sábado, 8 de abril de 2017

Manual para mujeres de la limpieza, A Manual for Cleaning Women: Selected Stories, Lucia Berlin



Aquí estoy otra vez ofreciendo un libro de relatos, ha sido tanta la presión mediática que no he podido aguantarme. Ya os he dicho muchas ves que me encantan los relatos, esa síntesis inteligente que desgrana lo cotidiano de una manera verosímil. De esto quería reflexionar, precisamente, de lo verosímil literario. Los relatos son, en muchas ocasiones, intentos de autobiografiar relatando, añadiendo literacidad a lo dicho para ficcionarlo y reconstruirlo en la memoria del autor, y en la realidad del papel. Así lo autobiográfico desaparece sutilmente en la apariencia lo autobiográfico, y esa historia que ya no pertenece a la autora, se convierte en trama de lo literario. Esa grandeza única de nuestro arte, esa reconversión
estética e imaginativa de lo aparente real, dotan al relato de su sentido único y hermoso.
Lucia Berlin consigue adentrarse en lo cotidiano de una manera sobresaliente, con una crudeza notable y con un ingenio conmovedor. Los relatos son una sucesión de historias enlazados por la autora en un todo que puede entenderse como una obra completa, con mucho más sentido de la unidad que muchas de las obras que podemos encontrarnos en las librerías. Los personajes crecen en la memoria, se suceden en  diferentes puntos de la cronología, los vemos retratados en sus miserias y alegrías, en el amor, en los sueños alcohólicos o en la enfermedad terminal. Esa grandeza es la que hace que el libro sea imprescindible en el panorama actual.
Suelo leer los relatos a golpes, sin seguir un orden concreto, apuntándome los que he leído y los que me faltan por leer, esa anarquía se reconstruye en la impresión que me va quedando y que me ayuda a hacerme una composición de lo visto. Es un gusto como cualquier otro, pero me gusta llevar varios libros de relatos simultáneamente y confundir los estilos, adentrarme en la dimensión imaginaria en que todas las historias se vuelven a contar.


