Estaba viendo la televisión y salen unos niños comentando sus lecturas en YouTube. Me ha sorprendido que en este erial aburrido en el que vivimos, donde el placer diferido de la literatura es una rareza anacrónica, niños y adolescentes se lancen a devorar libros y a comentarlos en la red. Es curioso y viene a darme la razón cuando digo que los adolescentes no es que no lean porque pasan, en absoluto, no leen porque se aburren, porque nos seguimos empeñando en hacerles leer lo que nos gusta a nosotros, y no siempre, por eso rechazan los libros en este paraíso postmoderno, digital y vacuo. Que ¿qué leen? distopías, claro, mundos que les lleven a paraísos y a aventuras que estimulen su imaginación y que trasformen el mundo, lo dicho, los aburrimos mortalmente.
El libro que hoy os traigo es el último que me leeré de la autora. Vaya. No iba a comenzar esta reseña así, iba a deciros que cuando una serie se acaba nos sentimos extrañados y necesitados de más lecturas, queremos otro volumen y ansiamos más, más, siempre más, sin embargo a mí me ha pasado todo lo contrario, me he quedado cansado, me he aburrido soberanamente y he decidido parar.
El libro no aporta nada nuevo, mantiene intactas las estructuras tópicas de sus novelas anteriores con personajes arquetípicos y una doble trama que se autodevora en escenas esperables y anodinas. Demasiado largo, demasiado obvio. También es cierto que intenta navegar por algún problema social y reflexionar sobre la discapacidad, los abusos en la infancia o sobre la propia sociedad sueca, sin dejar de lado la problemática de la mujer que siempre adquiere voz para reivindicarse y criticar el machismo imperante, pero ya no me compensa, todo está pensado para satisfacer a un lector que se conforma con lo que le dan, sin posibilidad de elaborar absolutamente nada por su parte.
Os voy a poner algunos ejemplos de su escritura descuidada, tópica y previsible, para que lo podamos ver gráficamente:
Te apuesto lo que quieras a que no ha desaparecido voluntariamente, y si encontramos el cadáver, tendremos algo sobre lo que investigar...
Las niñas iban a la escuela. Se dedicaban a sus amigos y a sus actividades y ahora la veían más bien como el sector servicios...
—Claro, como yo no hago nada en casa... —respondió Louise al tiempo que se levantaba, sin dejar de agitar las manos para que se secara el esmalte—. Yo me paso la vida sentada comiendo bombones y viendo culebrones. Y seguro que la educación y crianza de las niñas también ha sido cosa tuya, ahí tampoco he tenido yo nada que ver, ¿verdad? Tú te has dedicado a cambiar pañales, dar de comer, limpiar, llevar y traer y tenerlo todo ordenado aquí en casa. ¿A que sí? —Pasó por delante de él sin mirarlo siquiera...Ya se oían pasos en el recibidor. Pasos cautelosos, pero que se acercaban cada vez más. Lisbet notó que el pánico le hormigueaba por dentro. ¿Quién sería aquella persona, que no respondía a sus preguntas? Porque a Kenneth no se le ocurriría bromear con ella de aquel modo, claro. Jamás había recurrido a bromas pesadas ni a sorpresas inesperadas, ¿cómo iba a hacerlo ahora?
Voy a pasar a trabajar media jornada durante un tiempo. Me he dado cuenta de que ejerzo mi liderazgo con tal maestría que ya puedo confiaros ciertas tareas. Mis conocimientos y mi experiencia son más necesarios en otros ámbitos.
El libro lo tenéis en Maeva, es perfecto para incondicionales. Os dejo datos de interés.
Idioma original: Sueco
Nº de páginas: 441
EAN: 9788415532002
ISBN: 978-84-15532-00-2
Año: 2012
Formato: 15 x 23 cm
Encuadernación: Rústica
Precio: 20,00 €
Traducción: Montes, Carmen
Un hombre desparece en Fjällbacka sin dejar rastro. Pese a que Patrik Hedström y sus colegas de la policía han hecho cuanto han podido para encontrarlo, nadie sabe si está vivo o muerto. Al cabo de tres meses, lo encuentran finalmente congelado en el hielo. Cuando averiguan que el escritor Christian Thydell, uno de los amigos de la víctima, lleva más de un año recibiendo cartas anónimas plagadas de amenazas, todo se complica.
Christian trata de restarle importancia, pero su amiga Erica Falck, quien lo ayudó en la escritura de su primera y exitosa novela, La sombra de la sirena, es consciente del peligro. La policía no tarda en comprender que el asesinato y las cartas están relacionados.
Alguien odia a Christian profundamente, y ese alguien parece que no dudará en cumplir sus amenazas…
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