Hace tiempo que ando dando vueltas por este blog sin saber qué pretendo. En alguna ocasión he escrito sobre él como un repositorio de la memoria, como un libro de notas al margen que me permite no guardar los originales, (de todos, jaja, es sabido mi poco amor por tener libros) y creo que esa ambigüedad, esa indeterminación se hace extensiva a todos vosotros. Cuando entro la soberbia me puede, la vanidad imposible y la estupidez del ego que me susurra al oído, mira las estadísticas, ¿han bajado? "es que no estás al día"¿han subido?, normal, has escrito sobre un best seller actual" ¿no hay comentarios? "no interesan tus comentarios", y claro, el cuerpo me lleva a la desidia, a leer para mí, como siempre, a guardarme mis puntos de vista, pero el egoísmo me puede, ¿dónde guardo tantos libros?¿voy a volver a mirar alguna vez los márgenes?¿releeré? y la verdad que sé que no debe importarme, que debo andar yo solo hacia donde me lleve el camino, gozando con mis autores, con mis notas, con mis comentarios, con la impresión que he guardado en mi interior de todas esas horas en que me han hecho compañía, lo quiero y lo deseo, así sea.
Así descubro a Elena Ferrante, "libro recomendado", uf, digo, gran autora europea y otras lindezas que podéis leer en la parte de la sinopsis: fenómeno, pleitesía, grandes obras... y no me puedo sustraer a tanto elogio. Me informo, autora desconocida, pseudónimo, ¿quién es? y el ego entra con una fuerza atronadora en los blogs, en los diarios, en las revistas especializadas: no hay literatura sin ego, sin autoría conocida, sin poder poner cara a quien escribe estas cosas. Tantos libros, una obra sólida, ¿será una autora o un autor?¿será una o varios? Tantas preguntas dan para que los críticos puedan divagar: la sensibilidad y el tipo de escritura parece la de una mujer, el gusto por la descripción puede ser de un hombre, puede que; en todo caso un/a escritor que se adentra en el mundo de las emociones.
Se adentra en el mundo de las emociones con precisión, viajando por todo el recorrido que permiten estas, dándole sentido a lo cotidiano, al devenir anodino y anónimo, a los hechos excepcionales y literarios, a los absurdos e hiperbólicos, a la realidad objetiva y reconocible. Eso es el libro, el libro sin atributos, anónimo, sin identificar, sin especular más que sobre la escritura, la ideología, los sentimientos agolpados tras estas más de 500 páginas. Porque es un libro a la antigua usanza. Cuando empecé a leerlo pensé, "un melodrama" de verdad, sin embargo pronto las discusiones ideológicas, la complejidad del amor, de las relaciones, hizo que cambiara de rumbo, que me tomara la lectura desde otros puntos de vista. Y así creció, la lectura, poco a poco, se hizo más madura. Sufrí y odié a Elena, tan contradictoria, tan humana, con Lina me adentré en el silencio, en lo no dicho, en los rencores y visillos del pasado. Y crecí, como os dicho, con ella, disfruté, me adentré en Nápoles, una ciudad reconocible, (pobreza, belleza, violencia, suciedad, provincianismo) e ignota, viví las experiencias del amor en sus vertientes más complejas y actuales, las difíciles relaciones entre hombres y mujeres, las relaciones entre hijas y madres, entre madres y padres, pero sobre todo, sobre todo viví la experiencia de una amistad narrada, de una profunda reflexión sobre los límites del amor incondicional y altruista, sobre los rencores y envidias, es decir, sobre una amistad que pasará a la historia de la literatura italiana.
Pero como he dicho es también una novela sobre la fortaleza de la mujer, sobre lo que tiene que hacer y a lo que tiene que renunciar para desarrollarse en su integridad.
si había sido capaz de abandonar a mis hijas y a Pietro, también podía prescindir de él, y no al cabo de una semana, ni de diez días: enseguida.
Sus reflexiones son siempre interesante como en este fragmento porque es una frase que se dice de pasada, como de puntillas, como si la libertad individual hubiera de ser tutelada por la inteligencia de la madre que como un faro guía el destino inmaduro del hijo, como si hubiera una sola realidad, un solo destino, una sola manera de actuar.
quería que yo recobrara la razón y regresara con mi marido.
Como he dicho nos presenta una Nápoles provinciana, diferente aunque esperable, pero las rencillas de pueblo, las envidias, esos pequeños triunfos que consisten en tener algo que tu necesitas y no dártelo, sucumbir a la estupidez suprema de lo anecdótico, está muy bien reflejado en el libro. Pero también está muy bien reflejada la otra parte, los burgueses de Génova con su nobleza adquirida, su superioridad moral, su izquierdismo académico.
—¿Qué significa que Nino es una inteligencia sin tradiciones?
Pero como he dicho es también una novela sobre la fortaleza de la mujer, sobre lo que tiene que hacer y a lo que tiene que renunciar para desarrollarse en su integridad.
si había sido capaz de abandonar a mis hijas y a Pietro, también podía prescindir de él, y no al cabo de una semana, ni de diez días: enseguida.