Lavandería Ángel: Los relatos aparecen con la fuerza de la mujer que retrata lo cotidiano sin esperar mucho más que el momento que narra. Me encanta la maravillosa sencillez con que cuenta lo complejo.
En mis ojos había pánico. Me miré a los ojos y volví a mirarme las manos. Horrendas manchas de la edad, dos cicatrices. Manos nada indias, manos nerviosas, desamparadas. Vi hijos y hombres y jardines en mis manos.
Doctor H. A. Moynihan. Aquí nos encontramos con una historia más ficcional, una reflexión, posiblemente, sobre los límites. Es la historia de un dentista que hace dentaduras perfectas, pero acaba haciendo una para la que necesita arrancarse todos los dientes.
Estrellas y santos. Las anécdota de la vida cotidiana siguen acaparando la acción narrativa.
Desde que me alcanza la memoria siempre he tenido un don para quedar mal.
Manual para mujeres de la limpieza. No hay pretensiones, el desarrollo de la historia es tan cotidiano como andar por la calle y mirar un banco vacío o lleno, por eso las historias transcurren y acaban así. La trama fluye a golpes de impresiones, de la visión particular, el trabajo y el recuerdo. En este caso el marido muerto que va presentándose para cohesionar la acción narrativa.
Se olvida de todo, incluso de sus achaques. Mientras limpio el polvo los voy recogiendo y los dejo en el escritorio.
Mi jockey. Es un relato muy breve, también trabaja la impresión personal. Aparecen algunas acciones y personajes que seguirán constantes a través de los relatos.
Debía correr en las carreras del día siguiente. Llévelo a Rayos X, dijo el doctor Johnson. Puesto que no quiso tumbarse en la camilla, lo llevé en brazos por el pasillo, estilo King Kong. Muñoz sollozaba, aterrorizado; sus lágrimas me mojaron el pecho.
El Tim. Este relato comprime la violencia que sentimos en ocasiones ante la injusticia.
Con impotencia, yo asistía a la creciente confusión de la clase, una confusión que ni siquiera sor Lourdes era capaz de controlar. Cuando ella entraba ya no había silencio, sino tensión...
Punto de vista. Precisamente es el punto de vista el que prima, el de la escritora alejada del personaje que describe y presenta.
Ustedes escucharán todos y cada uno de los detalles compulsivos, obsesivos y aburridos de la vida de esta mujer solo porque está escrita en tercera persona. Caramba, pensarán, si el narrador cree que hay algo en esta patética criatura sobre lo que merezca la pena escribir, será que lo hay. Seguiré leyendo, a ver qué pasa.
Su primera desintoxicación.El alcohol aparece como personaje, como compañero inefable, como presencia constante en la contrucción de algunos personajes.
Nunca antes había conducido borracha, nunca había faltado más de un día al trabajo, nunca... No tenía ni idea de todo lo que quedaba por venir.
Dolor fantasma. Hay un dolor real de John, pero la autora sufre por la demencia del padre en la residencia de una habitación, John amputado por la diabetes en una sucesión narrativa queme recuerda a Munro.
Nunca he entendido cómo es posible que tanta gente prácticamente iletrada pueda leer la Biblia con tanto ahínco. Hace falta valor. De la misma manera, me sorprende que las costureras sin estudios del mundo entero se las ingenien para poner una manga y una cremallera.
Dentelladas de tigre. Una vuelta al origen. Un aborto no realizado en Méjico y el reencuentro con la familia que crea un ambiente femenino de primera magnitud.
¿Te lo puedes creer, que mamársela a tu legítimo esposo vaya contra la ley?...
—A las cinco vendrá el doctor. Le hará examen, y le colocará el catéter en el útero. Durante la noche provoca contracciones, pero con medicina para dormir no se sentirá mal. Nada de comida o agua después de cenar. A la mañana temprano normalmente hay un aborto espontáneo. Seis de la mañana, entrará a la sala de operaciones y le hacen D y C. Se despierta en su cama. Le damos ampicilina para la infección, codeína para el dolor. A las diez, un coche la lleva a Juárez o al aeropuerto o al autobús de El Paso.
Apuntes de la sala de urgencias, 1977. Una visión recorrido por la sala de urgencias con el análisis de los pacientes, de las enfermeras, de las ambulancias de urgencias, de las muertes plácidas, de la muerte generosa, de la mala. Literatura de primera.
