martes, 25 de abril de 2017

Yahya Hassan



Joder qué feliz me siento cuando os puedo hablar de literatura. ¿Qué dices Jaume? Que sí, de verdad, os vengo a hablar de literatura, de poesía, vamos, de entrañas poéticas. No os vengo a hablar del preciosismo del arte, de la filigrana burguesa, de los encajes interminables de rimas, que las tiene, ni de ritmos extrañados al tiempo que se remontan a los cantores griegos, para nada, os vengo a hablar de dolor, de sinceridad, de vómito, de verdad literaria y existencial, de alucinación, de un grito implacable que se desparrama por 170 páginas.
Qué raro me parece acercarme a la poesía con esta curiosidad adolescente que mira tras las puertas y ve lo que no quiere ver, que escucha lo que no quiere escuchar. Entro y veo a mi compañero Nilo hablando con José y leyéndole un poema. ¡Qué tierno! me pierde mi espíritu cínico que dejé aparcado en mi yo de otro día. Un poema, sí, un poema que está mal escrito, que no guarda ninguna regla, que no tiene puntos y, que como en las normas no escritas de la Red, está escrito en mayúsculas, todo en mayúsculas, como un grito ensordecedor a nuestras orejas temerosas. ¡Es de un palestino, un árabe danés que no es ni danés ni palestino! ¡Toma! y sigo escuchando versos raperos que me hieren las entrañas y me invitan a acercarme al texto, ¡qué queréis? ¡Soy puro vicio!
José se lleva el libro y me lo devuelve al día siguiente, en dos horas te lo fulminas, yo he tardado un poco más, la vista, ¿sabes? y le digo que bien, que vale, me lo llevo. Y tardo tres semanas. Cada poema una anotación, un papel reciclado y el lápiz que reescribe lo que leo, uno tras otro me parecen más sorprendentes, frescos y oscuros, de una fortaleza y una verdad que estremece. Me pasa esto pocas veces, la verdad, otra vez me sale la palabra "verdad", curioso, me pasa con Bukowski, ya lo sabéis, tal vez con algún escrito de Miller y poco más. Si atiendo a lo formal me ha pasado con Foster Wallace, con Fernández Mallo, con Nickolas Butller, con Jelinek o Tao Lin, y sí, pienso que no hace falta ser un virtuoso del lenguaje para  ser un gran poeta, ni siquiera tener una gran formación. Paro y me estremezco, de verdad que se me acaban de poner los pelos de punta. Me recuerdo a mí mismo con diecinueve años, no os riais, ¡los tuve alguna vez! y me veo en el hall de la facultad discutiendo con César Simón. Acababa de descubrir a Leonard Cohen y discutía con él sobre el concepto de poesía. Yo creía firmemente que Cohen escribía poesía, de gran calidad además, como lo hacía Bob Dylan, por ejemplo, César daba una asignatura que se llamaba poética, ¡qué nombre más chulo!, espera, no tenía diecinueve, estaba a punto de cumplir los dieciocho, seguro, sí, dieciocho. César no creía que fuera poesía, le faltaban los elementos esotéricos, intangibles, que envuelven con su aura el hecho artístico. Acababa de leer, yo, a Da Silva y a Warren y Wellek, y no podía quitarme de la cabeza que había algo en los cantantes de pop contemporáneos que los acercaba a los juglares, entonces, los juglares ¿no hacían poesía? César se equivocaba, claro, como se equivocan los que siempre me han dicho que la Gran música es solo la música, porque el arte tiene una finalidad más allá del aura espiritual y cósmica que le atribuye la erudición estática, el arte ha de golpearme los cojones, revertir el estado de postración y hacerme sentir la vida en cada uno de mis poros; es fundamental una voluntad de estilo y algo que decir, eso no significa que el preciosismo estético no sea poesía, faltaría, pero hay algo más. Y Yahya lo consigue, ¡ya creo que lo consigue! Lo consigue porque no se complace en la norma, ni en el aburguesamiento complaciente en que nos acomodamos porque somos unos cobardes y tenemos miedo, por eso leemos novelas que nos explican como a imbéciles los argumentos, vemos películas que no nos respetan como espectadores y vamos a las salas de conciertos a experimentar la sublimación del alma por enésima vez. ¿Acaso César no tenía razón en su concepción elitista y sublime del arte? Por supuesto que no, es decir, por supuesto que también, que sí. (César Simón, Azúa, Hierro, Claudio Rodríguez, Valente... me encantan, nota para pardillos) Vamos al lío.
Hipnótico, es la palabra que no me ha abandono estas semanas. Tiene algo que decir, te revuelve las entrañas en sus contradicciones propias de su proceso de aculturación y reculturación. ¿Cuántos he visto de vosotros? En la tele nos aparecen los árabes como terroristas, como el enemigo que necesita occidente para seguir librando la guerra contra la historia, lo irracional frente a lo racional, el enemigo vivo que necesitamos para alimentarnos, pero yo los he visto en mi trabajo, año tras año, con una socialización magrebí y la imposición de una cultura occidental respetuosa e hipócrita, ¿qué hacemos?¿Qué he hecho?¿Qué puedo hacer? Un patre patrone, un cabrón sin entrañas, un hijo de puta que se rebela contra la trasculturación impuesta, contra las normas y que se reproduce a sí mismo en cada paliza, en cada insulto, en la vejación de la madre, en la aceptación aparente de la norma, en la interiorización del libro sagrado; una madre huida, y los hijos perdidos sin remedio, las hijas tratadas como mercancía sexual en matrimonios de conveniencia, perdidos todos en el laberinto infernal de quienes no son ni quieren, ni pueden llegar a ser. Él encuentra el poema, y tira las  tripas del cordero Halal por la boca, y su contradicción es infinita: Palestina en su corazón lejano y antiguo, en los campos de refugiados, en su abuelo con un mercedes, en sus tíos, y los bloques de viviendas sociales que actúan como guetos. Violencia contra el sistema del que se aprovechan, contra sus subsidios, contra sus cárceles y contra los educadores e los reformatorios, (13 AÑOS Y EN BUSCA Y CAPTURA) esa violencia que rompe la identidad en una delicuencia que es un grito (CONFESIONES; INTENTO DE ROBO; ROBO CON ESCALO; PERSECUCIÓN POLICIAL)
 Su rebelión contra su cultura es un grito, es un dolor irreprimible que le sale a borbotones, como en LLAMA, LLAMA A LA PUERTA;  A LOS PSICÓPATAS; FUERA DE LA PUERTA; EL PRÍNCIPE ÁRABE; RECUERDO DE VACACIONES; PALABRAS; PARABÓLICA; RAMADÁN; EL ESCONDITE; MADRE DE 3 HERMANOS DESCONOCIDOS; FIESTA DE FIND E CURSO; UN RADIO DE 100 METROS o GUÍA DEL GUETO.
(UN MUSULMÁN DEL PARQUE DE GELLERUP/DA CON NUESTRO PORTAL/LEE EN LOS BUZONES/Y LLAMA A LA PUERTA CON MÁS NOMBRE DE CHICA/VALORA LA PROLE/QUIERE A MI HERMANA PEQUEÑA DE AMA DE CASA/CREARLE UN PARAÍSO EN OTRO BLOQUE DE CEMENTO/...
 SOMOS REGFUGIADOS SIN EDAD/ES POR ESO POR LO QUE HAY MUJERES ÁRABES EN SÉPTIMO/QUE TIENEN UNAS TETAS TAN GRANDES/QUE NO HAY VELOS SUFICIENTEMENTE AMPLIOS/SE TRATA DE EDAD Y ENDOGAMIA/PRIMO+PRIMO=ABUELO Y ABUELA PATERNOS/PRIMO+PRIMA=TÍA MATERNA Y SU MARIDO...
ÉL CIERRA LA PUERTA CON EL LLAVE/Y YO SÉ QUE O LE VA A PEGAR O SE LA VA A FOLLAR.../AYUDA A LAS MADRES ÁRABES/LAS AYUDA A SOLICITAR AYUDA SOCIAL EN METÁLICO/PERO PRIMERO INTENTAN PREJUBILACIÓN... 
NOSOTROS NO TENÍAMOS CANALES DANESES/ TENÍAMOS AL YAZIRA/ NO TENÍAMOS PLANES/ PORQUE ALÁ TENÍA PLANES PARA NOSOTROS...