Sus reflexiones son siempre interesante como en este fragmento porque es una frase que se dice de pasada, como de puntillas, como si la libertad individual hubiera de ser tutelada por la inteligencia de la madre que como un faro guía el destino inmaduro del hijo, como si hubiera una sola realidad, un solo destino, una sola manera de actuar.
quería que yo recobrara la razón y regresara con mi marido.
Como he dicho nos presenta una Nápoles provinciana, diferente aunque esperable, pero las rencillas de pueblo, las envidias, esos pequeños triunfos que consisten en tener algo que tu necesitas y no dártelo, sucumbir a la estupidez suprema de lo anecdótico, está muy bien reflejado en el libro. Pero también está muy bien reflejada la otra parte, los burgueses de Génova con su nobleza adquirida, su superioridad moral, su izquierdismo académico.
—¿Qué significa que Nino es una inteligencia sin tradiciones?
Ella me miró irónica.
—Que no es nadie. Y que para el que no es nadie convertirse en alguien es más importante que cualquier otra cosa. La consecuencia es que el señor Sarratore es una persona de poco fiar.
—Yo también soy una inteligencia sin tradiciones.
Sonrió.
—Sí, tú también, y por eso no eres de fiar.
Y siempre el trasfondo del amor, de las relaciones, de las nuevas maneras de ser en pareja, del poliamor, de la adolescencia prolongada, de la incapacidad de comprometerse o de darse por encima de una misma. El amor en su triple dimensión, filial, amistad y deseo, todos confluyendo en una mezcla compleja unificada en el "barrio" en esa vida que fue es y será.
Discutimos. Acababa de prometer un libro, sí, pero ¿cómo, cuándo podría escribirlo con la concentración y la continuidad necesarias? ¿Se daba cuenta de qué había sido, y qué seguía siendo mi vida? Le enumeré al azar la enfermedad y la muerte de mi madre, el cuidado de Dede y Elsa, las tareas domésticas, el embarazo, el nacimiento de Imma, su desinterés por la niña, ese continuo ir de congreso en congreso casi siempre sin mí, y el asco, sí, el asco de tener que compartirlo con Eleonora. Soy yo, le grité, la que está a punto de divorciarse de Pietro; en cambio, tú ni siquiera has querido separarte. ¿Acaso podía trabajar entre tantas tensiones, sola, sin siquiera una ayuda por su parte?
El escándalo resultó inútil, Nino reaccionó como siempre. Adoptó un aire compungido, murmuró: no entiendes, no puedes entender, eres injusta, y con tono sombrío juró que me amaba y que no podía prescindir de Imma, de las niñas, de mí. Al final se ofreció a pagarme una mujer de la limpieza...
Y siempre el trasfondo del amor, de las relaciones, de las nuevas maneras de ser en pareja, del poliamor, de la adolescencia prolongada, de la incapacidad de comprometerse o de darse por encima de una misma. El amor en su triple dimensión, filial, amistad y deseo, todos confluyendo en una mezcla compleja unificada en el "barrio" en esa vida que fue es y será.
Discutimos. Acababa de prometer un libro, sí, pero ¿cómo, cuándo podría escribirlo con la concentración y la continuidad necesarias? ¿Se daba cuenta de qué había sido, y qué seguía siendo mi vida? Le enumeré al azar la enfermedad y la muerte de mi madre, el cuidado de Dede y Elsa, las tareas domésticas, el embarazo, el nacimiento de Imma, su desinterés por la niña, ese continuo ir de congreso en congreso casi siempre sin mí, y el asco, sí, el asco de tener que compartirlo con Eleonora. Soy yo, le grité, la que está a punto de divorciarse de Pietro; en cambio, tú ni siquiera has querido separarte. ¿Acaso podía trabajar entre tantas tensiones, sola, sin siquiera una ayuda por su parte?
El escándalo resultó inútil, Nino reaccionó como siempre. Adoptó un aire compungido, murmuró: no entiendes, no puedes entender, eres injusta, y con tono sombrío juró que me amaba y que no podía prescindir de Imma, de las niñas, de mí. Al final se ofreció a pagarme una mujer de la limpieza...
tal vez con los hombres las cosas solo pueden funcionar de este modo: vives con ellos un tiempo, tienes hijos y fuera. Si eran superficiales como Nino, se marchaban sin sentir ningún tipo de obligación; si eran serios como Pietro, no faltaban a ninguno de sus deberes, y en caso necesario daban lo mejor de sí mismos. Sin embargo, el tiempo de las fidelidades y las convivencias sólidas había pasado tanto para los hombres como para las mujeres.
Y siempre la ideología, el comunismo de los años setenta, la Italia revolucionaria, el sometimiento intelectual, la renovación política, la corrupción, los partidos emergentes, los universitarios revolucionarios.
—Quiero decir que un partido solo puede ser distribuidor de favores a cambio de consenso, los ideales forman parte del decorado.
Además de esos pensamientos que te dejan impactado.
Tiene la peor de las maldades, la de la superficialidad.
