martes, 11 de febrero de 2020

Tiempos negros, AAVV


Resultat d'imatges per a "tiempos negros libro"Ayer venía pensando sobre la muerte, no es que el libro me haya mediatizado por que nos hable de partes más o menos escabrosas de lo que ocurre en la sociedad, no, venía pensando en cómo se oculta la enfermedad y después la muerte aparece como algo que no trasciende, anecdótico; si quien fallece tiene fama, se le honra en lo público, si familia, en el seno, a veces con la exposición en lo público, pero hay una tendencia a ocultarla, como si el cadáver no fuera en lo que nos vamos a convertir algún día, como si no fuera parte importantísima de quienes somos y por dónde andamos. No existe pornografía en la muerte privada, sí en la pública, en los cadáveres de una guerra, en ocasiones de una matanza, porque parecen monigotes que no nos atragantan el bocado cuando comemos viendo el telediario, o de un crimen infecto que hemos seguido día a día por la televisión con miles de horas de audiencias que, impúdicamente, se relamen con un dolor mediático que pueden consumir; pero la muerte privada es otra cosa, se oculta, y se oculta más si ha habido una larga enfermedad, vaya, una terrible enfermedad o vaya usted a saber qué enfermedad o circunstancia menos poética. Lo pornográfico se consume, lo trascendente se oculta.
El libro que os traigo navega por las procelosas aguas del relato negro. He hablado en muchas ocasiones sobre el mismo, incluso he publicado un ensayo sobre la obra de Donna Leon en donde reflexiono sobre los diferentes tipos y modos de hacer. No os aburro. La idea coral de Mallo me parece interesante, dota al libro de mayor vigor y consigue el fin para el que se ha publicado, entretener sin esperar más. Y ahí es donde entra la contradicción entre la idea de la edición y del lector. Hay demasiada literatura del crimen, de lo negro, de policías, si queremos, demasiada literatura es indicador de variedad, y la variedad de resultados desiguales, porque no es posible mantener el ritmo de producción manteniendo el nivel literario que no productivo, porque es de lo que se trata, de dotar de producción, de dotar al mercado de un producto, tal vez en eso se ha ido convirtiendo, o siempre lo ha sido, dando la razón a los que reflexionan sobre el subgénero y lo banalizan en su futilidad.
Crónicas de sucesos siempre ha habido, el morbo por la otra parte de la realidad existe desde que existe el periodismo, al menos, pero también el la literatura oral con romances que narraban historias de muertes, claro, así, el lector o el oyente, ha gustado del morbo, de lo obsceno, de la recreación de la muerte que no hace en lo privado, al menos en nuestra cultura. Reitero, lo pornográfico vende por irreal, ¿quién va a pensar que lo escabroso del crimen caerá alguna vez sobre él?
Y todo esto nos da un resultado desigual. La coralidad hace que la mediocridad salte enseguida como un aviso en la niebla, el lector observa, decepcionado, que alguna de las autoras no está a la altura de la idea y presenta un relato que, desde mi modesto punto de vista, es parte de una tertulia inacabada sobre el morbo público de moda.

Prólogo, La ciudad y sus temblores, de Ernesto Mallo, donde se produce una justificación del título coral y un repaso por cada uno de los autores/as.

Desde los albores de la humanidad hemos atravesado conflictos, guerras, epidemias, catástrofes, crisis económicas, el trabajo o la falta de él y tiranías de todo pelaje. Si bien han tenido un alto costo en vidas y sufrimiento, hasta el momento hemos logrado sobrevivirlos. Estoy convencido de que gran parte de este éxito es debido a que somos capaces de contarnos nuestras historias, de transmitirnos experiencias y de encontrar en la cultura los recursos necesarios para superar los momentos más terribles que nos toca vivir como individuos y como comunidades. Llamamamos “Tiempos negros” a esos momentos.

Cuentos difíciles, Alicia Giménez Bartlett, a modo de ensayo introductor donde la autora se pregunta por las diversas técnicas en la composición de la novela, el relato, negro. Me parece gracioso que se dote de seriedad intelectual a un entretenimiento. Justifico el prólogo del editor, además es un autor que me gusta, pero ceo pretencioso el análisis, la explicación, como si fueran Las soledades.

