
Leía un post muy interesante en el blog de Alberto Olmos, Mala fama, donde, en resumen nos habla de la novela y la autoficción donde el yo debería devenir en el nosotros, o al menos en cada uno de nosotros, pero eso no es sencillo, claro, por eso me gusta cuando leo algo y puedo vernos en lo ficcionado, verme, en resumen, de una manera u otra. Pasa en la novela que os traigo.
la afinidad de clan debida a la sangre insobornable y proliferada, diferente para cada grupo; y más que diferente, antagónica; que ha elegido para la defensa de los suyos el odio o, por lo menos, la indiferencia ante el dolor ajeno, como si ello fuera necesario para la supervivencia.
la afinidad de clan debida a la sangre insobornable y proliferada, diferente para cada grupo; y más que diferente, antagónica; que ha elegido para la defensa de los suyos el odio o, por lo menos, la indiferencia ante el dolor ajeno, como si ello fuera necesario para la supervivencia.
La novela adquiere cierta distancia del narrador que aprovecha el artificio de la primera persona para adentrarnos en el mundo que nos quiere presentar. Cada personaje va dando una perspectiva que construye la historia y va dando sentido a la trama. Cada uno de ellos es un pilar necesario, cada uno de ellos es una voz autorizada que nos dice qué siente, qué anhela, hacia dónde se encamina. Todos. Todos menos Sabas que no necesita voz propia, porque es la naturaleza, es el tesón ciego y constante, la determinación sin fisuras que se levanta después, literalmente, de los estragos del temporal. Así ficción se encuentra con la alegoría, con la escena en que Sabas levanta la piedra y compara el trabajo con el de las negras hormigas que ve Ismael. Hay algo de Hansen, del realismo sucio, del desapasionamiento distante que te hiere, de la sobriedad que da fortaleza, una fortaleza antigua que emana de cada palabra, porque está al servicio de la determinación, de la determinación de los pobres.
Del cajón superior de la vieja cómoda saca un montón de ropa usada y arrugada, remendada por demás, compuesta de jerséis, interiores de invierno agujereados, pantalones de trabajo con remiendos y una trinchera: son los pingos que se pone cuando baja a por carbonilla a la playa. Para tal fin, la madre nos guarda la ropa vieja, una vez lavada y repasada hasta donde es posible y colocados los plastones correspondientes en los desgarrones y partes gastadas. Todos poseemos un equipo semejante. Todos los del pueblo lo tienen. Hace muchos años, una de las mujeres que recogen carbón bajó a la playa cubierta con un enorme chaquetón viejo, procedente Dios sabe de quién y de dónde, quizá de algún pariente marino o del ejército, y desde entonces se le llamó la «Chaquetona», y a su marido, «Chaquetón», y a sus hijos, los «Chaquetones».
Del cajón superior de la vieja cómoda saca un montón de ropa usada y arrugada, remendada por demás, compuesta de jerséis, interiores de invierno agujereados, pantalones de trabajo con remiendos y una trinchera: son los pingos que se pone cuando baja a por carbonilla a la playa. Para tal fin, la madre nos guarda la ropa vieja, una vez lavada y repasada hasta donde es posible y colocados los plastones correspondientes en los desgarrones y partes gastadas. Todos poseemos un equipo semejante. Todos los del pueblo lo tienen. Hace muchos años, una de las mujeres que recogen carbón bajó a la playa cubierta con un enorme chaquetón viejo, procedente Dios sabe de quién y de dónde, quizá de algún pariente marino o del ejército, y desde entonces se le llamó la «Chaquetona», y a su marido, «Chaquetón», y a sus hijos, los «Chaquetones».
Los personajes, así, son quienes pueden construir lo tramado, configurando pasiones, sentidos y deseos en un cuadro notable de la naturaleza humana. Todos tienen voz propia, una voz que se usa como contraste con las acciones que, en ocasiones, contradicen los pensamientos, porque solo importa el fin, la determinación de Sabas que es la fuerza primera, la naturaleza en estado puro.
