Se producen fracturas en la vida, en el
devenir de la vida. No es una cronología lineal, ni todo está previsto de
antemano, más bien es un continuo de alternancias que produce sucesos
extraordinarios e inesperados. La vida es una realidad a la que no podemos
renunciar, en principio, porque aunque renunciemos vivimos, a menos que
decidamos acabar con la vida, en ese caso desaparece, se esfuma es no-vida, no
nos interesa; es el paso a las otras dimensiones, a las otras alternativas, a
las otras vidas. Por eso se producen acciones, aventuras, hechos que, en
ocasiones, alteran el marco de expectativas y, en consecuencia, nuestra
percepción. Es entonces cuando debemos dejar la mente en blanco, cuando debemos
ver qué hay de proyección en lo que ocurre, cuanto de nuestra sombra, cuanto de
lo que esperábamos se produce o no y entonces, solo entonces, valorar lo
acontecido y así, en la mayoría de casos, nos daremos cuenta de que los demás
no nos decepcionan, no, nos decepcionamos nosotros a nosotros mismos.
Cuando no conoces a alguien, la ausencia
de expectativas actúa como estímulo. Ninguna osadía puede dañar una imagen que
todavía no tienes.
En la vida sobrevivimos a muchas
tragedias, o no, pero nos van dejando cicatrices que determinan nuestra manera
de actuar y sentir. Watanabe siente que la vida es un viaje en busca
de algo, como siempre de la identidad, ¿qué si no?, y ese viaje le lleva al
mundo, afortunado, le lleva al amor y al conocimiento de las diferentes
culturas con las que interacciona. Es un ejecutivo típico japonés, fiel,
entregado a la empresa; en él el trabajo y la vida se confunden, por eso el
amor se confunde: entra y sale, lo alecciona y le hace hombre, pero él vive en
otro mundo, dentro de los que visita, y eso hace que deambule por ese amor como
deambula, es el logro central de la novela, por el Japón post-Fukushima en
busca de su identidad, de una identidad que quedó marcada en las cicatrices de
su cuerpo tras sobrevivir a la bomba atómica. Por eso el accidente nuclear es
su destino, por eso le llama con una voz muy clara, por eso el viaje de su vida
se resume en el viaje del final de su vida, porque a lo largo de su existencia fue
a la búsqueda de la identidad, y en el último momento va a la búsqueda de los
porqués que le llevaron a ser quien creyó ser.
Alternándose a distintas alturas, los
zapatos improvisan pentagramas. Los pies son el metrónomo del viernes.
Por eso es una novela inteligente, porque
es capaz de mostrar que la vida son decisiones, casualidades y aconteceres,
pero que, en muchas ocasiones, vienen determinadas por un viaje que se
emprendió y nunca acabó, por eso la necesidad de nuestro personaje de llegar a
un final, alguno, que le reconcilie con las lagunas de sus cicatrices. ( fijémonos
en la irregularidad de una cicatriz de quemadura, en los espacios en que parece
que la piel está limpia junto a los espacios en que la geografía se vuelve
abrupta e indómita, ese es el logro de la búsqueda)
Utiliza la polifonía narrativa entre las
primeras personas dependiendo de los personajes , los femeninos que han de
contar la historia del amor, dotando al relato del realismo ficticio del
testimonio frente al primer capítulo, por ejemplo, en que el narrador
omnisciente desentraña el hecho multifocalmente presentándonos todas las
posibilidades de la trama. Así, en ocasiones, introduce afirmaciones
inquietantes, (Siempre
que alguien miente por nuestro bien, da la casualidad de que su negocio está en
juego ), que desasosiegan
como si la obscenidad pública quisiera redirigirnos a ninguna parte.
Cuando una nación publicita el heroísmo,
ninguno de sus ciudadanos está a salvo.
Ayudándose de afirmaciones sociales que
precisan que abandonemos nuestros a prioris y nos paremos a pensar un segundo.
Todos estos cálculos ocultan el problema
democrático. Ningún país del mundo permite a sus ciudadanos tomar decisiones
sobre sus propios recursos energéticos, y ni siquiera les cuenta la verdad
acerca de su gestión.
La publica Alfaguara.
- Título: Fractura
- Autor
(es): Andrés Neuman
- Traductor:
- Sello: ALFAGUARA
- Precio
con IVA: 9.99 €
·
ISBN: 9788420432922
«Me mostró sus cicatrices. Un fino
entramado en los antebrazos y la espalda. Parecía transportar un árbol. Luego
él vio las mías. Nos sentimos livianos, un poco feos y muy bellos. Dos
supervivientes.»
El señor Watanabe, superviviente de la
bomba atómica, se siente un fugitivo de su propia memoria y está a punto de
tomar una de las decisiones más cruciales de su vida. El terremoto previo al
accidente de Fukushima provoca un movimiento de placas que remueve el pasado
colectivo.
Cuatro mujeres narran sus vidas y sus
recuerdos de Watanabe a un enigmático periodista argentino, en un recorrido
sentimental y político por ciudades como Tokio, París, Nueva York, Buenos Aires
o Madrid. Este cruce de idiomas, países y parejas va revelando cómo nada ocurre
en un solo lugar, cómo cada acontecimiento se expande hasta hacer temblar las
antípodas. El modo en que las sociedades recuerdan y, sobre todo, olvidan.
En Fractura se entretejen amor
y humor, historia y energía, la belleza que emerge de las cosas rotas. Con esta
novela Andrés Neuman regresa con fuerza a la narrativa de largo aliento, que lo
consagró internacionalmente con El viajero del siglo, y firma su obra
mayor.
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