domingo, 12 de julio de 2015

Hacia el comienzo. Relatos I, Dylan Thomas

El otro día fui a hablar con mi padre. Le había dejado mi última novela, esto suena pretencioso, pero si escribes, escribes, y quería hablar sobre ella; hace muchos años que me ronda y necesitaba terminarla, deshacerme de la tiranía inaguantable que ejerce sobre mí. No suelo darle importancia a lo que la gente dice de mí, pero me importa mejorar la escritura, redondearla, darle la forma literaria que se merece. Por eso quería hablar con él, atender a sus impresiones. Mi padre vive entre dos épocas, y al menos, entre dos dimensiones intelectuales. Las épocas son la que le corresponde y la que vive, y sus dimensiones son la de su propia ficción y la del espacio tiempo en que habita, por eso sus impresiones las valoro, porque tienen el sabor anacrónico del que no entiende la modernidad, y la frescura del niño que se emociona con las palabras.  La conversación fue breve, con su voz usurpada me dijo, cariño el libro es denso, muy denso, difícil, es más un ensayo que una novela. Aduje que tenía trama, adujo que la escritura era para iniciados, era literatura.

Literatura, he aquí la clave. Cuando no entendemos un libro, o lo entendemos pero nos resulta complejo, decimos, es literatura. El término sirve a modo de escudo protector contra nuestra propia sinceridad. Esto me ha pasado muchas veces en poesía, incluso con mis escritos. Hay ocasiones que obedecen al subconsciente más complejo, a la parte onírica y más personal que configura las palabras como un tropel caótico que dicta el mundo de las otras dimensiones. La poesía, en este sentido, es literatura, porque abandona la trama para centrarse en el mundo interior, ignoto, en muchas ocasiones, del poeta, y así, desorientar al lector que ha de configurar lo cognoscible en un constructo imposible ajeno a su individualidad. Es por esta sencilla razón que, muchas veces, nos vemos abismados ante el verso, porque nuestro yo dimensional se aleja del yo literario, y, en esos momentos, nos asombramos a nosotros mismos diciendo, esto es literatura.
Literatura. Cuando mi padre me dijo esto pensé, "vaya, es una manera de decir que no le ha gustado" no me sentí triste, me sentí intrigado por leer yo mismo mi novela, todavía no lo he hecho, y eso me inquieta, me agobia, ¿será ilegible?¿mi universo deambulará por los espacios sin sentido de los sueños? ¿el ensayo, puede ser novela? Evidentemente sí, la literatura ocupa todos los espacios de mi vida, es la realidad en la que me encuentro dimensionado, en la que encuentro placeres únicos y no lineales, tal vez por ello derivo en la escritura el aspecto más críptico de mi mismidad, mi verdadero yo no usurpado por la tiranía voraz del espacio tiempo que comparto con todos vosotros, lectores, lector yo mismo, que intento adentrarme en el placer, único, de cada una de las palabras que me son regaladas en mis amados libros. Porque eso pasará con quien se acerque a estos relatos, porque encontrará la poesía en cada verso, la trama no será más que las estrofas con rima y ritmo, y el universo fascinante de la dimensión de Thomas, un laberinto, en muchas ocasiones, imposible de descifrar.
¿El ensayo puede ser una novela? Pues claro, pero como dice mi padre, reservado al lector, es decir, al lector en estado puro, al que elabora su propio universo ficcional y respeta, desentraña y disfruta con el mero hecho literario, con la lectura en sí misma, dejando la trama como una anécdota de la escritura, y sabiendo ver en los versos, en las estrofas del relato, la sabiduría ancestral de este borracho, pendenciero y crápula venerable, de este genio de nuestro tiempo, porque cada una de sus palabras valen por la obra de otros autores, cada vaguedad, cada paradoja, cada sinsentido que observamos en la escritura es un regalo para ti, lector, que no quieres que te cuenten una vida más, una aventura más, sino que necesitas beber la esencia de lo oscuro, la dicotomía entre lo real y la ficción, entre lo demoníaco y lo divino, que quieres alejarte de los tabús, de lo palpable y no tienes miedo a lo pagano, a lo simbólico, a lo mágico, a lo primitivo. Este es Dylan, salvaje, brutal, único. La experiencia de leerlo ha supuesto un salto vital hacia la luz de la oscuridad.

