no deja de ser ese placer del que tanto os hablo.

Vamos a ver. Léxico familiar, el título es muy atractivo, me llamó desde el principio y, a falta de exigencias, pues me puse a ello. El libro relata la vida, la familia, los temores y pasiones de una familia italiana, algo como un diario de la cuarentena, (no es un diario) pero diferido en el tiempo, y por eso sé que no quiero escribir yo el mío propio. El diario de batalla, de vida, se configura a partir de las anécdotas triviales que salpican lo cotidiano, a partir de leves momentos que, esa es su finalidad, pretenden construir un cuadro auténtico de lo que realmente fue una vida. Yo soy escéptico respecto a esto, no sé qué aporta, lo superficial, los cotilleos, los resquicios amables de la memoria no me interesan, sin embargo el intento de sinceridad de los autores, cuando se decantan por este género, me enternece, y lo hace porque hay algo de narcisismo en el hecho de creerse, aunque solo sea por un segundo, que han podido reflejar algo real de sus vidas. Reconozco que la verosimilitud sí que está presente, es creíble, cierto, y, en muchas ocasiones, es capaz de trascender lo cotidiano y reflejar pensamientos de mucho calado, inteligentes y perspicaces.
Eso no significa que no me haya gustado. Me ha gustado,, es fresca, es dinámica y entretiene, no deja de ser esto una finalidad de la literatura. Me gusta mucho el amor que hay siempre tras las descripciones de un padre malhumorado, esa caricatura que produce una recompensa íntima y que el lector identifica con un cascarrabias, pero siempre desde la ternura y la mirada de la hija.

Cuando Alberto tenía un examen, mi padre se ponía de pésimo humor desde por la mañana. "¡Me hará quedar fatal!¡No ha estudiado nada!", decía a mi madre. "¡Espera,Beppino!- respondía ella-.¡Espera!Todavía no lo sabemos."/"Ha sacado un diez", le decía mi madre a mi padre. "¿Un diez?-se enfurecía-.¡Un diez!¡Se lo han dado porque es mi hijo!¡Si no fuera mi hijo le habrían suspendido!"

La vida transcurre en la Italia fascista, con Mussolini, con la guerra siendo judíos, pero es un libro más bien familiar, más centrado en el devenir propio de una familia que el dolor. Es cierto que narra escenas de resistencia, de lucha, de activismo político, de dolor, pero dentro del marco canónico de lo cotidiano. Así, ella evoluciona, crece, se enamora y se casa, llega a la vida adulta con todos los aderezos de la burguesía que parece criticar; siempre me fascina el activismo político de la burguesía comunista y su anhelo, real, de vivir como un burgués, es muy interesante.

También había descubierto el dinero: no es que me hubiera vuelto avara -he sido siempre una manirrota como mi madre-, pero detrás de las cosas había identificado la presencia del dinero como una cansada y tortuosa complicación que, siguiendo el rastro de los treinta céntimos, podía llevar quién sabe dónde, a qué destino ignoto.

Lo que decía, hay ocasiones en que los problema entran de lleno en la novela como la fuga a Suiza de su hermano o la muerte. Este fragmento sobre la guerra me ha gustado.

Pero cuando ya todos pensaban que al fin y al cabo se las habían arreglado con poco y que no habría cambios, casas destruidas, fugas ni persecuciones, de pronto comenzaron a explotar bombas y minas por todas parte,las casas se derrumbaron y las calles se llenaron de escombros, de soldados y de prófugos. Ya no había nadie que, haciendo como que no pasaba nada, pudiera cerrar los ojos, taparse los oídos y esconder la cabeza debajo de la almohada. En Italia la guerra fue así.

Así la novela sigue su devenir mostrando, ese es su mérito, mujeres fuertes, de su tiempo, describiendo su inteligencia, su saber hacer, su perspicacia. Existen pensamientos notables que me parece oportuno traeros en estos tiempos extraños, pensamientos que resumen qué es la vida, la muerte y el dolor.

En cambio, después de la guerra, el mundo se presentaba enorme, ignoto y sin confines. Mi madre sin embargo volvió a vivirlo como pudo. Volvió a vivirlo con alegría, porque tenía un carácter alegre. Su espíritu no sabía envejecer y no conoció nunca la vejez, que consiste en quedarse humillado en un rincón llorando el desmoronamiento del pasado. Mi madre asistió sin lágrimas al desmoronamiento de su pasado y no llevó luto por él.

En Lumen.


Título: Léxico familiar
Autor (es): Natalia Ginzburg
Traductor: Mercedes Corral
Sello: LUMEN
Precio sin IVA:9.91 €
Precio con IVA: 11.99 €
Fecha publicación: 02/2016
Idioma: Español


Formato, páginas: eBook, 272
Medidas: 145 X 211 mm
ISBN: 9788426403216
EAN:
Temáticas: Biografías
Colección: Narrativa
Edad recomendada: Adultos


«Aunque esté basado en hechos reales, me gusta pensar que Léxico familiar va a leerse como una novela, pidiéndole a este libro todo lo que solemos pedir a la ficción.» Así se expresaba Natalia Ginzburg hablando de este magnífico texto que cuenta su infancia y su juventud, y donde aparecen los nombres reales de parientes y amigos, entre ellos Cesare Pavese y Elio Vittorini.
Léxico familiar habla de los Levi, una familia judía y antifascista que vivió en Turín, en el norte de Italia, desde 1930 hasta 1950. Natalia era una de las hijas del profesor Levi y fue testigo privilegiado de los momentos íntimos de la familia, de ese parloteo entre padres y hermanos que se convierte en un idioma secreto. A través de este léxico tan peculiar vamos conociendo al padre y a la madre de Natalia, unas personas que inundan de vitalidad el libro; veremos también a los hermanos de la autora, a su primer esposo, a políticos de gran valía y a muchos de los intelectuales que animaban las tertulias en estas décadas tan importantes del siglo XX

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