Temps perdu. Volvemos al hospital, a los recuerdos de una etapa vivida o no, así la escritora abre el recuerdo a la niñez, al amor, a la inocencia. Que la hubo.
Llevo años trabajando en hospitales, y si algo he aprendido es que cuanto más enfermo está un paciente, menos ruido hace. Por eso los ignoro cuando llaman por el interfono. Soy administrativa de planta,
Carpe diem. Una lavandería y una pequeña equivocación dan lugar a un diálogo. Esa pequeña escena cotidiana configura la trama con maestría.
Toda luna, todo año. Una viuda reencontrándose en Méjico, sola, como perdida, pero encuentra a unos pescadores y no paran de a bucear y de pescar, y de encontrarse. Y así se nos abre la puerta a ese universo femenino e íntimo que va recreándose a lo largo de los relatos.
Buenos y malos. Una adolescente en un Chile prerevolucionario. Ella, el personaje, usa su amistad con una profesora norteamericana de historia. Servicios sociales, comunismo, desconocimiento de la población. La niña va reivindicando el yo femenino.
Nadie caminaba erguido, gateaban deprisa como ratas mojadas, metiendo despojos en bolsas de arpillera que parecían las jorobas de algún animal, dando vueltas, abalanzándose, chocando unos con otros, olisqueándose, escabulléndose, desapareciendo como iguanas tras las dunas.
Melina. Las relaciones cotidianas, el amor, los espacios que van ocupando las diferentes personas en nuestras vidas, los músicos, las sucesiones de uno y otro para descubrir aquellas personas que nos impactaron.
No sé por qué me casé con esos tipos callados, cuando a mí lo que más me gusta en el mundo es hablar.
Amigos.Las historias son reales y cotidianas, como siempre, se desarrollan con la simplicidad de las acciones que se suceden como estados de ánimo. Dos viejitos y una mujer van a encontrar un espacio en común para la amistad.
¿y si Anna se ponía enferma de verdad? ¿Qué responsabilidad implicaba esa amistad? La dependencia mutua de la pareja, la vulnerabilidad de los dos ancianos la entristecían y la conmovían.
Inmanejable. Una descripción triste de una alcohólica, la dependencia y cómo ha de conciliar la adicción con la vida.
Entonces salió, fue directa a la licorería de la esquina. Ya habían abierto. 
Coche eléctrico, El Paso. Un viaje en coche eléctrico con dos señoras que recitan la biblia. La visión de una niña con momentos que devienen de las impresiones que estoy comentando.
Íbamos tan despacio que vi las cosas como nunca antes las había visto. A través del tiempo, como al mirar toda la noche a alguien que duerme. 
Atracción sexual.Tan inquietante que te turba: el desarrollo de la acción, el abuso de posición dominante con la niña, el sexo como poder supremo sobre la voluntad.
La verdad es que yo no sabía nada sobre atracción sexual. El sexo en sí parecía guardar cierta relación con la locura. Los gatos se ponían como locos, por lo menos, y todas las estrellas de cine tenían un aire demente. Bette Davis y Barbara Stanwyck eran directamente perversas.
Gamberro adolescente. Construye historias aparentemente triviales, anodinas, indiferentes, pero van calando en el lector y así, poco a poco, vas entendiendo el mundo de la autora.
Vivíamos en una vieja casa de campo, cerca del río. Marty y yo acabábamos de divorciarnos, fue mi primer año dando clases, mi primer trabajo. Ocuparse sola de la casa tenía lo suyo. Goteras en el tejado, la bomba quemada; pero era una casa grande, preciosa.
Paso.Un combate de boxeo sirve para retratar a los pacientes de un centro de desintoxicación.
Carlotta también se rió, al verlos a todos corriendo en pijama. No es que le quitara importancia a lo que había hecho. No se acordaba, así que la proeza no tenía ningún mérito.
Perdidos.La conciencia fluye y así los pensamientos se escuchan en voz alta, los momentos de desintoxicación nos visitan a los lectores.
Solo se oía el viento y las manadas de perros que seguían merodeando. A veces era agradable, el silencio, salvo porque los discos del radar giraban sin parar con un débil lamento quejumbroso, día y noche, día y noche. Al principio era estremecedor, pero con el tiempo acabó por ser reconfortante, como el sonido de un carillón. Decían que lo habían utilizado para interceptar a los pilotos kamikaze japoneses, pero decían un montón de cosas raras.