Después de la feria. Una escritura limpia con un argumento sencillo: una niña vagabunda cena en el carromato del gordo de la feria. La melancolía implícita llena de sentido el universo del lector.
El árbol. La lengua es poderosa. Las palabras son hermosas, hay una técnica envidiable. Esperanza, naturaleza como elemento aglutinador de la vida.

cuando el viento soplaba desde las colinas más lejanas y zarandeaba la casa, cuando la nieve de las horas oscuras aún blanqueaba los tejados y los prados...
Vio que se deshilachaba el rocío, vio que el ganado se miraba en los arroyos, vio que las nubes oscuras huían con el rumor del sol. Sobre los bordes de un cielo transparente y acuoso apareció el sol como un caramelo en un vaso de agua.

La historia verdadera. La avaricia, el deseo, la manipulación, el crimen y el castigo en miniatura donde el espacio poético sustituye a la culpa psicológica, a la ficción minuciosa del pensamiento. Genial, sublime.

Era un espléndido día del mes de mayo, sin más que un par de nubes en el cielo, como dos manos amorfas que se cerraban sobre la cabeza del sol.

Los enemigos. La lucha entre la razón y la naturaleza, entre la fuerza irracional y el poder de la fe, entre la luz y las tinieblas configuran este inquietante relato. Luz, sombras. ¿Dónde estamos?

Con todas sus fuerzas convocó a la luz intangible que rodeaba el fantasma y la mezcló con las tinieblas de su propia mente.

El vestido.Sus relatos tienen una belleza extraña, te atrapan en la lectura sin remedio, porque el lector, el literario, trasciende lo anecdótico para adentrarse en el egoismo que tiene por satisfacer su yo.
El visitante.Otro relato sublime, pura escritura y poesía. La muerte en vida, el abandono de lo terrenal, los sueños, la imaginación, la sangre y la carne, ¿qué somos? Morimos aun estando vivos, ¿Qué puede haber bajo una sábana?

Tenía las manos fatigadas, aunque durante toda la noche las había mantenido posadas sobre las sábanas y tan solo las había movido para llevárselas a la boca y al corazón alborotado. Las venas insalubres torrentes azulados, se precipitaban hacia un blanco mar. (...)
ese es el fantasma de Peter, un poeta que estuvo muerto varios años antes de que lo enterrasen. (...)
Colócame bajo el brazo hierbas dulces y mojadas de tu saliva, dijo él, y estaré fragante.

La camisola.Un perro muere atropellado.Inquietante como siempre, la sangre en la calle, la fascinación por la sordidez de la naturaleza, la violencia con que se conduce, el asesinato.

Cuando él le hacía daño, era tan solo para ocultar su propio dolor. Cuando le abofeteó la mejilla hata que la piel se le puso roja como la grana, fue para poner final a la agonía que le desgarraba la cabeza por dentro. Ella le relató cómo había muerto su madre. Su madre llevó una máscara para ocultar la enfermedad que le desfiguraba la cara. 

El niño en llamas. Es un relato absoluto. La degradación moral, el incesto, la muerte y el el deseo, los ritos a un dios ausente, la biblia en el suelo, el lado escabroso y oscuro se apodera de todo. Tremendo, impactante, salvaje, duro.

Dijeron que Rhys Rhys estaba prendiendo fuego a su bebé cuando un arbusto de aulaga se quemó en la cima de la colina. el matorral ardió a gran velocidad, alegre, y adquirió ante ellos los rasgos tristes y blancos, las extremidades desencajadas del niño en llamas, el niño del vicario.

Las huertas. Os habría seleccionado todo el relato, pero es imposible. La poesía, loa escritura y su proceso irracional, el impacto dela palabra en la creación y la densidad compleja de desentrañas. Poesía sin paliativos, lo intuido, lo extrañado, la naturaleza indómita con sentimientos, el fuego, los colores vivos, la calidez del lenguaje configuran un intento de escritura total donde el lector vaga por su universo y busca confluencias con el mundo complejo del escritor.

Poned alrededor del mundo un anillo bicolor hecho con cabello de mujeres, blanco y negro como el carbón sobre el tinte veraniego de los límites de la hierba y el cielo, tallos de cuatro senos en las astas de los confines del mar del verano, ojos en las conchas marinas, dos árboles frutales en una montaña de carbón: así se devana a vuestros ojos la mañana tornada de un golpe en atardecer, la mañana del pobre Marlais.(...)
músculos prestos para la noche. Por las azoteas corrió en pos de la luna. La luna se acercaba envuelta en la gélida gloria de su cohorte de estrellas, empujando y arrastrando las aguas del mar. Él observaba celoso su rumbo, buscando una palabra para cada uno de sus pasos en su tránsito por el cielo, clamando contra su cara imperturbable y confundido por sus máscaras diversas.

