La novela francesa tiene ese carácter filosófico que tanto asusta al lector convencional porque parece tener que hacer un esfuerzo adicional al hecho mismo de la lectura. Sin embargo adentrarse en ella enriquece al lector y le hace enfrentarse a grandes preguntas de una manera más lúdica que la mera lectura filosófica. La traición, los límites de la bondad, la ausencia de una ética convencional, los límites del yo, de la actuación pragmática, se nos van mostrando y, nosotros, lectores, vamos tomando partido, angustiándonos, o reprochando a los personajes sus acciones. Yo me he preguntado en alguna ocasión, ¿qué haría en el caso de una guerra en mi territorio?¿mi actitud sería la de virtuoso occidental que respeta unos valores morales generales?¿Los cruzaría para sobrevivir, yo y los míos? Os aseguro que la respuesta es muy sencilla, ahora bien, la acción, la acción es algo muy diferente, claro. La novela es dinámica, alegre, el delirio de la adaptación, de la renuncia a una ética vital para poder sobrevivir, el abandono de toda moral para convertirse en un soplón. La ocupación como una excusa, es solo un motivo para aprovecharse del ser humano, la eterna discusión entre la bondad del hombre y su malignidad. No creo que el autor crea en la malignidad, simplemente describe la falta de compromiso, el egoísmo y el compromiso solo hacia uno mismo, la ausencia de lealtades. El hombre es un cazador corrupto que busca sobrevivir, si para eso tiene que aprovecharse del prójimo, es lo que hace. Por eso dota a los personajes de un gran cinismo, de un pragmatismo vital que al hombre moderno le resulta repugnante. Ese cinismo, probablemente, es el que permite a los personajes sobrevivir entre tantas hostilidades.
¿No les parece que he engordado en estos dos últimos meses? da gusto, en estos tiempos de restricciones.
¡Todas las ratas se han aprovechado de los "acontecimientos" recientes para subir a la superficie! Incluso yo...
En esta novela nuestro personaje es un superviviente, alguien que solo quiere mejorar su vida en una París abandonada y sometida al terror de gánsteres, especuladores y asesinos de medio pelo que acaparan la autoridad y la ejercen para su propio beneficio. Pero él se siente extrañado de sí mismo, reflexiona, es consciente de que es un soplón, un ser infame que traiciona a sus amigos, sin embargo quiere sobrevivir, pero quiere hacerlo dentro de un marco ético, aquí la paradoja, el sinsentido de la vida, el problema de la aceptación de las normas de vida.
Filas de coches fluyen hacia las puertas de París y yo me siento en un banco.
Porque en el fondo necesita pensar, ser, encontrarse a sí mismo, ser útil en el fango, sin embargo,
La misión de usted es infiltrarse entre nuestros adversarios. Informarnos con la mayor discreción posible de las intenciones que tengan esos cabrones.
Pero ello no quiere decir que su compromiso moral se haya desvanecido del todo, de hecho cree en la justicia, pero en una justicia personal ante la ausencia de una verdadera justicia social acaparada por un uso individualizado, corrupto y perverso por parte de los sicarios corruptos de un poder difuso.
mis cómplices me matarán antes de que la Ética, la Justicia y lo Humano hayan vuelto a asomar a plena luz para confundirme.
Porque la novela es una gran reflexión sobre los límites de la acción humana, la frontera entre el bien y el mal, dónde se encuentra el individuo cuando debe adaptarse para no ser eliminado por sus semejantes, ahí está el conflicto, la verdadera intención, la contradicción eterna. El hombre occidental vive en una burbuja ética, pero ¿qué ocurre cuando el conflicto hace que sus valores se tambaleen y debe tomar una determinación para sobrevivir,?¿dónde están los límites?
me encargaban tareas "poco acordes con la ética". Sin embargo no se me pasó ni un segundo por la cabeza la posibilidad de dejar ese empleo.
Todo ello contado con sinceridad, con desenvoltura, con cierta ingenuidad típica de una inconsciencia carente de cierto sentido filosófico, pero no nos engañemos, el personaje cree en lo que piensa y en lo que hace, no se inventa nada, como él mismo dice, No me invento nada, porque no hace falta inventarse nada de nada, la realidad es una pornografía obscena, un juego que parece literatura, pero que no lo es, es terrible, cruel, espantosa, llena de contradicciones, de actos abyectos, de locura por el poder y la corrupción, por el abuso de la posición dominante. No hace falta que los personajes sean nazis, son franceses que colaboran aprovechando la invasión de Alemania, simplemente, son hombres que se corrompen en su naturaleza, pero acaso, ¿usted no lo haría?
La podemos encontrar en Alfaguara. Aquí os dejo datos de interés
Colección: Literaturas Páginas: 160 Publicación: 01/01/1992 Género:Novela Precio: 11,65 € ISBN: 9788420422046 EAN: 9788420422046
París asediado por las bombas alemanas durante la segunda guerra mundial es el escenario histórico de La ronda de noche. Sobre las ruinas del orden anterior, un grupo de gángsters, prostitutas, ex-polizontes y marginados negocia con materias primas y vidas ajenas. La ronda de noche es el movimiento pendular de una traición que hace de todos víctimas y cómplices a la vez. La perspectiva, cínica, pesimista y hasta cierto punto lúcida, del narrador alcanza por igual a quienes abandonan París porque tienen algo que perder, a los que deciden quedarse con la esperanza de resistir o de beneficiarse y a los que, como el protagonista, no tienen nada que perder ni ganar en ningún caso. En este espacio habitado por la desolación y el sarcasmo, la inocencia queda reservada a quienes no pueden hablar, ni ver, ni oír. Los demás, los que no son mudos, ni sordos, ni ciegos, son en mayor o menor medida víctimas, pero también cómplices de cuanto sucede.
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