Penas.Los relatos se entrelazan para crear una historia, una novela disuelta, deconstruida en sus artes constitutivas. Vuelve el buceador, la alcohólica, ella, que necesita alcohol para controlar los temblores, vuelve Dolores, y todo porque todo es parte de la conciencia de la escritora.
Las dos mujeres guardaron silencio, complacidas con sus inofensivas especulaciones, con sus análisis. Pensando que también a ellas les llegaría la muerte. Que a sus maridos les llegaría la muerte. No se demoraron en esos pensamientos, sin embargo. Aunque superaban los setenta eran parejas sanas, activas. Vivían con plenitud, disfrutaban el día a día. Cuando sus maridos retiraron sus sillas para sentarse a jugar la partida, ambas se sumieron en el juego con placer, olvidándose por completo de las dos hermanas, que en ese momento estaban sentadas una al lado de la otra en la playa, bajo las estrellas.
Bonetes azules.Así que aquí están ellas, la María que fue alcohólica, que fue enfermera, escritora, lavandera. El relato se adentra en la soledad, en los ecos del ego, en la naturaleza. Me ha parecido maravilloso.
¿por qué no había ido en taxi? Sus hijos, ya mayores todos, podían ser peor que unos padres, más intransigentes, más anticuados cuando se trataba de juzgarla a ella.
La vie en rose.Todo es hermoso y tranquilo. Un día apacible hasta que la naturaleza sucumbe al volcán.
Macadán.Una impresión, una pincelada, un esbozo.
Desde allí mirábamos a la reata de presos que pavimentaban Upson Street. Un capataz vertía el macadán; los convictos lo apisonaban, con un compás pesado y rítmico. Las cadenas y los grilletes entrechocaban; el macadán caía con un rumor de aplausos.
Querida Conchi.Gran relato en forma epistolar a Conchi, el primer amor. La protagonista, que vivió en Chile, se enamora de un mejicano en la Universidad. La majestuosidad del primer amor, los padres, los prejuicios sociales.
Cualquier desconocido te cuenta su vida, pero no son emotivos o afectuosos como los chilenos, así que aún no acabo de entender a la gente...
Hay mil libros que quiero leer, no sé por dónde empezar. Voy a pasarme a Filología el próximo semestre... 
Triste idiota.Sally y Carlotta vuelven, de cuando fueron a Chile; retazos de amores y fracasos.
La soledad es un concepto anglosajón. En Ciudad de México, si eres el único pasajero en un autobús y alguien sube, no solo se sentará a tu lado sino que se recostará en ti...
—Carlotta, querida..., ¿cómo piensas recoger los pedazos de tu vida?
—No quiero ninguno de esos viejos pedazos. Simplemente sigo adelante, procuro no hacer daño a nadie.
Luto.Una mujer de la limpieza que se dedica a limpiar en casas de gente fallecida. Mientras limpia, unos hijos repasan los recuerdos que quieren llevarse.Sencilla, directa y cotidiana.
Me encantan las casas, todas las cosas que me cuentan, así que esa es una razón de que no me importe trabajar como mujer de la limpieza. Se parece mucho a leer un libro.
Panteón de Dolores.La intimidad de Sally con la madre, y ella, Sally, con su cáncer como una presencia constante.
Ni «Descanso Celestial» ni «Valle de la Serenidad». El cementerio del parque de Chapultepec se llama Panteón de Dolores. No hay manera de escapar de ello en México. Muerte. Sangre. Dolor...
Ciudad de México hoy en día... Fatalista, suicida, corrupta. Una ciénaga pestilente. Ah, pero tiene su encanto. Hay destellos de tal belleza, ternura y color que te dejan sin aliento.
Hasta la vista. Seguimos en México con Sally muy jodida, mientras, ella recuerda su matrimonio con Jude y su escapada con Max. Íntimo, dulce preciso, con un virtuosismo de lo sencillo que me evoca a Munro, como en muchas otras ocasiones.
A decir verdad Sally y yo ni siquiera hablamos tanto ya. A ella le duelen los pulmones cuando habla. Yo leo, o canto, o simplemente nos tumbamos juntas a oscuras, respirando al unísono.