La niña Angelita, Jenn Díaz. La visión de una niña en su día a día con una asesina. Me ha parecido inquietante. Principios del siglo pasado. En España existía un periódico, lo recuerdo de los kioskos cuando era adolescente, que se llamaba El caso y que buceaba en los acontecimientos más escabrosos, en el dolor y la muerte, en los espacios sórdidos del alma humana.

Y me preguntan si la mamá ha robado a más niños, supongo que se refiere a Felicidad, o Teresita, como se llame, y yo digo que bueno, que aveces viene Juanito, y se miran entre ellos, aunque me parece que la mamá no ha robado a nadie.

El hecho de que el punto de vista sea de una niña redimensiona lo trágico porque le da una dulzura de la que carece.

Por lo menos esta noche no duermo sola, que a veces me da un poco de miedo, pero ha venido Felicidad y estamos juntas, eso le he dicho, al menos estamos juntas, y además que Enriqueta no es tan mala como ella se cree, es un poco rara pero no mala, aveces la gente no sabe diferenciar,

El verdadero crimen perfecto, Lorenzo silva. Habla con nosotros. Habla con el personaje. ¿Es el autor?¿Es un narrador? Lo hace para contarnos un suceso y cómo se construye la venganza con paciencia, con una tenacidad formidable. Crimen perfecto. Nos deja un excelente regusto literario. Sabiduría e inteligencia.

Tengo una mala noticia para ti, Manuel Arias Romaguera, la peor posible: estás a punto de morir, y nadie va a pagar nunca por tu muerte.

El centro del olvido, Alexis Ravelo. Sucesos o el porqué del crimen, de la venganza. El pasado que vuelve como una tormenta para arrasar los abusos; muerte y una España de postguerra. La trama sencilla, los personajes sencillos y una vez más la primera persona que da fuerza al relato.

A Rosario, cuando pienso en ella, vuelvo a verla como una quinceañera, morena, alegre, inconscientemente hermosa. A él, en cambio, siempre lo veo guardando su pitillera y calándose el sombrero, diciéndome que aún falta uno, perdiéndose entre las venas de la noche por última vez y para siempre.

99 notas preparatorias para una novela en torno a Maracanazo, Eduardo Berti. Como indica el título es una sucesión de apuntes que enmarcan un asesinato en el momento en que se produce la victoria de Uruguay sobre Brasil en Maracaná. Esbozos, apuntes para una novela, elementos simples a modo de párrafos ordenados que buscan autor y lector.

El cadáver, que es quien narra, cuenta cómo poco a poco todo parece reaccionar. El cielo: empieza a llover. Las personas: se sacuden el estupor y reaccionan con insultos, con llantos, con borracheras.

5 postales latinoamericanas, Ernesto Mallo. Postal. Una película en la selva como una casualidad del destino para que devenga Guacamole, ciudad sin existencia. 
Postal. Ella es esposa de un vago. Es todas para darse como prostituta proverbial. El relato golpea levemente al lector y se construye por este poco a poco para entender la dimensión de los sueños.

Bárbara. Muchas veces Belén. En ocasiones Déborah. Muy pocas Maribel. Nunca Beatriz, precisamente.

Otra donde inquieta el estado policial, la arbitrariedad del poder sobre la vida. Marilyn muere, otra postal, la Norma que fue de otra época en la Argentina. Un encuentro y el recuerdo que deja un ángel antes de despedirse.

Un sicario que camina en soledad enamorado de su ficción.

caminaré en silencio detrás de él; me acercaré sin que me advierta (el lugar ha sido elegido teniendo en cuenta que la luz del sol no anticipe mi sombra); colocaré el cañón de mi Ruger 22 largo justo detrás y debajo de la oreja, apuntando oblicuamente hacia arriba y gatillaré.

Está la maldad que puede acabar de un modo magistral con un cuento cuya moraleja no nos asusta porque la ironía tiene esas cosas que hace de lo terrible comedia.

Solo de dos cosas Giardina no tenía la culpa en su infame vida: de su aspecto desagradable y de ser un hijo de puta, aunque  andando los años hiciera de esto último un culto.