—No es humano —sollozó—. Nada de lo que hemos hecho esta noche es humano.
—¿Pero aún no sabes que lucho así, desesperadamente, con furia ciega, sólo para convencerme de que no necesito un motivo para dudar? Odio lo que hace que tenga que odiarme a mí mismo.
—No es humano —sollozó—. Nada de lo que hemos hecho esta noche es humano.
—¿Pero aún no sabes que lucho así, desesperadamente, con furia ciega, sólo para convencerme de que no necesito un motivo para dudar? Odio lo que hace que tenga que odiarme a mí mismo.
Sabas, he dicho, es la naturaleza, la fuerza ciega, el seguir adelante pase lo que pase, construyendo la vida a golpe de sufrimiento, firme, sereno y seguro de ser. Por eso es el foco de todos los demás personajes que lo odian o guardan rencores profundos, pero que se pliegan a su determinación si límites.Pero no olvidemos que la novela se enmarca en la miseria, en la lucha interminable por el pan, como las hormigas.
Tropiezan y se levantan. Están preparadas para vencer todo lo que les pongan delante. Son invencibles. Han sido creadas con esa consigna y la cumplen.
—¿Para qué?
Y él repitió, volviendo a mí la cabeza, con sorda furia:
—¿Para qué? ¿Para qué? ¿Quién puede saber para qué han sido creadas así?
Siguió un silencio prolongado, que él mismo interrumpió cuando volvió a dejar la piedra en el mismo sitio, sobre el hormiguero, y dijo:
—Creo que hasta les habría gustado seguir luchando.
Tropiezan y se levantan. Están preparadas para vencer todo lo que les pongan delante. Son invencibles. Han sido creadas con esa consigna y la cumplen.
—¿Para qué?
Y él repitió, volviendo a mí la cabeza, con sorda furia:
—¿Para qué? ¿Para qué? ¿Quién puede saber para qué han sido creadas así?
Siguió un silencio prolongado, que él mismo interrumpió cuando volvió a dejar la piedra en el mismo sitio, sobre el hormiguero, y dijo:
—Creo que hasta les habría gustado seguir luchando.
Nº de páginas: 328 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: TUSQUETS EDITORES
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788483832004
Un furioso temporal en la costa cantábrica arroja contra los acantilados de Getxo un barco inglés, cuya carga de carbón se desparrama por las peñas. Todo el pueblo acude por la noche, como una marea humana acuciada por la necesidad, a recoger aquel oro negro que el oleaje y la resaca traen consigo. Sabas Jáuregui es consciente de que no puede dejar pasar la oportunidad y, en medio de la tormenta, arrastra a sus hijos Fermín, Cosme, Bruno e Ismael, y a su cuñado Pedro, a buscar un buen sitio en el acantilado desde donde subir el carbón que tanto necesitan en la cocina del caserío. Cuando a medianoche la tragedia hace su aparición, sólo la tenacidad arrolladora de Sabas, su aplomo ante el infortunio, su implacable severidad, logran empujarlos a todos, entre desgarros y odios, pero también con el apoyo incondicional de Ismael, el menor de sus hijos.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: TUSQUETS EDITORES
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788483832004
Un furioso temporal en la costa cantábrica arroja contra los acantilados de Getxo un barco inglés, cuya carga de carbón se desparrama por las peñas. Todo el pueblo acude por la noche, como una marea humana acuciada por la necesidad, a recoger aquel oro negro que el oleaje y la resaca traen consigo. Sabas Jáuregui es consciente de que no puede dejar pasar la oportunidad y, en medio de la tormenta, arrastra a sus hijos Fermín, Cosme, Bruno e Ismael, y a su cuñado Pedro, a buscar un buen sitio en el acantilado desde donde subir el carbón que tanto necesitan en la cocina del caserío. Cuando a medianoche la tragedia hace su aparición, sólo la tenacidad arrolladora de Sabas, su aplomo ante el infortunio, su implacable severidad, logran empujarlos a todos, entre desgarros y odios, pero también con el apoyo incondicional de Ismael, el menor de sus hijos.
