Oigo la música profunda desde las entrañas de América, una música llena de recuerdos y vestigios de otras épocas, rural y hermosa, desafinada, con una guitarra y palabras que hablan de amor, de la naturaleza, de los sentimientos humanos, de la amistad. Esa música la escucho todos los días, en la radio, en el coche, en la televisión; como una banda sonora o como una canción a quemarropa, pero en todos los casos me emociono, siento vibrar en mi interior las armonías, los acordes simples de esas guitarras o los ritmos de la percusión, todo muy sencillo, entrañable, humano, mío.
Este libro habla del amor, de la amistad incondicional y de cómo los hombres y las mujeres nos vamos configurando a lo largo de nuestras vidas adultas, cómo las envidias, los deseos mal resueltos, las amistades asentadas en cervezas mirando al cielo, o en conversaciones en las barras de los bares, son tan importantes para todos los seres humanos. Desde la música, desde esos sonidos que hacen que huelas el hielo o los prados, los frondosos bosques o los toros de los rodeos. Pero los espacios son determinantes, el tener a dónde ir, y saber de dónde se viene, por dónde transitamos para poder conocernos en los espejos de los baños y, cómo a pesar de eso, nos cuesta saber todo en lo que nos hemos convertido.
Hank, me gusta el nombre, transita por sí mismo, descubriendo su enormidad como persona y sus miedos como hombre, mostrándose como el más fiel de los amigos y el más celoso de los maridos. Ser padre, ser amigo, ser esposo, son trabajos muy complejos, extremadamente complejos, igual que las fidelidades, presentes y pasadas, por eso el personaje se muestra rico en sus contradicciones, en sus pensamientos, en el dolor que le produce saberse adulto, saber que la amistad no es solo un hecho puntual, sino un hecho trascendente que nos puede cambiar la vida. Hank es el típico agricultor americano, con problemas económicos y amigo de una buena cerveza.
La cerveza había sido el motor de nuestros mejores recuerdos.
Beth y yo estábamos hipotecados hasta las cejas, y nuestras incursiones en la bolsa, de la que habíamos salido igual de malparados que el resto del mundo, no nos permitían ahorrar para la universidad de los niños.
La cerveza había sido el motor de nuestros mejores recuerdos.
Beth y yo estábamos hipotecados hasta las cejas, y nuestras incursiones en la bolsa, de la que habíamos salido igual de malparados que el resto del mundo, no nos permitían ahorrar para la universidad de los niños.
Lee no muere de éxito, pero casi. Su música es el himno de una generación, puede ser cualquier cantante americano, su vida a camino entre los cinco continentes y Little Wing, entre sus amores de estrella indie y su malograda boda con una actriz caprichosa. Pero ante todo Lee son raíces, Lee es fiel, es un amigo fiable, es el amigo de Hank, es su alter ego, pero, es necesario, sus contradicciones también existen, no puede dejarlas de lado, su egoísmo, su admiración, su envidia, lo hacen humano, tremendamente humano.
Es una preciosidad esta Ithaca, una escopeta de corredera con un trabajadísimo grabado de volutas y un acero de bonitos tonos azulados. Me la compré yo, cuando Shotgun Lovesongs obtuvo su primer disco de platino quise hacerme un regalo por esas canciones de amor a quemarropa.
América, diría yo, consiste en gente pobre tocando música y en gente pobre compartiendo comida y en gente pobre bailando aun cuando llevan una vida tan desesperante y tan deprimente que ya ni debería haber sitio para la música o para algo de comida extra, cuando no deberían quedarles energías ni para bailar.
Es una preciosidad esta Ithaca, una escopeta de corredera con un trabajadísimo grabado de volutas y un acero de bonitos tonos azulados. Me la compré yo, cuando Shotgun Lovesongs obtuvo su primer disco de platino quise hacerme un regalo por esas canciones de amor a quemarropa.
América, diría yo, consiste en gente pobre tocando música y en gente pobre compartiendo comida y en gente pobre bailando aun cuando llevan una vida tan desesperante y tan deprimente que ya ni debería haber sitio para la música o para algo de comida extra, cuando no deberían quedarles energías ni para bailar.
Kip es el éxito, es la necesidad de salir del pueblo pequeño y olvidarse de lo que fue, pero no siempre es posible, por eso debe reconstruir su presente desde su pasado, como una fábrica abandonada, porque si eres capaz de construir un presente comprendiendo quién has sido, igual, solo igual, puedes mirar hacia el futuro.
Creí que esta fábrica, este edificio, sería el catalizador con el que mi vida iba a cambiar.
Creí que esta fábrica, este edificio, sería el catalizador con el que mi vida iba a cambiar.
Ronny corre libre, es un niño sin maldad, es la bondad y el buenismo personificados, es el personaje entrañable que deberá madurar desde una madurez de niño. Alrededor de las relaciones que establecen los demás personajes con él se va construyendo parte de la novela.
Y llegamos a Beth, la mujer de Hank, la amiga de todos. Es un personaje algo más plano; sus contradicciones quedan resueltas de una manera mucho más sencilla, se distancia de la acción nuclear entre su marido y Lee, como dejando paso a los personajes. Sin embargo no nos engañemos, vive, siente y actúa con una veracidad sin discusión.
Llevar tanto tiempo casada con alguien, ser la mejor amiga de alguien durante tantos años es algo muy raro, porque las contadas ocasiones en las que esa persona te sorprende te parecen lo más increíble del mundo, como si en el cielo se abriera una grieta, como si, de repente, la luna se elevara sobre el horizonte veinte veces más grande que la última vez que la habías visto.
Llevar tanto tiempo casada con alguien, ser la mejor amiga de alguien durante tantos años es algo muy raro, porque las contadas ocasiones en las que esa persona te sorprende te parecen lo más increíble del mundo, como si en el cielo se abriera una grieta, como si, de repente, la luna se elevara sobre el horizonte veinte veces más grande que la última vez que la habías visto.
Así la novela se va construyendo con los discursos, el autor utiliza el autobiografismo para adentrarnos en una coral polifónica de perspectivas múltiples que recrean lo más íntimo de estos cinco personajes principales, Hank, Lee, Kip, Ronny y Beth., como si fueran relatos breves encadenados. La utilización de la primera persona le da una agilidad notable al texto, además de sencillez o un lenguaje poético, en otras ocasiones
La novela me ha parecido notable, la podemos encontrar en Libros del asteroride, aquí os dejo datos de vuestro interés.
ISBN 9788415625995
Última edición Septiembre, 2014
Páginas 344
Idioma Castellano
Traducido por: Marta Alcaraz
Henry, Lee, Kip y Ronny crecieron juntos en el mismo pueblo de Wisconsin, Little Wing. Amigos desde niños, sus vidas comenzaron de manera similar, pero han tomado caminos distintos. Henry se quedó en el pueblo y se casó con su primera novia, mientras que el resto lo abandonó en busca de algo más: Ronny se convirtió en un famoso cowboy de rodeo, Kip en exitoso agente de bolsa y Lee en una estrella de rock de fama mundial.
Cuando se vuelven a reunir en una boda, todos tratan de recuperar su vieja amistad pese a lo mucho que han cambiado. Entre la alegría del encuentro las antiguas rivalidades renacen y los viejos secretos amenazan con destrozar amistad y amor.
Una novela sobre las cosas que importan: el amor y la lealtad, el poder de la música y la belleza de la naturaleza. Un relato maravilloso, emotivo y profundo que trata de un viejo tema: ¿podemos sentirnos alguna vez realmente en casa?
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