domingo, 19 de mayo de 2019

Fractura, Andrés Neuman



Se producen fracturas en la vida, en el devenir de la vida. No es una cronología lineal, ni todo está previsto de antemano, más bien es un continuo de alternancias que produce sucesos extraordinarios e inesperados. La vida es una realidad a la que no podemos renunciar, en principio, porque aunque renunciemos vivimos, a menos que decidamos acabar con la vida, en ese caso desaparece, se esfuma es no-vida, no nos interesa; es el paso a las otras dimensiones, a las otras alternativas, a las otras vidas. Por eso se producen acciones, aventuras, hechos que, en ocasiones, alteran el marco de expectativas y, en consecuencia, nuestra percepción. Es entonces cuando debemos dejar la mente en blanco, cuando debemos ver qué hay de proyección en lo que ocurre, cuanto de nuestra sombra, cuanto de lo que esperábamos se produce o no y entonces, solo entonces, valorar lo acontecido y así, en la mayoría de casos, nos daremos cuenta de que los demás no nos decepcionan, no, nos decepcionamos nosotros a nosotros mismos.

Cuando no conoces a alguien, la ausencia de expectativas actúa como estímulo. Ninguna osadía puede dañar una imagen que todavía no tienes.
En la vida sobrevivimos a muchas tragedias, o no, pero nos van dejando cicatrices que determinan nuestra manera de actuar y sentir. Watanabe siente que la vida es un viaje en busca de algo, como siempre de la identidad, ¿qué si no?, y ese viaje le lleva al mundo, afortunado, le lleva al amor y al conocimiento de las diferentes culturas con las que interacciona. Es un ejecutivo típico japonés, fiel, entregado a la empresa; en él el trabajo y la vida se confunden, por eso el amor se confunde: entra y sale, lo alecciona y le hace hombre, pero él vive en otro mundo, dentro de los que visita, y eso hace que deambule por ese amor como deambula, es el logro central de la novela, por el Japón post-Fukushima en busca de su identidad, de una identidad que quedó marcada en las cicatrices de su cuerpo tras sobrevivir a la bomba atómica. Por eso el accidente nuclear es su destino, por eso le llama con una voz muy clara, por eso el viaje de su vida se resume en el viaje del final de su vida, porque a lo largo de su existencia fue a la búsqueda de la identidad, y en el último momento va a la búsqueda de los porqués que le llevaron a ser quien creyó ser.

Alternándose a distintas alturas, los zapatos improvisan pentagramas. Los pies son el metrónomo del viernes.

Por eso es una novela inteligente, porque es capaz de mostrar que la vida son decisiones, casualidades y aconteceres, pero que, en muchas ocasiones, vienen determinadas por un viaje que se emprendió y nunca acabó, por eso la necesidad de nuestro personaje de llegar a un final, alguno, que le reconcilie con las lagunas de sus cicatrices. ( fijémonos en la irregularidad de una cicatriz de quemadura, en los espacios en que parece que la piel está limpia junto a los espacios en que la geografía se vuelve abrupta e indómita, ese es el logro de la búsqueda)
Utiliza la polifonía narrativa entre las primeras personas dependiendo de los personajes , los femeninos que han de contar la historia del amor, dotando al relato del realismo ficticio del testimonio frente al primer capítulo, por ejemplo, en que el narrador omnisciente desentraña el hecho multifocalmente presentándonos todas las posibilidades de la trama. Así, en ocasiones, introduce afirmaciones inquietantes, (Siempre que alguien miente por nuestro bien, da la casualidad de que su negocio está en juego ), que desasosiegan como si la obscenidad pública quisiera redirigirnos a ninguna parte.

Cuando una nación publicita el heroísmo, ninguno de sus ciudadanos está a salvo.

Ayudándose de afirmaciones sociales que precisan que abandonemos nuestros a prioris y nos paremos a pensar un segundo.

Todos estos cálculos ocultan el problema democrático. Ningún país del mundo permite a sus ciudadanos tomar decisiones sobre sus propios recursos energéticos, y ni siquiera les cuenta la verdad acerca de su gestión.

La publica Alfaguara.

  • Título: Fractura
  • Autor (es): Andrés Neuman
  • Traductor:  
  • Sello: ALFAGUARA
  • Precio con IVA: 9.99 €
·        ISBN: 9788420432922


«Me mostró sus cicatrices. Un fino entramado en los antebrazos y la espalda. Parecía transportar un árbol. Luego él vio las mías. Nos sentimos livianos, un poco feos y muy bellos. Dos supervivientes.»
El señor Watanabe, superviviente de la bomba atómica, se siente un fugitivo de su propia memoria y está a punto de tomar una de las decisiones más cruciales de su vida. El terremoto previo al accidente de Fukushima provoca un movimiento de placas que remueve el pasado colectivo.
Cuatro mujeres narran sus vidas y sus recuerdos de Watanabe a un enigmático periodista argentino, en un recorrido sentimental y político por ciudades como Tokio, París, Nueva York, Buenos Aires o Madrid. Este cruce de idiomas, países y parejas va revelando cómo nada ocurre en un solo lugar, cómo cada acontecimiento se expande hasta hacer temblar las antípodas. El modo en que las sociedades recuerdan y, sobre todo, olvidan.
En Fractura se entretejen amor y humor, historia y energía, la belleza que emerge de las cosas rotas. Con esta novela Andrés Neuman regresa con fuerza a la narrativa de largo aliento, que lo consagró internacionalmente con El viajero del siglo, y firma su obra mayor.


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