APUNTES PARA LA TERTULIA LITERARIA
Esquema
de tertulia sobre Las ciegas hormigas (Ramiro Pinilla)
1.
Autor y contexto histórico
- Ramiro Pinilla (1923-2014):
Escritor vasco nacido en Bilbao. Militante comunista en su juventud, se
trasladó a Getxo (Guecho) en 1957 huyendo del bullicio urbano. Su primera
novela, Las ciegas hormigas, se publicó en 1960 (Destino).
- Premios y recepción inicial:
Las ciegas hormigas obtuvo el Premio Nadal de 1960 y el Premio de
la Crítica de Narrativa Castellana en 1962. A pesar de estos galardones,
el escritor pasó décadas fuera del foco literario.
- Contexto socio-histórico:
Ambientada en un pueblo costero de Vizcaya durante la posguerra franquista
(década de 1950). El arranque novelístico describe un violento temporal en
la costa vizcaína (La Galea, cerca de Algorta) que arrastra un buque
inglés cargado de carbón. Se trata de un escenario de necesidad extrema:
la población pobre llega en masa a recoger ese “oro negro” (carbón),
simbolizando las penurias energéticas de la España de posguerra.
2.
Temas principales
- Supervivencia y pobreza:
La búsqueda de carbón tras el naufragio se convierte en una lucha por la
subsistencia. El pueblo hambriento compite por este recurso básico. El
carbón no solo da calor, sino que representa la esperanza rota de quienes
viven en la miseria.
- Esfuerzo y obstinación:
Sabas Jáuregui, el patriarca protagonista, encarna la voluntad
inquebrantable. Está obsesionado con acabar lo que empezó; ni la muerte de
su hijo Fermín ni el caos social lo detienen. La tenacidad de Sabas
transforma lo que era un hurto justificado por necesidad en una «empresa
de dimensiones épicas». Su “dogma” es el trabajo bien hecho; actúa con
incesante impulso vital, como el Sísifo mitológico que día tras día empuja
la roca cuesta arriba.
- Libertad vs. determinismo:
Los críticos interpretan la novela como un canto a la libertad personal en
medio de la adversidad. Se reflejan ideas existencialistas: por ejemplo,
Pérez Abellán señala cómo Pinilla retoma el choque schopenhaueriano de “lo
nouménico” con el mundo real, convirtiéndolo en una “voluntad ciega”
frente a la “voluntad de poder” nietzscheana. Esta mirada filosófica queda
encarnada en la lucha absurda de Sabas (que recuerda al mito de Sísifo) y
en su desafío al destino trágico.
- Trabajo y redención:
El trabajo incansable aparece casi como fe: Sabas no se detiene a
lamentarse ni a reflexionar; para él, dejar de actuar sería enfrentar la
miseria propia. En cierto modo, la acción implacable y el sufrimiento
elemental se presentan como la única forma de libertad auténtica en un
mundo adverso.
- Dinámica social y familiar:
La novela teje también críticas sociales. Los poderes económicos y
políticos (simbolizados por los intereses tras el carbón inglés) muestran
una perversa opresión: permiten que los campesinos trabajen la carga de
carbón para después confiscarla, recordándoles “quién manda”. Dentro de la
familia Jáuregui hay tensiones generacionales: Sabas (padre autoritario)
contrasta con hijos rebeldes o resignados y una madre silenciosa. Cada
miembro aporta una perspectiva distinta del conflicto (por ejemplo, Ismael,
el hijo menor, apoya al padre; otros hijos sienten rencor o frustración).
