y
llega Wolfe, llega a mí, exuberante, radical, salvaje, portentoso,
luz, sombra, verbo incontenible y sabio, monumental, sí, como la
naturaleza del Sur en que vive, como los contrastes imposibles de su
familia, de sus amores o del viaje que Eugene hace por sí
mismo, genial porque es capaz de hacer que se me pongan los pelos de
punta, porque la tercera parte de la novela es soberbia, antológica,
llena de contrastes y sabiduría literaria, sí, no sé cuánto se ha
escrito en España de este autor, lo desconozco, imagino que habrá
tesis doctorales en Estados unidos e Inglaterra, que se habrá
escrito cientos de páginas, muchas más de las que escribió nuestro
autor, pero tengo que mostraros el talento literario, su capacidad
descriptiva, su asombrosa perspicacia a la hora de confeccionar los
retratos de los personajes, las relaciones familiares, es capaz de
mantener las coletillas lingüísticas, el pensamiento lineal en cada
uno de ellos y trabajar la psicología del héroe, sí, del héroe
protagonista que debe asumir su destino y sobre el que, en cierta
manera, pivota la acción que empieza con Gant, con el mostruo
viril, con la fuerza de la naturaleza que fundará la familia junto
con Eliza, sin embargo el hijo menor encarna la personalidad, es
matizado psicológicamente y vemos cómo crece, su infancia, su
juventud adolescente y su estancia en la universidad, su viaje
iniciático y la catarsis que le lleva a tomar las riendas dde su
vida y romper con el peso de la familia, sí, todo con una
inteligente disposición en tres parte y cuarenta capítulos, que en
su tercera parte eclosiona literariamente y hace que el estómago se
te enconja finalizando con un capítulo cuarenta tremendo, he de
reconoceros que se me han puesto los pelos de punta de la emoción,
me ha embargado la congoja que nos asalta cuando la literatura golpea
nuestras entrañas y sabemos que estamos participando de un
descubrimiento, oracular, lleno de inteligencia jugando con las
sombras del presente, del pasado y del futuro, junto a los ángeles
de mármol que deambulan observando pasar la vida, sí, cerrando la
novela en un círculo estilístico que solo puede conmovernos,
Y
por un instante, las mil formas de Ben y de él mismo quedaron
estampadas en el espacio plateado. Allí, en la esquina de la calle
Academy, Eugene observó su propia aparición; allí, junto al
ayuntamiento, se cio caminar levantando las rodillas; allí, sobre el
bordillo de la acera, se quedó plantado, poblando la noche con la
gran legión perdida de sí mismo: mil formas que venían, que
pasaban,que se tejían y variaban en un cambio sin fin, y que
permanecían en su inmutable Yo.
es
así como uno se encuentra, enfrentándose a su alter ego, en este
caso a Ben, su hermano, antihéroe que encarna la permanencia y la
aasfixia de no poder escapar, que encarna el amor y el sufrimiento,
hacia él, claro, y hacia su propio ser dolorido, enfermo y
humillado, pero como contraste, abre las puertas a la catarsis del
héroe,
—
Tonto
—dijo Ben—,¿qué quieres encontrar?
—Quiero
encontrarme a mí mismo, y el término de mi afán, y el mundo feliz
—respondió—. Pues creo que hay un puerto al final de todo. ¿Oh,
Ben, hermano, fantasma, desconocido, tú que no hablas nunca, dame
ahora una respuesta!
Entonces,
mientras él pensaba, dijo Ben:
—
El
mundo feliz no existe. El afán no tiene fin.
—
¿Y
una piedra, una hoja, una puerta, Ben?
—Su
lengua, sin hablar, siguió diciendo —
Quién eres tú, que nunca fuiste, Ben, imagen de mi cerebro, como yo
del tuyo, mi fantasma, mi desconocido, que has muerto,que nunca
viviste,como yo? Pero sí, imagen perdida de mi cerebro soñador,
tienes lo que yo no tengo...¡dame una respuesta!
y
así llego al principio, a la intención del autor, a cómo recrea
su yo en una novela, su yo ficcional, su familia ficcional, sus
conocidos ficcionales, cómo la literatura rehace la realidad y, a
partir de esta, crea mundos que no han sido, pero son desde el mismo
momento en que se escribe, ya que, en cierto sentido, la realidad es
ficción y viceversa,
Por
consiguiente, si algún lector dijera que el libro es
«autobiográfico», el autor no podría contestarle; a su entender;
toda obra seria de ficción es autobiografía.[...] Ficción no es
realidad, pero la ficción, es una realidad seleccionada y asimilada,
la ficción es una realidad ordenada y provista de un designio.
y
avisados llegamos a la primera parte, al golpe inicial, al inicio del
relato, a la sucesión infinita de palabras que nos hieren golpeando
el corazón lector sin piedad, declarando, sin ningún género de
dudas, lo que nos espera, la sucesión, la inteligencia, la narración
lírica que nos va a envolver haciéndonos mejores lectores, la
sensación caliente que nos previene contra el dolor, porque vamos a
sufrir, vamos a querer dejarla, vamos a pensar que es larga, vamos a
quedarnos sin aliento, pero entonces llega la literatura para darnos
ánimos e insuflarnos un aliento que nos obliga a continuar hora tras
hora, día tras día,
...
una piedra, una hoja, una puerta ignota; de una piedra, una hoja, una
puerta. Y de todas las caras olvidadas.