Una aventura amorosa.Este relato está muy bien resuelto. En muchos otros el relato queda suspendido en un momento de la acción, ya que el final no es lo que importa en la resolución de la acción narrativa, sino su devenir. Es tiempo de trabajo en una consulta y así entra en contacto con una nueva administrativa que tendrá una aventura amorosa.
Detesto mentir, realmente no soporto decir mentiras. No por razones morales. Es tan difícil, improvisar sin dejar cabos sueltos. Recordar lo que has dicho.
A ver esa sonrisa.Unos de los relatos más largos escrito desde la cotidianeidad y la sencillez. Habla del amor sin fronteras, de la amistad, de cómo cambia la vida por el alcohol, de la justicia, de las mujeres solas que se enfrentan a la incertidumbre. Un grandísimo relato.
El sol del ocaso estaba en los brillantes ojos azules de Carlotta. Se le llenaron de lágrimas, que quedaron atrapadas en las pestañas sin llegar a caer y reflejaron las palmeras verdes: parecía que llevara unas gafas turquesas...
—Cuánto lo siento, Jon —dijo—. Lo más difícil es no saber lo que piensas. Una vez lo averigües, bueno, entonces todas tus dudas se disiparán. Supongo.
Mamá.Una vez más los recuerdos entre el dolor y la comprensión, difícil, de las relaciones humanas.Me fascina la capacidad de crear reflexiones brillantes.
«Nunca, jamás te cases por amor. Si amas a un hombre, querrás estar siempre a su lado, complacerlo, hacer cosas por él. Le preguntarás: “¿Dónde has estado?” o “¿En qué estás pensando?” o “¿Me quieres?”. Así que acabará pegándote. O saldrá a por cigarrillos y no volverá.»
Carmen.El gusto por los ambientes turbios, el realismo sucio, México constante como un personaje más, salvaje, las drogas, la desesperación y el asco. Y siempre una mujer.
Cuando los niños se fueron, entré y cerré la puerta. Noodles temblaba tanto que tuve que darle yo el jarabe. El olor me provocó náuseas. Su sudor, su mierda, la caravana entera olían a naranjas podridas por el jarabe.
Silencio. A pequeños golpes va contando anécdotas de su infancia, amistades perdidas, familias desestructuradas, madres débiles, abuelos pervertidos y la vida que transcurre sin remedio para crear a una mujer.
Hablábamos de la vida, nos contábamos anécdotas divertidas.
Mijito.Relato extraordinario, donde aparece la mujer abocada a su destino, la adolescente mejicana sola en USA, la ignorancia, la crianza del hijo, el novio preso, la sordidez total. El niño necesita cuidados hospitalarios, la situación es compleja, los abusos, la indigencia. La sobriedad se impone, cierta distancia que hace que el lector no pueda por menos que identificarse. Muy duro, mucho.
Trato de recordar todos los árboles y a toda la gente del pueblo. Trato de recordarme a mí misma, porque entonces era otra, antes de tantas cosas que han pasado...
Asiente, resignada. Tiene la típica mirada abatida de las mujeres maltratadas. Que Dios me perdone, porque también soy mujer, pero cuando veo mujeres con esa mirada me dan ganas de abofetearlas.
502.Menos mal que dejé el alcohol antes de mudarme a Boulder. Este es el primer sitio en el que he vivido donde no encuentras una licorería en cada esquina. Aquí ni siquiera venden alcohol en Safeway, y por supuesto nunca los domingos.
Y llegó el sábado.La prisión se puede convertir en un espacio de creación literaria entre drogas, asesinos, chulos, qeer y putas.
B. F. y yo.Y nunca cesa lo cotidiano.
Espera un momento. Y no lo olvidéis, si tomamos el libro como un relato con capítulos y cada capítulo es un relato, ella es la protagonista de su vida de ficción.
Los suspiros, el ritmo de nuestros latidos, las contracciones de parto, los orgasmos, acaban todos por acompasarse, igual que los relojes de péndulo colocados uno cerca del otro pronto sincronizan su vaivén. Las luciérnagas en un árbol se encienden y se apagan como una sola. El sol sale y se pone. La luna crece y mengua y el periódico suele caer en el porche a las seis y treinta y cinco de la mañana.
Volver al hogar.Es posible, al final de este camino, que la vida sea una casualidad, pero los resultados no.
Todo lo bueno o malo que ha ocurrido en mi vida ha sido predecible e inevitable, en especial las decisiones y los actos que han garantizado que ahora esté completamente sola. 
 