La familia funciona como unidad de supervivencia, aunque a veces flaquea
bajo la codicia y el miedo.
3.
Técnica narrativa
- Narrador polifónico:
Pinilla construye la novela mediante una multiperspectiva. Se
alternan breves monólogos en primera persona de unos diez personajes
(incluyendo mujeres, niños, vecinos…), cada uno aportando su visión de los
mismos hechos. Este «mosaico de voces» recuerda a Faulkner (en Mientras
agonizo) o a Elena Quiroga, ofreciendo un relato fragmentario pero
cohesionado. Curiosamente, Sabas (el personaje central) no habla
directamente: su figura se perfila por los comentarios y reacciones de los
demás.
- Estructura temporal y espacial:
La trama abarca solo tres jornadas intensas. Transcurre en muy
pocas localizaciones (el caserío familiar, el acantilado donde recogen
carbón, la iglesia y un bar). Esta contención espacial y temporal da al
texto un aire casi teatral, con la simultaneidad de tramas que mantiene al
lector pendiente de los engaños y malentendidos entre personajes.
- Estilo y lenguaje:
El estilo de Pinilla es seco y sobrio, acorde a la dureza de la
historia. Emplea un lenguaje directo, sin adorno excesivo, que encaja con
la voz de personajes humildes. Sin embargo, introduce imágenes muy
potentes para resaltar la crudeza de la escena. Por ejemplo, describe el
carbón como “como el pus negro de una herida” tras el naufragio,
enfatizando la violencia del momento y la ferocidad del entorno natural.
- Recursos literarios:
Usa monólogos interiores y flashbacks implícitos (cuando los personajes
recuerdan la Guerra Civil) que enriquecen el trasfondo. Se reconocen ecos
de la técnica faulkneriana (fragmentación, tiempo subjetivo) en la
concatenación de monólogos. También abundan símiles y metáforas duras
(fuego, herida, hierro) que refuerzan el tono áspero. A menudo la novela
actúa casi como un cuadro coral en que cada voz construye progresivamente
el significado global.
4.
Trascendencia e importancia
- Posición en la obra de Pinilla:
Las ciegas hormigas fue la primera novela de Pinilla y marcó
su debut literario. Ganó premios prestigiosos (Nadal 1960, Crítica 1962),
pero no lo catapultó al éxito inmediato; como nota un blog, aquel
reconocimiento «no lo consagró en el orbe literario». De hecho, Pinilla
continuó escribiendo en relativa penumbra hasta que su trilogía épica Verdes
valles, colinas rojas (2004–2005) le devolvió la fama. Con ese
resurgir, sus primeras novelas –incluyendo esta– fueron redescubiertas y
reeditadas (p.ej. Tusquets 2010).
- Influencia literaria:
En la trayectoria de Pinilla, Las ciegas hormigas se considera el germen
de su obra mayor posterior. En ella ya se vislumbran temas (familia vasca,
lucha social) y técnicas narrativas que explora en profundidad en su
trilogía. A nivel más amplio, esta novela temprana ayudó a consolidar el
prestigio de Pinilla como “pilar de la nueva narrativa vasca de la segunda
mitad del siglo XX”.
- Panorama literario español:
Aunque escrita en pleno franquismo, la novela se alinea con la renovación
social de la literatura española de los años 60. Se reconoce su
originalidad estructural y temática: recupera la tradición
barojiana/unamuniana (idealismo, angustia existencial) pero la combina con
experimentación formal. Hoy se la valora como obra de culto posbélica:
revistas y blogs la llaman “joya de nuestra literatura”, “novela
inolvidable”. Su reedición se presentó como recuperar una pieza clave de
la memoria literaria, reivindicando su visión honesta de la España rural y
su aportación narrativa única.