El final del río. Maravilloso relato de una belleza sublime y una perfección formal exquisita. Las palabras fluyen para recrear un cuadro del paisaje y del alma humana haciendo arte con mayúsculas. Pura literatura, deleite para los sentidos del lector, que queda extasiado ante esta belleza opaca que trasforma el mundo para contárnoslo. La trama es sencilla, un aristócrata abandona su castillo para descubrir el final, pero el final ¿de qué? ¿de la vida?¿de sus posesiones?¿del día?

Siguió la orilla del río por los sucios campos, por un bosque cuya coloración ocre debía a las alas de las lechuzas.

El limón. El mundo interior lleno de tormentas y seres deformes, de soledad y silencio, de  oscuridad y creación donde todo es confuso en un caos alucinante.

Una mañana temprano, bajo el arco de una lámpara, cuidadosamente y en silencio, el doctor, con delantal y guantes de goma, injertó en un tronco de pollo una cabeza de gato. El engendro gaticéfalo se tambaleaba sin poder sostenerse sobre las patas dentro de su urna de cristal.(...)
Yo era el niño de aquel sueño, y me quedé muy quieto al saberme solo, al saber que aquella voz era la mía y que la oscuridad no era la muerte del sol, sino la luz oscura y encerrada entre las paredes de aquellos corredores sin ventanas. Saqué el brazo y se convirtió en un árbol.

El relincho del caballo. De nuevo nos acompaña la muerte, lo escabroso y deforme, lo decadente, lo tremendo se aúnan en un caos literario que refleja las pasiones y un mundo alejado del temor de los hombres.

Vio a la peste entrar en el pueblo a horcajadas de un caballo blando. Era un jinete canceroso, con un forúnculo por sombrero, que galopaba a lomos de la bestia por la hierba y los adoquines y la colina coloreada.

La escuela de brujas. La sucesión caótica obliga al lector a hacer un esfuerzo importante para entender los hilos de la trama, el aquelarre formidable que se construye desde la historia. Brujas, el diablo, la oscuridad, lo prohibido.

Tras la comadrona se fundió el sol tal como se hunde una piedra en la ciénaga, y la Oscuridad borboteó tras él, y el barro lo succionó en la burbuja de los campos insondables.

El ratón y la mujer. La creación es una delgada línea de locura que ordena el caos desde los sueños para hacer una realidad, la realidad de un loco que recrea el universo. Por eso la escritura recrea esa realidad y la trasforma, como en otros relatos, en monstruos, en personajes desde esta locura ingobernable.

Apresado entre los barrotes de la ventana aparecía el rostro del loco. Abría la enorme circunferencia de la boca y se desgañitaba contra el sol a la vez que escuchaba las inflexiones de su voz con atención despiadada. Tenía la mirada perdida, los ojos clavados en el césped, y percibía la rotación de los años que retrocedían tenuemente. Dejó de existir el jardín. Los barrotes de hierro se derretían bajo el sol. Como una flor, se abrió con un latido una nueva habitación.(...)
Y también supo que era un ser absoluto sobre el papel en que escribiría. Había un oráculo en la punta del lápiz. (...)
Bienvenido, dijo el demonio al loco. Mírame bien. Crezco y crezco sin cesar. Observa cómo me multiplico.(...)
Poco a poco fue disminuyendo el caos, y las cosas del mundo exterior dejaron de transformarse en las formas de sus pensamientos.

Una vista al mar. El simbolismo pagano y mágico está presente en todos los relatos: búho, paloma, ciervo, la numerología, seis, siete, doce. Brujas y dioses, la desnudez y la mujer bruja. Este paganismo me lleva a la diosa blanca de la fecundidad y de la vida, del amor libre y natural junto ala naturaleza de la montaña sagrada. Todo aglutinado en un cuento imaginado en sueños.

No creía en Dios, pero era Dios quien había alumbrado aquel verano tan lleno de aires azulados, y aquel calor y aquellas palomas torcaces que poblaban el bosque.(...)
La luna brillaba sobre siete árboles y el sol de un día extraño sobre móviles cascadas. La colina aparecía entre una lechuza y una gaviota.

Los seis santos. También está lleno el relato de notas e iconos paganos y primitivos, ancestrales, míticos. En este caso el seis, la colina, la noche con la luna y el amanecer como iconos de lo primero, de lo originario y creador

Había puesto toda su maldad en las curvas y los flecos de las letras, una pezuña hendida, un tenedor, la lengua venenosa de una serpiente salida de las palabras que tenían vida propia, pues las palabras estaban mareadas y exhaustas debido ala ampulosidad conque revolvía la pluma en cada renglón.