El libro es un recorrido cronológico por la vida, por toda su vida, por su infancia, su adolescencia y la postadolescencia de poeta. La infancia es un espacio de violencia (CINCO HIJOS, EN FILA Y UN PADRE CON PALO) y un deambular por esa confrontación cultural que le hace extrañarse de sí mismo y de los otros (EN LA ESCUELA NO NOS DEJAN HABLAR ÁRABE/EN CASA NO NOS DEJAN HABLAR DANÉS..) un extrañeza que lo hace alejarse de ambas culturas para adentrarse en la mismidad individual del hombre contemporáneo que contempla la anomia con curiosidad y horror. La vida se va quemando (FLOR DE PLÁSTICO) Y la infancia vuelve para seguir encabronando el presente con la figura omnipresente del padre que pesa infinitamente, porque ha de ajustar alguna cuenta con él, al menos liberarse de esta carga insoportable (PERO EN NOCHEVIEJA COMÍAMOS EN TORNO A UNA MESA/ HABÍA KETCHUP Y COCA COLA Y CUCHILLOS Y TENEDOR/SOLTABA UN PAR DE BOFETADAS SI EL AMBIENTE ERA DEMASIADO BUENO) Interesantes son también los poemas LÁMINAS DE MADERA; PLATIJA; POCO ANTES DE CERRAR; 12 AÑOS  o SALAM HABIBI (CERRARON LA PUERTA DEL DORMITORIO/RUIDO DETRÁS DE LA PUERTA Y UNA MIRADA POR EL OJO DE LA CERRADURA/ MADRE CON UN CABLE ALREDEDOR DEL CUELLO/ABRÍ VIOLENTAMENTE LA PUERTA Y ÉL SE QUITÓ EL CINTURÓN)
La poesía también es una reflexión sobre el yo, así el yo poético emula las hazañas del yo real. Hassa logra un desdoblamiento de ese yo poético mediante la ironía retórica y filosófica, al estilo del poeta romántico, para conseguir la suficiente distancia para recrear la obra artística.(TÚ IRÁS AL INFIERNO, HERMANO; ECLIPSE DE JET LAG; POEMA LARGO o NACIMIENTO
YO MISMO HE CREADO ESO DE NO SER CULPABLE/ ME LLAMO YAHYA HASSAN/ Y MIS PADRES PREFERIRÍAN QUE NO HUBIESE NACIDO/ Y YO LES DESEO LO MISMO/ AL MENOS QUE HUBIESEN NACIDO MUERTOS/ O QUE YO ESTUVIESE MUERTO AUQNEU NACIDO/ NO OS AMO PADRES ODIO VUESTRA DESGRACIA...
RENUNCIÉ AL CRISTAL DEL DÍA Y LA ESPERANZA A MI DERECHA/ BUSQUÉ PROTECCIÓN CONTRA LA HUMANIDAD/ COMÍ LA COMIDA DEL DÍA EN UN AGUJERO/ HICE MÍOS LOS DELIRIOS DE GRANDEZA/ ME AGACHÉ BAJO LA LLUVIA COMO UN IDIOTA...
UN DÍA/ SOY UN POETA SABO Y BIEN INTEGRADO...
MIS MANOS SOLO VALÍAN `ARA EL DESAGRADECIMIENTO/ MI CUERPO SOLO VALÍA PARA LA AVARCIA...