Es una novela muy interesante, me lo he pasado bien leyéndola, aunque me ha parecido algo larga; la parte final donde describe una historia de Nápoles, innecesaria, sin embargo la autora es soberana, ¡que viva la autora! La tenemos en Lumen, y aquí os dejo datos interesantes.
Y siempre la ideología, el comunismo de los años setenta, la Italia revolucionaria, el sometimiento intelectual, la renovación política, la corrupción, los partidos emergentes, los universitarios revolucionarios.
—Quiero decir que un partido solo puede ser distribuidor de favores a cambio de consenso, los ideales forman parte del decorado.
Además de esos pensamientos que te dejan impactado.
Tiene la peor de las maldades, la de la superficialidad.
Es una novela muy interesante, me lo he pasado bien leyéndola, aunque me ha parecido algo larga; la parte final donde describe una historia de Nápoles, innecesaria, sin embargo la autora es soberana, ¡que viva la autora! La tenemos en Lumen, y aquí os dejo datos interesantes.
Formato,
páginas: TAPA BLANDA CON SOLAPA, 544
Medidas: 153
X 229 mm
ISBN: 9788426402158
EAN: 9788426402158
Temáticas: Contemporánea
Colección: Lumen
Título: La
niña perdida (Dos amigas 4)
Autor
(es): Elena Ferrante
Traductor: CELIA
FILIPETTO ISICATO
Sello: LUMEN
Precio
sin IVA: 23.94 €
Precio
con IVA: 24.90 €
Fecha
publicación: 10/2015
Idioma: Español
Lina
y Elena son ahora adultas y han tomado caminos distintos: Elena dejó
Nápoles para casarse y convertirse en una escritora de éxito en
Milán. Solo un amor de juventud que vuelve a florecer la devolverá
a Nápoles, donde la espera Lina, que ahora es madre y además ha
triunfado muy a su manera en el negocio local. Elena es la señora
culta, Lina es en apariencia la mujer de barrio, ignorante y poco
dispuesta al refinamiento, pero la inteligencia pura y la intuición
están del lado de Lina.
Los
hechos se precipitan cuando un buen día de repente, la hija de Lina
desaparece: ¿asesinato, rapto, muerte? Nadie sabe, y el barrio
murmura. Desde entonces, Lina ya no es la misma y la locura acecha.
Todo -los hombres, las mujeres, el paisaje, la ciudad entera de
Nápoles- se convierten en testigos del duelo de una madre que no
sabe llorar y un buen día también desaparecerá, devolviendo al
lector a las primeras páginas de esta espléndida saga.
Inteligencia,
emoción contenida, escritura que se pliega a los acontecimientos y
se ajusta como un guante a la trama: todo está en estas páginas
donde se ha ido cosiendo una de las obras más brillantes del siglo
XXI.
«Quería
contar solo la vida de dos mujeres. Y para hacerlo era necesario que
filtrara la historia en el trasfondo de sus existencias, las cosas
que de un modo u otro tenían que ver con ellas. Me gustaría que el
relato ayudase a contemplar en términos narrativos un pedazo de la
historia de Italia.»
Elena Ferrante
La
crítica ha dicho...
«Elena
Ferrante ha escrito novelas extraordinarias, honestas hasta la
indecencia (...) Con su escritura le arranca la piel a la rutina.»
The
New York Times
«Los
personajes femeninos de Ferrante son verdaderas obras de arte.»
El
País
«Ferrante
es un fenómeno literario. Le han rendido pleitesía Zadie Smith,
Juan Marsé o Ken Follet, entre otros.»
Núria Escur, La
Vanguardia
«Toda
obra de arte pertenece a un autor, pero cuando es perfecta tiene algo
de anónima.»
Benjamín G. Rosado, Cultura (El
Mundo)
«Seguramente
sea la revelación más trascendente de la narrativa europea en el
último cuarto de siglo.»
Robert Saladrigas, La
Vanguardia
«Elena
Ferrante puede ser una de las mejores autoras de las que hayas oído
hablar.»
Time
«Una
historia de amor épica, destinada a formar parte de las grandes
obras de la literatura Occidental.»
Huffington
Post
Famosos
de todo el mundo alaban su obra...
«Yo...
no tengo palabras para describir lo que se siente al descubrir un
tesoro como éste. Los que disfrutáis con la lectura me entenderéis.
¿Cómo no conocía yo a Elena Ferrante? Su saga de Nápoles es
fascinante.»
Carmen
Chaparro
«Sé
que me sumo tarde a la fiesta... ¡pero este libro es increíble!»
James
Franco
«Ferrante
es única (...) Sus libros permanecerán siempre conmigo.»
Jennifer
Morrison, actriz en House, Once Upon a Time
Escribo y se me borra....y así, así.... Creo que ya.
ResponderEliminarAy mi madre!!!! Si es que los adultos somos como niños.... No quiero darte mucha caña así, en abierto....pero es que esto es TAN abierto!!!!!
Algún día te contaré todo lo que me has hecho leer...cabrón( se puede escribir esto ¿no?)
He arrastrado tu sombra alargada de ciprés por muchas estanterías.
Llorón, que eres un llorón....