Desnudos
y solos llegamos al desierto. En su oscuro seno, no conocimos el
rostro de nuestra madre; desde la prpisión de su carne, viinimos a
la prisión indecible e inexplicable de este mundo.
empiezan,
pues, las acciones y, por ende, los personajes que aparecen, Gant
padre, magnífico hecho a trompicones, a golpe de pensamientos apenas
hilvanados, en oraciones impactantes y cortas, una sucesión en
que las ideas se golpean y el
lector no debe hacerlo por el autor, sino que ha de dejarlas fluir y
que se instalen en su cerebro,
La
ciudad está llena de truhanes y rateros, a ver quién puede más. Es
una buena historia. La policía llega con media hora de retraso.
Aparecen y te piden que los acompañes. Francesas. Criollas. La
hermosa heredera criolla. Carrera de embarcaciones a capor. Capitán,
van a alcanzarnos. No me dejaré vencer. Salvaremos la dificultad.
Emplee la pólvora, dijo ella con orgullo. Hubo una explosión
terrible. Él la agarró cuando se hundía por tercera vez y nadó
hacia la costa. Ellas se empolvan detrás de la ventana, chascándote
los labios. O más bien a los viejos.
además
la novela presenta multitud de personajes, usa el estilo directo y
los diálogos son ricos y veraces, esta escena con el empresario de
pompas fúnebres del capítulo catorce, los médicos y cirujano es
genial, juega con los
equívocos y su dinámica se construye desde la ironía y la acerada
capacidad para definirlos,
Lo
hemos herido en lo más vivo. Pensé que iba a herniarme, doc, cuando
dijiste aquello de embalsamar el corazón destrozado del dolor.
y
estas escenas dan paso, como he comentado, a retratos perfectos de
una técnica literaria extraordinaria, la novela está llena de ellos
como este extracto de uno sobre Luke
del capítulo dieciocho,
Su
boca grande estaba siempre dispuesta
para la risa, incluso cuando tartamudeaba con irritación o el
nerviosismo nublaba su semblante; una risa fantástica, exultante;
loca. Había en él una exuberancia diabólica, una inteligencia
salvaje que no procedía del cerebro. Ansioso de alabanzas, de
estimación pública, y experto en congraciarse con
la gente,e ste demonio se
apoderaba de él en los momentos más inesperados, en los ambientes
más dignos, cuando hacía todo lo posible para mantener la buena
opinión que los otros tenían de él.
imaginemos,
pues, un libro monumeltal que alterna la poesía, la tercera persona
y un narrador que domina, en ciertos sentidos, las acciones y a los
personajes, cartas donde observamos convenciones, relaciones
personales en estilo directo que dotan de realismo la acción y la
presencia del escritor, sí, la observamos cuando se deja llevar por
el torrente irrefrenable de las palabras, cuando no puede parar y
deja fluir en ese torrente que tanto me gusta, la literatura,
el
pan que voy a buscar será comido por extraños. Traigo carbón y
parto leña para calentarlos. humo. Fuimus fumus. Toda nuestra vida
se va en humo.No hay estructura, no hay creación en ello, si
siquiera la estructura famosa de los sueños. Baja, ángel; susurra
en nuestros oídos. Nos extinguimos en humo, y hoy solo recibimos
cansanncio en pago del trabajo de ayer. ¿Cómo podemos salvarnos?
incluso
el sexo es selvático, exuberante, con reminiscencias primitivas, es
un alud tormentoso de imágenes en una sucesión asmática; hoy en
día ¿quién puede escribir con esta libertad creativa?
Ella
Corpening abrió la puerta del fondo, que daña a otra habitaion.
Había allí dos camas sucias y arrugadas; la única ventana estaba
cerrada y cubierta con una vieja cortinilla verde. La mujer encendió
una lámpara pequeña y humeante, y bajó la mecha.
hay,
además, un sinfín de reflexiones políticas, conexiones con el
tiempo en que se desarrolla la la acción y ciertos pensamientos
arraigados en una persona del sur en los albores del sXX,
Eugene
pensó en la bella institución de la esclavitud humana, por cuya
conservación habían luchado valerosamente sus antepasados maternos
que no tenían esclavos. ¡Bendito sea Dios, mi amo! El viejo Moisés
no queire ser un negro libre. ¿Cómo podría ser libre sin amo? No
quiere morirse de hambre con los negros libres. ¡Hala, hala,hala!
