Es llegar a ciertas épocas del año en que
estoy más cansado y necesito descansar y vuelvo a mis clásicos del relax y el
encefalograma plano, a mis personajes favoritos y a mis novelas de descanso.
Desde luego si lo que uno quiere en verano es descansar y leer a la orilla de
la playa, no hay mejor regalo que una novela de la serie Brunetti. Vamos a ver,
la anterior novela de la que os he hablado, la de Barnes, es una novela, un
ejercicio artístico en que el lector debe adentrarse en la psicología del
personaje y entender sus frustraciones y contradicciones; debe gozar o padecer,
según se mire, con la escritura, es literatura, hecho ficcional por excelencia.
Sin embargo leer es también disfrutar de la trama, de los momentos conocidos,
de los personajes que no te sobresaltan.
Las series son un fenómeno muy recurrente en
la literatura, y si atendemos a la novela policíaca, más. Un detective necesita
crecer, tener sus manías, ser identificado como alter del lector que, sin duda,
encuentra puntos de coincidencia que le ayudan a quererlo, odiarlo o,
simplemente, disfrutarlo. Eso hago con Brunetti. Es un personaje cotidiano,
algo así como un amigo que se dedica a eso de la investigación en una ciudad
como Venezia, el otro gran personaje de la serie de Donna Leon: una ciudad
antiquísima que intenta sobrevivir a su propio esplendor con una decadencia
sofisticada de centro comercial para turistas, por eso aparece caminada,
descrita, topicalizada de tal manera que cualquier lector sienta cierto amor
hacia la ciudad. Brunetti es un integrante del paisaje, el mecanismo de que se
vale la autora para que podamos visualizar la ciudad, entenderla y amarla a
pesar de sus defectos.
En esta novela aborda diferentes temas, como
es habitual: el engaño de los predicadores, de aquellos que se aprovechan de
nuestras debilidades para hacer negocio, que se valen de su palabrería para
estafar a gente necesitada y con buena fe; pero no es solo esto, también hace
un guiño social, en este caso, reflexiona sobre los jóvenes en la época de la
crisis, de su futuro incierto y de la necesidad de creer en algo, la sociedad,
que no les ofrece los regalos prometidos.
Piensa en los
hermanos mayores de tus compañeros de clase. ¿Cuántos han encontrado un empleo
decente? Tienen excelentes licenciaturas en excelentes materias, y todos están
en casa, viviendo a costa de sus padres. —Y, antes de que su hijo pudiera
acusarla de insensibilidad, explicó—: No porque eso les guste sino porque no
encuentran empleo. Con suerte, consiguen un trabajo temporal, pero cuando se
les acaba el contrato, se encuentran en la calle, y la empresa contrata a otro
para seis meses.
Pero alguno se preguntará, ¿pero no era una
novela policíaca? Efectivamente, es. Un asesinato de un ujier impecable, que tiene
más connotaciones de las que se pueden imaginar, su honradez contrasta con su
vida, con su sexualidad y, como no, con la corrupción.
—¿Que no ha faltado
al trabajo ni un solo día? Bien, un día, el del entierro de su padre. ¿Y dice
que es funcionario?
—Sí, señor
—respondió ella—. ¿Quiere una silla, comisario?
Como siempre os dejo algún dato de interés. La podemos encontrar en el universo Planeta.
Nº de páginas: 320
págs.
Encuadernación: Tapa
blanda
Editorial: SEIX
BARRAL
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788432228605
En pleno mes de
agosto, el ispettore Vianello acude al despacho de Brunetti en busca de ayuda:
su tía se ha puesto en manos de un adivino y la familia sospecha que, mediante
una serie de ardides, éste le está sacando dinero. Mientras el detective
escarba en un turbio negocio de manipulación, plagado de falsos videntes,
consultores astrales y tarotistas, tiene lugar un asesinato en la ciudad: el
muerto es Araldo Fontana, un ujier del Tribunal de Justicia al que se estaba
investigando por su participación en una sutil trama de corrupción dentro de la
intrincada maquinaria judicial de Venecia. Brunetti se tendrá que valer de su
intuición para navegar por un mundo de sugestión y descarado engaño, así como para
enfrentarse a un caso de sangre, sobornos y sexo lícito.
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