La bienhablada, Patricia Soley-Beltrán. En este relato una niña visionaria muy especial que es capaz de algo tan extraño como ver el mundo.

La última del sanatorio, Cristina Fallarás. Eso, la úttima.

Aquí el crimen no existe, Bernardo Fernández (BEF). No sé si es suficiente para despertarme del anterior relato.

 -Una mujer fue asesinada... por romper unos juguetes de Star 
wars -dijo el mayor de los dos. Un jovencito.

Tlálolc, Paco Ignacio Taibo II. Me gusta lo hiperbólico, la ilusión descabellada y cómo la trama garantiza la expectación.

Estaba lloviendo a raudales cuando en Nueva York se produjo la misteriosa epidemia que afectó a la semana laboral de un centenar de porteros.

La sospecha, Pablo De Santis. El relato breve debe sustentarse enq ue se elimine lo superfluo; en lo policial se debe crear una atmósfera que despiste al lector para acabar con la sorpresa.

Negocio familiar, Espido Freire. La ironía es de agradecer en una historia plana que, sin embargo, juega como un divertimento con esa trama casi absurda. Pero, es cierto, que la trama acaba justificándose, lo reconozco.

-Al que cualquier día habrá que envenenarle las hamburguesas de soja, porque de tan legalista va a acabar denunciando a su propia familia. Si algo tenía de bueno el sistema antiguo es que os buscábamos maridos que os entendía, Olga, que conservaban algo del sentido del honor y que cuidarían de vosotras. Un buen policía arrepentido... Yo, cuando me dijiste que tenía novio..., no me quería meter, pero, hija, un guardaespaldas polaco es caer muy bajo.

Los tres caballeros, Petros Márkaris. No aparece Jaritos, aparece el ficcional Comisario, pero en mi imaginario es él, que no centra la trama, la participa. Hay más literatura en esta descripción que os voy a poner que en alguno de los relatos que he leído. Si nos fijamos a través del trazo grueso, sabemos que la acción se desarrolla en Grecia y que la miseria está presente en las calles. La inferencia es un principio imprescindible porque nos ayuda a que el autor se pueda comunicar con el lector sin retratarnos, a los lectores, como si fuéramos medio idiotas.

Sócrates y Pericles tenían vasos de plástico junto a sus cabezas, mientras que Platón sostenía un tazón metálico en la mano derecha. Generalmente, al despertarse por la mañana los vasos y el tazón estaban vacíos. Como mucho, alguno de los tres contenía una moneda de veinte céntimos o dos monedas de diez, muestras de humanidad de los transeúntes más rezagados o de generosidad de aquellos que salían animados de los bares y los comederos de Monastiraki.

Reconozco que él fue el principal reclamo para leer el libro, y no me decepciona: alguno de los elementos de su novelística aparecen, no solo la descripción de los personajes y situaciones, también la crítica social.

Los profanadores de basura son como los ejecutivos de una empresa. De la misma manera que uno de cada tres griegos ha estudiado dirección de empresas, uno de cada tres indigentes es profanador de basuras.

Es duro, no cabe duda.

Son jubilados, desempleados... Vienen y se lo llevan todo, desde los restos de comida hasta las maderas y los objetos metálicos. No sabría deciros qué encuentran a esas horas de la mañana.

Mala lluvia, Anna Maria Villalonga. el relato se encuentra en la línea postapocalíptica de la Ciencia ficción y se construye con un argumentario esquemáticamente diseñado a pequeños golpes que intentan hilvanar una historia.

En medio del desastre, recuperar la mediación de la palabra fue una de las soluciones establecidas. Frente a la tecnología salvaje, un intento de humanización.

En Siruela.

Edición de:Ernesto Mallo
Sello:Siruela
Colección:Nuevos Tiempos 391
ISBN:978-84-17151-29-4
2017
Encuadernación:Rústica con solapas (Disponible en EPUB, Kindle)
Páginas:248
Dimensiones:145 x 215 mm
Tema:Cuentos contemporáneos - literatura en castellano, Novela policiaca y thriller
Idioma de publicación:Español


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