Filantropía.
Pura filantropía. Se enjugó una lágrima de un ojo.
y
llegamos a Eugene, el menor, el que estudiará, en quien
fiarán sus padres y hermanos el futuro, un futuro glorioso en el
pensamiento de Gant, un futuro que destapará celos y
miserias, que hará de nuestro personaje un héroe, que crecerá y se
hará,. que se enamorará y sufrirá, que será el rey del mundo y el
más miserable de los hombres en Virginia, Eugene,
plasmación literaria del autor, dicen, dice, confiesa, se presentará
como un hombre nuevo, alguien que ha de romper con lo anterior,
superarlo, hacerse, crear,
Encerrado
en su gran ciudad amurallada de visiones, su lengua había aprendido
a zaherir, y sus labios a burlarse, pero los fuertes arañazos del
mundo no habían hecho mella en su vida secreta. Una y otra vez se
había visto empantanado en el lodazal gris de los hechos. Sus ojos
crueles no habían dejado de percibir el significado de cualquier
acción, su abrumado y amargado corazón se había achicharrado en su
interior como un lingote al rojo, pero todo su duro saber se fundía
al calor de su imaginación. No era un niño cuando reflexionaba,
pero sí cuando soñaba, y era el niño soñador quien regía sus
creencias. Quizá pertenecía a una raza humana más vieja y
sencilla: la de los hacedores de mitos.
y
aparecen los amores y desamores, Laura como amor adolescente y
rompedor, como una novela romántica dentro de la acciónd el relato,
con sentimientos hiperbólicos, situaciones almibaradas, amor kitsch
que suena como una reminiscencia de los primeros libros que Eugene
leyó, llenos de situaciones tópicas y, he de decirlo, deliciosas y
cursis,
—¿Me
escribirás en cuanto llegues? ¡Por favor!
—Sí.
Mañana...Enseguida.
Él
se inclinó de pronto y murmuró:
—Laura...volverá.¡Volverá!
Ella
volvió la cara y lloró amargamente. Él volvió a sentarse a su
lado, y ella le estrechó con fuerza, como si fuese un chiquillo.
—¡Querido!¡Querido!
¡No me olvides nunca!
y
llegamos a la tercera parte, al capítulo treinta y tres,
fundamental, rompe con el Eugene estudiante-adolescente y este
se convierte en un homo viator adulto, su viaje iniciático
rompe con el pasado y le permitirá desanclarse para proyectarse en
una reivindicación de su personalidad, hambre, sudor, depravación y
vagabundeo, dolor, Virginia como un El Dorado, tierra
prometida, nueva Arcadia de la industria de guerra, Eugene
se enfrenta a sí mismo y a sus fantasmas, al de Laura y del
amor, al alcohol,con el sufrimiento para apreciar la vida en un
capítulo extraordinario vivo con una prosa potente e impactante,
donde ya aparece Eliza completamente caracterizada, como una
caricatura de sí misma, huraña y tacaña, obsesionada con el dinero
y las propiedades, con el sueño americano del éxito,
Eliza,
atareada y ajetreada en su negocio del verano, había añadido unas
cuantas líneas prosaicas. No gastes su dinero. Come mucho y bien.
Cuídate. Sé buen chico.
El
chico era una delgada columna de hueso y piel morena. había perdido
más de doce kilos durante el verano: medía más de un metro ochenta
y pesaba poco más de sesenta kilos.
si
es importante el capítulo anterior, no menos impactante es el
treinta y cinco con la muerte de Ben, su benefactor, su
hermano real, su alter ego, el antihéroe que le compensa, la
permanencia frente a la ausencia, capítulo fundamental, digo, porque
la familia se enfrenta a sí misma, Eliza a su obsesión
patrimonial, Gant el eterno enfermo de cáncer abstraído en
su egoísmo, Helena servicial, Luke auténtico, pero
temeroso, Ben terminal, sus pulmones se agotan, el análisis
de la situación, su descripción hacen de este algo memorable,
sinceramente no pensaba que loo superaría el último, pero la
literatura es así de maravillosa,
Embargado
por la terrible visión de toda la vida en un momento, pareció
alzarse incorpóreo e ingrávido sobre las almohadas —una
llama, una luz, una gloria— para unirse al fin en la muerte al
negro espíritu que había velado cada uno de sus pasos en
su solitaria aventura sobre la
tierra; y lanzando el furioso dardo de su mirada, contotal y
definitiva comprensión, sobre la habitación con su cortejo gris de
amores baratos y de romas conciencias, y con todas las inciertas
máscaras de la desolación y de la confusión desvaneciendose ahora
en la brillante ventana de sus ojos, pasó instantáneamente, ceñudo
e impertérrito,como había vivido, a las sombras de la muerte.
