No sé si pasa lo mismo en la literatura y en la televisión, pero en el mundo interconectado y global de los media en que todo es uno, las series de personajes, como esta de Brunetti, funcionan de maravilla para el lector de género sin pretensiones. La novela policíaca tiene la virtud de entretener deleitando, otro fin podría ser el de entretener enseñando, pero independientemente de la finalidad, el entretenimiento es una función del mundo en que vivimos donde el placer debe ser proporcionado de manera súbita e intempestiva. Las series de televisión nos ofrecen secuencias de acción de una manera sucesiva, ininterrumpida, donde el espectador no puede respirar, necesita tomar aliento para seguir todas las tramas. La novela de Donna Leon no nos ofrece esas tramas seguidas y esa acción trepidante, tal vez por eso no la catalogo de best seller, aun siéndolo en su sentido más puro. Sí, entretiene, pero siempre que leo a Brunetti, vaya, veo voluntad de estilo, profesionalidad, y capacidad artística.
Como os decía es muy difícil delimitar lo que es literatura o no en ciertos géneros, ya la misma distinción es compleja y parcial. Por ejemplo, ¿Las antiguas crónicas del renacimiento?¿son literatura? Yo, ya lo sabéis, delimito dependiendo de si el crítico observa voluntad de estilo, capacidad de trasformación del universo, es decir, capacidad artística. Pero esta observación filológica es muy subjetiva, obviamente en algunos casos, por eso es tan importante que el lector, en la medida de su capacidad como tal, de los límites que la propia lectura imponga, de su capacidad, determine si la obra cumple o no esa función.
Por lo demás, esta novela nos presenta a un Brunetti esperable, lo vemos venir, con su conciencia ciudadana, sus relaciones marito-filiales, ¿se diría así?, su relación con los compañeros o con el poder. En esta obra la autora aborda el tema de la trata de arte durante la segunda guerra mundial, sobre los abusos de los anticuarios y tratantes, o de los aprovechados por situaciones difíciles. El arte, la avaricia como motor, una vez más mueve al delito, al asesinato, pero no se queda solo en el elemento global que centraliza la acción, la trata de arte, sino que avanza para llegar a sentimientos mucho más humanos que, de manera inequívoca, aparecen siempre en las novelas de Leon: el amor, los celos, la miseria humana, el ansia de poder o la falta de escrúpulos para ascender socialmente.
Una Italia corrupta, una Venecia, maravillosa Venecia, que sobrevive a pesar de las corruptelas de las oficinas municipales, de los arquitectos, de los sobornos, de la desconfianza en la policía o en lo público. Italia como personaje, Brunetti como un héroe que muestra, con su actitud vital, una cordura y seriedad dignas de un héroe clásico.
Y como siempre temas sociales, políticos o culturales que ambientan la novela y le dan ese carácter tan personal.
El problema con los jóvenes y su desmotivación para el estudio, su falta de educación o su falta de perspectiva.O con los compañeros de universidad, su indolencia, su autobombo, su autocomplacencia, su falta de autocrítica.
-Hay días en los que siento la tentación de llevarme tu pistola./-¿Contra quién la usaría, estudiantes o profesores?/- ¿Lo preguntas en serio?- dijo ella fingiendo asombro./ -No. ¿Contra quién?/-Contra mis colegas. Los estudiantes, pobres criaturas, son sólo jóvenes e inmaduros, y la mayoría, cuando crezcan, se convertirán en seres humanos relativamente agradables. A los que me gustaría destruir es a mis colegas, aunque sólo fuera para poner fin al interminable fárrago de autocomplacencia que tengo que aguantar.
Siempre me ha dado miedo esa gente que toma posesión de lo que ellos creen la verdad. No tiene reparos en tergiversar los hechos para acomodarlos a sus aberraciones.