El libro lo podemos encontrar en Alfaguara, y aquí os dejo datos de vuestro interés.

    Título: Manual para mujeres de la limpieza

    Autor (es): Lucia Berlin

    Traductor: 

    Sello: ALFAGUARA

    Precio sin IVA: 7.43 €

    Precio con IVA: 8.99 €

    Fecha publicación: 03/2016

    Idioma: Español



    Formato, páginas: E-BOOK EPUB, 400

    Medidas:   mm

    ISBN: 9788420421605

    EAN: 

    Temáticas: Contemporánea

    Colección: Literaturas

    Edad recomendada: Adultos



«Recién aparecido en Estados Unidos ya ha arrasado en los suplementos literarios y tiene todos los puntos para convertirse en un libro de culto.»

Sergio Vila-Sanjuán, La Vanguardia



«Lucia Berlin pasó su vida en la oscuridad. Ahora se la reverencia como a un genio literario.»

Brigit Katz, The New York Times



Con su inigualable toque de humor y melancolía, Berlin se hace eco de su vida, asombrosa y convulsa, para crear verdaderos milagros literarios con episodios del día a día. Las mujeres de sus relatos están desorientadas, pero al mismo tiempo son fuertes, inteligentes y, sobre todo extraordinariamente reales. Ríen, lloran, aman, beben: sobreviven.



* Uno de los mejores libros del año según The New York Times, The Guardian, NPR y The Boston Globe.



* En la lista de los más vendidos en Estados Unidos desde su publicación.



* Traducida a más de 14 idiomas.



Reseñas:

«Hacía tiempo que no leía nada tan impactante: su aterradora belleza deja sin aliento.»

Rosa Montero



«La última sensación literaria de Estados Unidos es una autora con una vida de película. Crítica y público se rinden a su obra. Al fin llegó la hora de Lucia Berlin.»

Andrea Aguilar, El País



«Maldita, brillante, rescatada. Uno de los fenómenos literarios del momento. Una Raymond Carver.»

Laura Fernández, El Mundo



«Leer a Lucia Berlin ha sido una de las grandes satisfacciones lectoras de los últimos meses. Emocionante, de saltarse las lágrimas, entre la ironía y la inmensa ternura.»

Laura Revuelta, Abc.es



«Milagros de la posteridad, del olfato editorial o de la justicia poética, la autora está más viva que nunca. Ahora resucita y se la compara con Raymond Carver. (¿Estará mal decir que me parece mejor que él?).»

Rodrigo Fresán, Vanity Fair



«Creo que nunca he leído a una mujer más inteligente, sensible, tierna y valiente que Lucia Berlin.»

José María Guelbenzu, Babelia



«¿Cómo explicas los cuentos de Berlin ¿Cómo resumes la carnalidad, el desequilibrio, la sensación de peligro, un estilo que te corta las entrañas como un bisturí pero que al mismo tiempo te hace sonreír y sentir una envidia inconfesable de unas vidas vividas siempre al límite de la catástrofe y la locura? Me arriesgaré a ponerme pesado: leed Manual para mujeres de la limpieza. »

Sergi Pàmies, La Vanguardia («Then we take Berlin»)



«Unos relatos precisos y vivos en los que nada sobra. Un derroche de maestría literaria.»

Elena Méndez, La Voz de Galicia



«No es un sueño. Lucia Berlin existió. Pero he tardado décadas en encontrarla. Un tesoro literario de primera magnitud. Berlin es verdad de principio a fin, auténtica y divertida.»

Marta Reyero, Cuatro.com



«El conjunto es un perfecto taller de creación literaria, una clase magistral que Lucia Berlin nos regala desde el más allá. Uno de esos libros que no quieres que se acaben, que podrías leer una y otra vez, que te deja la huella indeleble de tantas de sus frases.»

Fernando Ontañón, La Opinión



«Una verdadera maravilla.»

Rosa Regás, El Diario Vasco



«Apabullante. Fenomenal. Divertidamente desesperado.»

Enric González, Jotdown



« El libro del año reúne los cuentos de una de las muchas escritoras que una historia literaria escrita principalmente por hombres prefirió no recordar, para infortunio de los lectores; pero su reivindicación no se agota en el gesto político: los cuentos son excelentes.»

Patricio Pron



«Los cuentos de Berlin funcionan como una novela autobiográfica: la infancia en Nuevo México o Texas, los hijos, la vida bohemia en Nueva York, los matrimonios fracasados, la familia, los trabajos o el amor pasados los cincuenta son algunos de los temas del libro. Me cautivó su frescura y es uno de esos libros que da ganas de escribir.»

Aloma Rodríguez, Letras Libres



«Publicado póstumamente, este volumen reúne 77 relatos llenos de dolor, ternura y humor, que descubren la importancia de lo insignificante en lo cotidiano, y el horror de existir siendo mujer, pobre y alcohólica.»

El Cultural


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