- Legado temático:
La novela aporta una mirada cruda y humana al paisaje franquista:
enriquece la literatura con su retrato de la miseria energética y la
dignidad del esfuerzo cotidiano. Sobre todo, demuestra el valor literario
de historias de “gente sencilla”: el valor de la novela radica en dar voz
a personajes humildes con la misma profundidad que a héroes clásicos. En
palabras de Maria Bengoa, impresiona “la potencia de la novela y de la
prosa”, su “multiperspectivismo” y la épica del esfuerzo narrado desde
varios puntos de vista (niño, adolescente, abuela…). Pinilla mismo ha
declarado sentirse orgulloso de que esta novela, “escrita en plena
dictadura”, siga vigente medio siglo después.
5.
Referencias intertextuales y tradiciones
- Tradición narrativa española:
Pinilla retoma clichés de la novela existencial del 98 y principios del s.
XX. Analistas subrayan que Las ciegas hormigas actualiza “las
claves de la narrativa vasca barojiana y unamuniana” (obsesión individual,
rebeldía contra la opresión). En la forma, se asemeja a obras corales: su
estructura polifónica evoca a Faulkner (Mientras agonizo,
1930) y también a la novelista Elena Quiroga (por ejemplo La enferma,
1958).
- Mito y tragedia:
El argumento invoca mitos clásicos. Se ha comparado el papel de Sabas con
el de Hércules (haciendo trabajos infinitos) y con el Sísifo
de Camus (esfuerzo repetido sin sentido definitivo). Además, críticos
filológicos mencionan elementos de tragedia griega: el destino fatal de la
familia y la hybris (exceso de orgullo/trabajo) que la condena. Este
trasfondo mitológico acentúa el valor simbólico de la lucha humana en la
novela.
- Otras influencias:
Aunque más implícitas, se nota ecos de la épica rural y la novela social.
Pinilla reconoce lecturas tan diversas como Dickens, Twain o García
Márquez, pero Las ciegas hormigas dialoga principalmente con la
tradición del realismo humanista. Su mirada soberbia a la naturaleza y a
los protagonistas con rasgos universales lo emparenta con novelas de gran
carga ética (p.ej. obras de Baroja o de contemporáneos latinoamericanos).
En conjunto, la novela sintetiza una herencia literaria clásica con un
enfoque moderno y comprometido.
6.
Apreciación crítica
- Premios y reconocimientos:
Desde su aparición, obtuvo elogios (Nadal, Crítica). Con el tiempo, la
crítica actual la menciona como obra clásica menor del franquismo. Por
ejemplo, un crítico la califica de “joya literaria” de nuestra posguerra.
En lecturas recientes se destaca su originalidad estilística y su
honestidad temática.
- Elogios recientes:
Destacan especialmente su estilo y estructura: se la llama “novela
inolvidable, dura y sobria”. María Bengoa, autora y pareja del escritor,
señala la “potencia” de la prosa y el “multiperspectivismo” al narrar la
épica cotidiana desde niños y ancianos. Su vívida descripción de la
posguerra y la universalidad de sus temas (sufrimiento, esfuerzo,
libertad) la han hecho relevante más allá de su época.
- Críticas: Algunos lectores
señalan que la voz narrativa fragmentada puede resultar exigente (por eso
tuvo adeptos y detractores en clubs de lectura). Sin embargo, la
valoración general es muy positiva: se la considera tan “original como
rotunda”. Pinilla valoró él mismo que la novela permanezca “vigente” y
“con orgullo” la sigue reivindicando medio siglo después.
- Aportación literaria:
Se destaca que Las ciegas hormigas amplía la literatura española al
mostrar un mundo rural con la misma complejidad de cualquier gran relato.
Combina acción dramática con profundidad filosófica, integrando la
tradición literaria existente (Baroja, Unamuno, mitos clásicos) con una
técnica narrativa renovadora. Su contribución es servir de puente entre la
novela social de posguerra y la novela experimental posterior, y
enriquecer así el panorama contemporáneo con una voz auténtica y transcendente.
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