Prólogo a una aventura. Cuernos y serpientes, torres, drogas, números, dioses, faunos modernos, paganismo esotérico.El poeta emerge para darle voz a su cerebro, abre la boca con sus manos y escribe lo que le dicta lo irracional. Una ciudad caminada y trasformada por el ojo poético y deformador que la constituye en hecho.

nos desnudaremos por completo, salvo las mdias negras y el liguero, y te amaremos largo y tendido sobre un lecho de fresas con nata, tanto más desnudas, is cabe, por la salvedad de una cinta que cubrirá nuestros pezones. (...)
Era el significado contrario a la divinidad, o bien la intención de los dioses caídos, cuyos halos magnificaban los cuernos y las cruces invertidas de las espiras que remataban los torreones, lo que, como el viento, me avisó de que el hombre puede caer y caminar por lo más bajo; (...)
¿De qué color tiene la sangre el narrador? Que le apliquen una sanguijuela en el antebrazo. Dejen paso, aulló la imagen, al Señor soñador de las venas azulísimas a este lado del mar del color de la sangre. Al abrirse en dos el mar de lso rostros, las damas con la espalda al aire se alejaron del mostrador, y los acicalados y zancudos caminantes con las tetas de las damas en las manos, buscaron los rincones más oscuros del salón. (...)

El mapa del amor. El tono poético alegórico simbólico e iconográfico de reminiscencias gaélicas rodea al relato convirtiéndolo en un jeroglífico complejísimo para el lector.

Aquí habitan las bestias bifrontes, dijo Sam Rib. Señaló su mapa del amor, una cuadrícula de mares y de islas y de continentes abigarrados, con una selva tenebrosa en cada extremo.

En dirección hacia el comienzo. Una vez más la técnica controla la trma, la técnica y la poesía comienza como un plano secuencia con una oración que describe el entorno, la naturaleza y el mar para acabar bruscamente y que aparezca el hombre. Y luego ella, los amantes siempre creándose desde la naturaleza y confundiéndose con los elementos más primitivos del ser.

Ella era salina y blanca, se desplazaba como un prado, se mecía en un lirio e iba rodeada de pájaros, pues habitaba la noche su corazón desasosegado, mientras él sintió sus manos entre las copas de los árboles -se zambulló una pluma, se deslizaron sus dedos sobre las voces- y el mundo fue ahogándose en la visión de una extraña sirena de hierbas, nieve y bestias marinas.

Una aventura de una obra en marcha. Es hermoso el mar y sus marinos, los náufragos cubiertos de anémonas, la isla flotante o la mujer que nacerá de la primera creadora, de la cosmogonía infinita del autor, del universo onírico, de sensaciones y metáforas, de alegorías y del puro placer de la literatura y de la escritura.

El barco ganó velocidad bajo su peso con un viento henchido y un fuego invisible que soltaba llamaradas como lenguas. Su barco animal surcó las aguas y se adentró por un millar de mares del tamaño de otras tantas embarcaciones, mordió con fuerza los cardúmenes que se daban a la fuga, partiendo en dos y multiplicando al tiempo a los peces huidizos, hundiéndose bajo las olas como un delfín de madera, retemblando el madero de la proa que apuntaba como un dedo más allá, esquivando una boya negra y oro con carillones de catedral, sin perder el rumbo gélido del norte. (...)
Un rayo como una cornamenta huesuda, con babas blancas como una espina que se endureciera y partiera por la  mitad los lados divididos, golpeó por la dura costra de la nube, encendió el promontorio de piedra, abrasó la franja de bruma rizada, atravesó los acordes y así subió la luna leve cual cometa.



Relatos completos - DYLAN THOMASAhora es un lío encontrar la obra de Thomas en los tres tomos que Mondadori publicó. Este es el primero, os dejo su fotografía en la portada, lo podemos encontrar en librerías de lance a través de internet. también tenemos una edición más actual en RBA editores, os dejo los datos de este último ya que los tres volúmenes están en uno solo. 

416 páginas
14,0 x 21,3 cm
TAPA DURA
Precio 23 €
Referencia OAFI690
ISBN 9788490062692
Sello Editorial / Colección RBA NARRATIVAS
Fecha de publicación  10/05/2012

Autor de una poesía simbólica vitalista y de un teatro que explora el ritmo y la narratividad del lenguaje lírico, Dylan Thomas es también un importantísimo escritor en prosa, todo lo cual lo convierte en uno de los mejores autores en lengua inglesa de la última centuria. En este volumen de Relatos completos se recogen desde los primeros cuentos de Dylan Thomas, unos hermosos textos en los que utiliza una prosa de profunda raigambre poética, hasta la obra inacabada Con otra piel, pasando por su evocador Retrato del artista cachorro, una colección de cuentos en los que con su intenso estilo traza vívidos pasajes de su infancia pasada en Gales.

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