martes, 1 de mayo de 2012

Lamentaciones de un prepucio,Foreskin's Lament: A Memoir Shalom Auslander


Lamentaciones de un prepucio
nos seduce desde un principio.Siempre que pensamos en deseos recónditos nos encontramos con que estos son ilegales, te sientan mal o engordan. Pasa algo parecido con las palabras, basta con que aparezca pipi, caca, culo para captar en nosotros una atención desmedida.




El libro nos hace pensar en que el título que propone Shalom Auslander, el autor,es un gancho publicitario para captar nuestro interés, sin embargo nada más lejos de la realidad, es un título atinado y que se corresponde a la trama final del libro: un judío ortodoxo descreído reflexiona sobre si ha de cortarle el prepucio al hijo que está por nacer. Shalom se obstina en ir contra la ortodoxia de Dios, contra el dogma, se obstina en ser kosher sin serlo, en comer perritos calientes sin comerlos, en fumar porros o en masturbarse compulsivamente, y hacerlo de tal manera que Dios no lo fulmine con un rayo castigador. Pero no podemos dejarnos engañar por la apariencia, por la ironía. Shalom, el protagonista, sufre por la imposibilidad de dejar de creer en Dios, por la imposibilidad de dejar de ser judío. Su rebelión es una actitud personal de la inteligencia, de la razón sobre la fe,sobre la tradición.

El libro es dinámico, irónico, en ocasiones descarnado, real y verosímil, suena auténtico,en fin, a mí me ha gustado, me parece un ejercicio de frescura en un mundo detanto artificio literario.

Lo encontraréis en Blackie Books, o por internet, como siempre.Aquí os dejo la sinopsis:


Traducción de Damià Alou
298 páginas
Tapa dura // 14x21
ISBN: 9788493736293
Ilustrador: Jan Martí


Vale, Dios no dice nada cuando Le hablan, asunto a partir del cual se han escrito pliegos interminables, pero no por eso es menos vengativo y cruel. Lógicamente, el mayor conspirador de la historia actúa en silencio, y de Él no hay manera de escapar, como bien sabe cualquier paranoico de orientación pesimista (alguien que ha entendido la situación con enorme claridad y no temería lo peor si no esperase algo mejor).

Estamos hablando de Shalom Auslander, educado en la ortodoxia judía, de la cual se desvió primero a través de la pornografía y la comida no kosher, la marihuana, el hurto y la masturbación compulsiva, y luego a través de una vida que podríamos llamar laica. Aunque el autor sigue creyendo –es decir, temiendo– de modo «agobiante, incurable, miserable». Por eso, ahora que su hijo está por nacer, no sabe si hacerle cortar el prepucio según ordena la tradición o esperar algo peor que la muerte, una tortura más lenta, dolorosa y, sobre todo, divertida a los ojos de Dios.

Dejando de lado la anécdota, este memoir (pues no hay aquí más ficción que en la Biblia, aunque tanto castigo parezca mentira) da cuenta de una rebelión inevitable y al mismo tiempo inútil, pero también de un amor que redime y, sobre todo, de una meditación profunda sobre la identidad. ¿Soberanía y sujeción a partes iguales? Nadie responde.

Los calificativos «hilarante» aunque «triste», «subversivo» e «iconoclasta» pero «piadoso», «conmovedor» y sobre todo «genial» se repiten casi como una plegaria en los muchos elogios de la crítica, junto a las comparaciones con Philip Roth, que no son odiosas porque Auslander incluso sale ganando, Sedaris, Eggers y Woody Allen. Si usted no se ríe con el sufrimiento del autor, le devolvemos el dinero. Pero, si sólo se ríe y no padece y se maravilla y empieza a temer un castigo desproporcionado a su complicidad en la lectura de esta blasfemia, le recomendamos que vuelva a comprarla como se compra a veces, ingenuamente, el perdón.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Debido a algún comentario improcedente que no respeta ni al autor del blog ni a los participantes del mismo, me veo obligado a moderar los comentarios. Disculpa las molestias.