
No fueron comienzos fáciles.
Todo giraba entre sus dudas y barras de labios y los miedos de pantalones apitillados. .
Cuando uno si, el otro no.
Idas y venidas.
Como esas personas que se desean pero ninguna da el paso, hasta que todo se termina.
Como esa canción que une a dos, pero la escuchan separados.
Cuando se acercaba, ella se separaba, cobra en mano.
Cuando ella pedía un poco más, el daba un poco menos.
Su primer beso fue lleno de ganas, lleno de baile.
Una noche donde había dos estrellas mas en el cielo.
Cenaron un día, restaurante lleno de gente y solos se sentían.
Viajaron de la mano por la ciudad. Reían sin parar.
Caricias de portal, besos de hasta mañana.
Y un día, observando la luna en el techo de la habitación...se miraron a los ojos..
El sonrió, y dijo : "Imagínate que canto en M-clan".
"¿Como?" respondió sorprendida...
"Quédate a dormir...es todo lo que pido..."
Y volaron...
Ahora, queridos lectores, dicho esto, Shakespeare, Cervantes, Twain,Kundera, Kafka, no somos todos, vender no es tener una capacidad estética literaria de primer orden, y he de reconocer, que de los miles autores que han sido, ¿qué nos queda? Mirad, a mí me gusta escribir, sé que si en vez de estos rollos y reflexiones interminables hiciera de booktuber, me iría mejor, pero me parece que lo menos que les debo a los escritores, a los que se sientan y piensan, es brindarles mi opinión por escrito, vendo menos, claro, pero me gusta,¿eso es importante?
Bueno, hoy hablamos de otro libro de Donna Leon, de Brunetti, de asesinatos, de series, de personaje de los que he escrito muchas veces, de tramas que conocemos, igual que los espacios de Venecia, igual que la corrupción, que los negocios turbios en el tercer mundo, el abuso sistemático del poder, el engaño y las apariencias.
Brunetti me gusta por su temple, por su madurez intelectual, tiene ese aspecto de empollón arquetípico del que esperamos compromiso y reflexión. Me gusta reconocerlo en la estructura esperable que hace la autora, igual que me gusta ver a Paola con ese sentido común que nunca pierde, o los esperables Patta o Elettra, me gusta porque hace que me sienta bien, que me relaje después de haber leído novelas de mucho peso, me gusta porque reflexiona sobre la vida, sobre problemas sociales de primer orden que deben preocuparnos, sobre el medio ambiente, sobre la contaminación indiscriminada, sobre la repercusión en la salud de los productos químicos, siempre es un acierto acercarte a una novela de Brunetti.
Hacía cuarenta años que aparecían las mismas caras, pasaban las mismas cosas, se hacían las mismas promesas, con mínimas variaciones en la tipografía y los titulares. Las solapas de las americanas se estrechaban o ensanchaban según la moda, pero en el comedero estaban siempre los mismos guías de la manada. Se oponían a esto y a lo otro y, con su esfuerzo abnegado y altruista, prometían hacer caer al actual gobierno. ¿Y para qué? ¿Para que al año siguiente, mientras él tomaba café en el bar, leyera las mismas palabras, pronunciadas por la nueva oposición?...
Hacía cuarenta años que aparecían las mismas caras, pasaban las mismas cosas, se hacían las mismas promesas, con mínimas variaciones en la tipografía y los titulares. Las solapas de las americanas se estrechaban o ensanchaban según la moda, pero en el comedero estaban siempre los mismos guías de la manada. Se oponían a esto y a lo otro y, con su esfuerzo abnegado y altruista, prometían hacer caer al actual gobierno. ¿Y para qué? ¿Para que al año siguiente, mientras él tomaba café en el bar, leyera las mismas palabras, pronunciadas por la nueva oposición?...
El cáncer se los había llevado a todos, como a tantas de las personas que trabajaban en las fábricas que habían brotado al borde de aquella laguna, de aguas tan hospitalarias como, ay, desprotegidas.
¿Sabéis una cosa que me encanta? Que el personaje está creciendo conforme lo leo, crece conmigo, aunque la novela sea de 2009, porque crece con mi lectura, su cansancio, sus miedos, sus pasiones. Esa es la dificultad y la grandeza de algunos personajes, y de la literatura, un lector de aquí veinte años también crecerá con él, ¿Qué más le podemos pedir?
—Entonces le ruego que lo diga.
—Esta noche he matado a un hombre, comisario.
—Lo sé. La vi hacerlo, signora.
—¿Cómo interpreta lo ocurrido? —preguntó ella, como si le pidiera opinión acerca de una película que habían visto ambos.
—Eso no importa. Lo que cuenta es lo ocurrido.
—Ya lo ha visto. Le he disparado.
Él sintió que lo invadía el cansancio. Había subido a lo alto del depósito por la parte de fuera y bajado por la de dentro, había visto la mano de Pucetti, con la piel colgando y el vendaje manchado de sangre. Había presenciado cómo esta mujer disparaba a un hombre. Y estaba muy cansado para seguir hablando, hablando, hablando.
Lo podemos encontrar en Seix Barral, así que os dejo datos que os interesan.
Nº de páginas: 320 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: SEIX BARRAL
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788432228445
Cuando el comisario Brunetti conoce a Franca Marinello, esposa de un hombre de negocios veneciano, descubre que está lejos de ser la rubia superficial que el vestuario caro y el notorio lifting facial hacen prever. Varios días después el jefe local de los carabinieri, acude a Brunetti para investigar la muerte del dueño de una compañía de camiones, presuntamente relacionada con el transporte ilegal de residuos y la llamada ecomafía. Las pesquisas del comisario demuestran que Franca Marinello ha estado en contacto con el principal sospechoso, un hombre siniestro con un violento pasado. Pero la verdad siempre esconde un lado oscuro.
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