La novela francesa siempre me produce prevención, no sé si es excesivamente intelectual o, en realidad, es novela por excelencia.
Con esta novela me ha pasado lo de siempre, la tomo con prevención y, después, me meto en la trama con verdadera pasión, intentando entender a dónde quiere ir el autor y me deslizo junto a los personajes por la búsqueda inhóspita del ser.
La trama es muy interesante, alguien que ha perdido su identidad y ha sido recogido por un detective privado, no deja de ser una ilusión, a la jubilación de este, se lanza a la búsqueda incansable de quién ha sido. Así se irá introduciendo en la memoria de los demás y en la seguridad de nuestra memoria, en la perplejidad de nuestros recuerdos que desfiguran lo que no queremos recordar. Guy Roland, irá descubriendo quién puede haber sido, y quién no ha sido, cómo ha vivido, amado y sufrido. A través de las fotografías y de los otros se irá configurando y su memoria irá volviendo como un amigo comprensivo. La crudeza de sus descubrimientos le irán devolviendo lo que perdió en otro tiempo, en un tiempo de zozobra y dolor.
La novela se construye desde los retazos de la memoria y el lector se encuentra cómodo con la paradoja del detective sin identidad que se descubre en cada rincón de la narración. Novela muy interesante que fue premiada en su día con el premio Goncourt. En España la edita Anagrama y aquí os dejo la sinopsis:
Guy Roland es un hombre sin pasado y sin memoria. Ha trabajado durante ocho años en la agencia de detectives del barón Constantin von Hutte, que acaba de jubilarse, y emprende ahora, en esta novela de misterio, un apasionante viaje al pasado tras la pista de su propia identidad perdida. Paso a paso Guy Roland va a reconstruir su historia incierta, cuyas piezas se dispersan por Bora Bora, Nueva York, Vichy o Roma, y cuyos testigos habitan un París que muestra las heridas de su historia reciente. Una novela que nos sitúa ante un yo evanescente, un espectro que trata de volverse corpóreo en un viaje de retorno a un tiempo olvidado. Pero esta búsqueda es también una poderosa reflexión sobre los mecanismos de la ficción, y Calle de las Tiendas Oscuras es una novela (inédita en España y que en su día ganó el Premio Goncourt) sobre la fragilidad de la memoria que, sin duda, perdurará en el recuerdo. «Siempre a la caza de los espectros del pasado, empezando por los de la Ocupación, período tabú de la historia francesa. Y Modiano será el primer gran novelista francés en exorcizarlo» (Delphine Peras, Lire)..
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