En esta novela también repasa la memoria histórica y sus consecuencias, sus limitaciones, la necesidad de mirar hacia el futuro, pero habiendo hecho las paces con el pasado.
los alemanes optaron por examinar los años de la guerra, en cierta medida por lo menos. Eso nosotros no lo hemos hecho nunca, y por eso no hay una historia de esos años, por lo menos una historia fidedigna
La religión,
Se preguntaba durante cuánto tiempo podrían seguir siendo las iglesias lugares de oración, ahora que quedaban tan pocos orante, y los jóvenes se aburrían, como se aburrían sus hijos, por la incongruencia de lo que la iglesia predicaba.
O sobre el arte,
Y, en esta época nuestra de codicia, ¿cómo distingues entre belleza y precio?
El problema con los jóvenes y su desmotivación para el estudio, su falta de educación o su falta de perspectiva.O con los compañeros de universidad, su indolencia, su autobombo, su autocomplacencia, su falta de autocrítica.
-Hay días en los que siento la tentación de llevarme tu pistola./-¿Contra quién la usaría, estudiantes o profesores?/- ¿Lo preguntas en serio?- dijo ella fingiendo asombro./ -No. ¿Contra quién?/-Contra mis colegas. Los estudiantes, pobres criaturas, son sólo jóvenes e inmaduros, y la mayoría, cuando crezcan, se convertirán en seres humanos relativamente agradables. A los que me gustaría destruir es a mis colegas, aunque sólo fuera para poner fin al interminable fárrago de autocomplacencia que tengo que aguantar.
Siempre me ha dado miedo esa gente que toma posesión de lo que ellos creen la verdad. No tiene reparos en tergiversar los hechos para acomodarlos a sus aberraciones.
En esta novela también repasa la memoria histórica y sus consecuencias, sus limitaciones, la necesidad de mirar hacia el futuro, pero habiendo hecho las paces con el pasado.
los alemanes optaron por examinar los años de la guerra, en cierta medida por lo menos. Eso nosotros no lo hemos hecho nunca, y por eso no hay una historia de esos años, por lo menos una historia fidedigna
La religión,
Se preguntaba durante cuánto tiempo podrían seguir siendo las iglesias lugares de oración, ahora que quedaban tan pocos orante, y los jóvenes se aburrían, como se aburrían sus hijos, por la incongruencia de lo que la iglesia predicaba.
O sobre el arte,
Y, en esta época nuestra de codicia, ¿cómo distingues entre belleza y precio?
En la línea de la autora: seductora, interesante, entrañable. Originalmente lo teníamos en Seix Barral, ahora lo podemos encontrar en Booker de Planeta. Aquí os dejo datos de vuestro interés.
Fecha de publicación: 18/11/2003
336 páginas
ISBN: 978-84-322-2769-1
Código: 913222
Formato: 13,3 x 23 cm.
Presentación: Rústica sin solapas
Colección: Biblioteca Formentor
Una estudiante acude al comisario Brunetti para pedirle consejo: ¿hay alguna forma legal de limpiar el buen nombre de su familia, mancillado por un crimen que cometió muchos años atrás su ya fallecido abuelo? Impresionado por su belleza e inteligencia, pero incapaz de ayudarla, Brunetti casi olvida el asunto hasta que la joven aparece asesinada en su apartamento. La investigación de este crimen transporta al infatigable comisario a la Segunda Guerra Mundial, cuando los judíos italianos fueron sistemáticamente despojados de sus obras de arte por parte de los nazis y sus colaboradores. A medida que Brunetti va desenterrando secretos de colaboracionismo, crimen organizado y explotación, se da cuenta de que se está adentrando en una época que los italianos, empezando por su propio padre y su suegro, el conde Orazio, tienen especial interés en ocultar. Los fantasmas del pasado son enemigos más peligrosos de lo que cabe imaginar.
«Brunetti lleva camino de engrosar la nómina de los grandes investigadores encabezada por Marlowe y Spade.» El Cultural de El Mundo.
«Donna Leon siempre ha sido una excelente escritora policíaca. Tiene el toque inteligente y el encanto que la hacen única en los anales de la novela negra.» Evening Standard.
«Brunetti reclama la herencia más deseada y difícil: el legado literario del comisario Maigret.» El País. «Donna Leon es capaz paralizar al lector con un lúdico suspense.» Observer.
«Sencillamente brillante.» Sunday Times.
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