Así que lo podéis adquirir en la editorial SUMA, Os dejo datos de interés.

Título: Yahya Hassan
Autor (es): YAHYA HASSAN
Traductor:
Sello: SUMA
Precio sin IVA: 5.78 €

Precio con IVA: 6.99 €
Fecha publicación: 09/2014
Idioma: Español

Formato, páginas: E-BOOK EPUB, 176
Medidas: mm
ISBN: 9788483656679
EAN:
Temáticas: Poesía
Colección: Sin Asignar
Edad recomendada: Adultos
«¡ESTOY INCREÍBLEMENTE CABREADO CON LA GENERACIÓN DE MIS PADRES!»
El grito de rabia que ha conmocionado a toda EuropaEl debut de Yahya Hassan es la historia de su vida convertida en poesía: la historia de un joven, hijo de emigrantes palestinos, frustrado y enfadado porque se siente abandonado por sus padres y extraño al mundo que le rodea.Los poemas de Hassan son una acusación contra sus mayores, contra la violencia de su padre, pero también contra toda una generación de inmigrantes a la que acusa de hipocresía, de aprovecharse de las ayudas sociales, de negarse a integrarse en la cultura del país y de criar a sus hijos en el abandono más absoluto.Su original y provocadora escritura ha avivado el debates en torno al tema de la inmigración, tanto en Dinamarca como por toda Europa. Pero este libro no es solo un valioso testimonio para la reflexión sino también una potente obra literaria que le ha valido a su autor el reconocimiento internacional.

Yahya Hassan se ha convertido, con solo 19 años, en un gran fenómeno editorial con su extraordinario primer libro, a medio camino entre el rap y la poesía.


MAÑANA
HABÍA PASADO UNA SEMANA
CUANDO APARECIERON LOS PEDAGOGOS DE SUECIA
CON LA ABSURDIDAD EN LOS PÁRPADOS
Y AGUJEROS EN LOS CALZONCILLOS
ME BAJARON A RASTRAS POR LA ESCALERA DE PIEDRA
Y ME DEVOLVIERON AL LAND ROVER
MIENTRAS MADRE Y HERMANOS GRITABAN DESDE UN RELLANO
Reseñas:
«La sensación de que un libro te quema en las manos es poco frecuente, pero eso es lo que sentí leyendo los poemas de Yahya Hassan.»
Politiken«Probablemente el último poeta romántico de Europa. Ha traicionado a su país, a su familia y a sus amigos en nombre de la verdad en el arte, impulsado por el amor a su lengua, el danés. Hassan tiene algo de héroe, y también de estrella del pop.»
Der Spiegel«El joven Hassan no solo es fresco, espontáneo e inteligente. Es además un poeta de gran talento.»
Neue Zürcher Zeitung«Dinamarca se ha obsesionado con él. Es un joven brillante, enojado, con un gran talento y muy carismático. Merece esa atención porque su poesía, nacida del rap, es cruda y urgente, y tiene un estilo extraordinario.»
The Guardian

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