antes
de finalizar no me resisto a dejaros este fragmento del capítulo
treinta y siete, dejándose llevar por la furia poética, por la
vehemencia, la enumeración caótica que consigue impactarte con su
belleza literaria, desgarrarte y arrastrarte hacia abismos
insondables de tu alma, me encantan estos fragmentos donde consigo
emocionarme, encontrarme, de cierta manera, cerca de los dioses que
nos han configurado, disfrutando de una técnica extraordinaria y de
una construcción formal donde las enumeraciones de tres elementos
sirven como nexo de unión para toda la obra, es, simplemente, de una
calidad y una belleza apabullante,
Una
luz barre la colina. (No volveremos.) Y sobre la villa, una estrella.
(Sobre todos nosotros, sobre todos nosotros queno volveremos.) Y
sobre el día, la oscuridad. Pero sobre la oscuridad... ¿qué?
No
volveremos. Nunca volveremos.
Sobre
la aurora, una alondra. (Que no volverá.) Y viento y música lejana.
¡Oh, pérdida! (No volverá.) Y sobre tu boca, tierra. ¡Oh,
fantasma! Pero sobre la oscuridad...¿qué?
El
viento azotaba los arbustos; las hojas marchitas estaban temblando.
No
volvermos. Nunca volvermos. Era octubre, pero nosotros no volveremos
nunca. ¿Cuándo volverán ellos? ¿Cuándo volverán ellos?
El
laurel, el lagarto y la piedra no volverán. Las muejres que lloraban
en la puerta se han ido y no volverán. Y el dolor y el orgullo y la
muerte pasarán y no volverán. y la luz y la aurora pasarán, y la
estrella y el canto de la alondra pasarán y no volverán. Y nosotros
pasaremos, y no volveremos.
¿Qué
cosas volverán?¡Oh! La primavera, la más cruel y la más bella de
las estaciones, volverá. Y los hombres desconocidos y enterrados
volverán, en hojas y en flores volverán los desconocidos enterados,
y la mierte y el polvo nunca volverán, pues la mierte y el polvo
morirán. Y Ben volverá, no morirá de nuevo, enflores y en hojas y
en música lejana, volverá.
¡Oh
fantasma perdido, azotado por el viento, vuelve!
Si
os habéis emocionado como yo podéis encontrarla en Aldemar.
Traducción
de José Ferrer Aleu
Colección:
Clásicos / CLS-011
año:
2009
ISBN:
97884-7702-632-7
págs:
736
precio:
36,10EUR
Pese
a su prematura muerte, Thomas Wolfe (1900-1938), como Proust o
Kafka, ha dejado una honda huella en la literatura contemporánea, y
su estela se hace visible en escritores de la talla de William
Faulkner, Scott Fitzgerald, Ernest Hemingway, Jack Kerouac o Philip
Roth.
Tomas
Wolfe nació en Ashville, capital de un condado montañoso en el
Estado de Carolina del Norte. Su padre, próspero escultor de
monumentos funerarios, permitió a Wolfe estudiar en la universidad,
donde se graduó en 1920. En otoño de ese año se matriculó en
escritura dramática en la Universidad de Harvard. La muerte de su
padre en 1922 fue un revés que marcó el resto de su vida. Un año
después se fue a vivir a Nueva York, donde dio clases de lengua
esporádicamente durante siete años. En el verano de 1925, Wolfe
viaja a Europa y comienza a escribir su primera novela, El ángel que
nos mira, que se publicará en 1929 con la ayuda de Maxwell Perkins,
el más prestigioso editor de la época. Wolfe se entrega entonces a
la literatura en cuerpo y alma y redacta centenares de folios que
luego se condensarán para convertirse en Del tiempo y el río
(1935), su segunda gran novela. En 1938 cae enfermo de neumonía en
un viaje a Seattle. Ingresado en un hospital de Baltimore, falleció
días después de tuberculosis cerebral.
El
ángel que nos mira es una novela de iniciación que narra los
avatares y experiencias del joven Eugene Gant, al tiempo que retrata
con vividez y detalle la vida en el profundo Sur norteamericano de
principios del siglo XX. El afán de exhaustividad narrativa de
Wolfe, que le lleva a comenzar su historia con la azarosa vida de
Oliver Gant, padre del protagonista, convierte el relato en una gran
saga autobiográfica, elogiada unánimemente por la crítica de su
tiempo.
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