martes, 30 de agosto de 2016

Cinco esquinas, Mario Vargas Llosa


Me gusta encontrarme con mis autores de cabecera, siempre espero que no me decepcionen. Esta premisa, como sabéis, no siempre se cumple, de hecho muchos de ellos se agotan y deambulan como sonámbulos por el panorama literario, simplemente se convierten en profesionales. Pero el placer, ese placer que todos conocéis de encontrarte con una escritura conocida, con esos párrafos bien estructurados, con una trama que fluye, incluso con artificios literarios que dan vigor a la narración, eso, si sucede, es una maravilla. 

Con Llosa me ha pasado, me he pasado unos ratos buenísimos con la novela que mezcla diferentes pasiones del autor, y de alguna manera, sintetiza diferentes aspectos de su vida: periodismo, teatralización de la realidad, erotismo, América, y una escritura reconocible. Para mí es mucho en estos tiempos de novelas en primera persona, banalidades mil y literatura de todo a cien.
La novela se adentra en el amor, en el pluriamor, ma´s concretamente, y las relaciones de la alta sociedad peruana. Contrasta con la dureza de los últimos meses de Fujimori con la regalada vida del ingeniero, el abogado y sus mujeres encontradas en esa aventura festivo sexual despreocupada, contrasta, digo, con la dureza de un Perú atemorizado por la violencia estatalizada y el terrorismo.


—Es que en la cabeza los golpes no dejan huella, Juan Peineta —se rió el inspector. Los otros sujetos que estaban allí también se rieron. Juan Peineta pensó que era una cortesía y trató de imitarlos. A pesar del nuevo golpe que recibió en la nuca con ese garrote forrado en jebe que lo dejó un poco turulato, se rió también, igual que sus torturadores.
 
La novela trabaja ese erotismo que tanto fascina a Llosa, un erotismo que es la elegancia del vicio pospuesto, el trabajo con nuestra imaginación y un deseo de participar en los límites de lo aceptable.


¿Había despertado o seguía soñando? Aquel calorcito en su empeine derecho estaba siempre allí, una sensación insólita que le erizaba todo el cuerpo y le revelaba que no estaba sola en esa cama...

Aquella delicada planta del pie calentando su empeine le había encendido la piel y los sentidos y, seguro, si deslizaba una de sus manos por su entrepierna la encontraría mojadita. «¿Te has vuelto loca?», se dijo. «¿Excitarte con una mujer? ¿De cuándo acá, Marisita?»  
  
El libro también se adentra en los círculos del poder, en el análisis de la ausencia del estado de derecho y en la personalización que se hace en algunos Estados americanos del poder. En la Fiesta del Chivo retrató magníficamente los entresijos del poder sin control, del personalismo, del abuso sistemático por alzarse con una legitimidad ausente por carecer de ley. Aquí retrata a Montesinos y a Fujimori indirectamente, y a los arbitrios de ese poder con sombras.
 
Algo más grande que tú y que yo. El poder. Con el poder no se juega, amiguita. Las cosas son siempre, al final, de vida o muerte cuando está en juego el poder. Haciendo lo que le prohibí, chantajeando a ese millonario, me comprometió. Vio la ramita, no el bosque. Pudo traerse abajo todo lo que he construido, hundirme, acabar conmigo. ¿Te das cuenta? Tuve que hacerlo, con el dolor de mi alma.

Desde un punto de vista estructural me ha parecido un capítulo magnífico, las historias se suceden confundiéndose, recreándose en la trama y construyendo un relato muy potente. Esa energía narrativa que trabaja los elementos de la historia y los elementos de la estructura narrativa, dan fe del vigor narrativo que sigue mostrando el autor, por eso el capítulo Un remolino, se va construyendo así, como una serie de círculos concéntricos que se adhieren sin temor al paso de los personajes y nos engullen en una lectura fantástica.
Podemos encontrar el periodismo amarillo como ofensa y arma, como liberación de las pasiones más humillantes, usándolo como elemento reseñable para trabajar diferentes géneros, editorial, crónica, novela, monólogo, esa mezcla da una dimensión de verosimilitud a la novela que es de agradecer.

EDITORIAL

SABEMOS PERO LO HACEMOS

Por nuestra directora, Julieta Leguizamón

Sabemos que éste puede ser el último número de nuestra querida revista. Sabemos el riesgo que corremos publicando esta edición extraordinaria de Destapes
 
Me ha encantado la cantidad de americanismos que utiliza, le dan una energía al texto que me encanta y me hace pensar en la riqueza de nuestro idioma: mermelero, calatas, huachafito, samaqueó, emolienteros, cachuelitos, chilcanos, chifa, rosquete, cachar, chumbeque, ampay, huachaferías.
 
La podemos encontrar en Alfaguara, y aquí os dejo datos de vuestro interés.


Nº de páginas: 320 págs.
Encuadernación: Tapa blanda
Editorial: ALFAGUARA
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788420418964
«Él había pensado que, después de todo, un periodista puede ser a veces útil. "Y también peligroso", concluyó. Tuvo el presentimiento de que nada bueno saldría de esta visita.»

«La idea de esta novela comenzó con una imagen de dos señoras amigas que de pronto una noche, de una manera impensada para ambas, viven una situación erótica. Luego se fue convirtiendo en una historia policial, casi un thriller, y el thriller se fue transformando en una especie de mural de la sociedad peruana en los últimos meses o semanas de la dictadura de Fujimori y Montesinos. Me gustó la idea de que la historia se llamase Cinco esquinas como un barrio que, de alguna manera, es emblemático de Lima, de Perú y también de la época en la que está situada la historia.

»Si hay un tema que permea, que impregna toda la historia, es el periodismo, el periodismo amarillo. La dictadura de Fujimori utilizó el periodismo amarillo, el periodismo de escándalo, como un arma política para desprestigiar y aniquilar moralmente a todos sus adversarios. Al mismo tiempo, también está la otra cara, cómo el periodismo, que puede ser algo vil y sucio, puede convertirse de pronto en un instrumento de liberación, de defensa moral y cívica de una sociedad. Esas dos caras del periodismo son uno de los temas centrales de Cinco Esquinas.»
Mario Vargas Llosa

La opinión de la crítica:
«Uno de los aciertos de la novela reside, sin duda, en lo fielmente que retrata las pretensiones éticas de esta peña que trabaja en la prensa más sensacionalista...»
Iñaki Ezkerra, El Pueblo Vasco

«Cinco Esquinas, la nueva novela de Mario Vargas Llosa, es un retrato del Perú de los años noventa, estremecido por la violencia de Sendero Luminoso, sacudido por la corrupción del gobierno de Fujimori y escandalizado por el periodismo sensacionalista.»
Letras libres

«Cinco Esquinas, la novela del Premio Nobel que reúne a modo de resumen todos los elementos presentes en la extensa producción de su autor, arropados con la magnífica prosa que acostumbra.»
Francisco García Pérez, Información De Alicante-Artes Y Letras

«Es una novela muy bien construida, con un dominio del lenguaje notable [...].»
Joan Garí, Ara

«[...] Cinco Esquinas es una obra que Vargas Llosa ha escrito con malicia y con buen humor, vertiendo con maestría los trucos de su sabiduría narrativa, pero sin tomarse muy enserio ni a sí mismo ni a unos personajes verosímiles en su superficialidad.»
Iñaki Ezkerra, Ideal de Almería

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