La literatura oriental que voy leyendo, al menos la escrita por orientales en su lengua, en inglés o en francés, en mi periplo personal por este peculiar canon literario que me voy creando en tiempos usurpados, me sorprende y me fascina. Es una literatura fresca, ingeniosa, inteligente, con un sentido del humor que hace su lectura muy atractiva. Nuestro autor escribe en francés. Bueno, ¿y? A mí no me importa, nos hemos hecho adictos a las traducciones al español, así que ¡menos lobos, lector! Me interesa su descripción de esa China extraña, feudal (derecho de pernada) totalitaria (el paseo por el campo de ejecución de los reos de Muo) y capitalista (la fascinación por el dinero).
El libro establece un diálogo permanente con el lector al que hace partícipe de la trama y del desarrollo de la historia. La presencia del narrador no se hace opresiva y se agradecen estos pequeños guiños inclusivos que engañan el subconsciente lector.
De pronto, en un hotel barato..atraen la atención de nuestro psicoanalista.
El protagonista es un ser extraño, un cuarentón entre dos culturas, reingresado en la china desde la francesa para salvar a su amor post adolescente. Muo es psicoanalista, y participa, con una ironía deliciosa, de los males que con tanto ahínco estudia el psicoanálisis, problemas de relación, y una sexualidad mal resuelta que le hace ser un eyaculador precoz.
Muo se produce una reacción que le arranca un gemido, mitad de éxtasis, mitad de sufrimiento y vergüenza: un chorro ardiente brota de su entrepierna y le moja el calzoncillo.
...psicoanalista. -Y eso de psicoanalista ¿qué es? ¿Una profesión?
El autor usa de la ironía para jugar con los mitos psicoanalíticos sirviéndose de Muo como un tonto útil. Aun así no lo olvidemos, la obra no es una obra cómica, es una sátira de los límites de la estupidez, de la falta de sentido común, del egoísmo moral y de la depravación.
En realidad, nadie puede comprender un sueño. Ni siquiera Freud.
Pero da una salida irracional y romántica, una nota de carácter que nos reencuentra, una vez más, con el acto de creación, con la literatura en estado puro, con los habitantes de las otras dimensiones.
Los artistas, que son una raza aparte, tampoco comprenden los sueños, pero los crean, los viven y acaban convirtiéndose en el sueño de otros.
Muo, Muo es un equilibrista moral, cae en todos los tópicos psicológicos, en trampas de poder que intenta desbaratar como puede. Es una víctima de sí mismo y de la ausencia de pensamiento crítico, es un miembro de una secta, un ser que se debate entre lo moral y lo práctico.
...no puedes poner término a tu largo celibato por una simple obligación moral, en pago de una deuda de gratitud. Tienes que escapar. Aunque sea una ocasión de oro para hacer una demostración sensacional de tu virilidad.
Otro de los personajes interesantes es la embalsamadora, viuda de un homosexual y también virgen, amiga y confidente, iniciadora y víctima del egoísmo y estupidez de Muo.
...sabes tan bien como yo señor psicoanalista, que un homosexual no puede hacer el amor con una mujer. De lo contrario, no se habría arrojado por una ventana en nuestra noche de bodas y yo no estaría viuda, viuda y aún virgen.
-Puede ser/-Y ése en el drama.
La consumación sexual y la doble pérdida de la virginidad de esta y de Muo no tiene desperdicio, y participa del carácter cáustico de nuestro autor.
El primer acto sexual de Muo, que se desarrolla de forma tan ideal como en un manual, lleva camino de convertirse en tesis de doctorado sobre la obra de Picasso.
Ahora, el juez Di no tiene desperdicio. Es el arquetipo del alto funcionario totalitario: verdugo sediento de sangre en su juventud, comunista convencido, corrupto y sádico, jugador sin límites, y vicioso, un depravado moral que es mostrado como un ser extremadamente delgado que volverá de entre los muertos para cobrarse su regalo, el poder follarse a una virgen. Esta caricatura grotesca devuelve al lector, a través del sarcasmo, a la dura realidad del Gran Hermano.
cuando presentó al juez Di sus credenciales, es decir, un soborno de diez mil dólares.
También juega con el narrador omnisciente, controlador absoluto y tirano creativo.
Todas las noches, al volver a casa, piensa que ha vuelto a destrozar vidas, familias enteras, y se siente rejuvenecido.
En su recorrido por la China comunista, una China que abandonó para seguir el método del psicoanálisis en Francia, Muo se va encontrando con diferentes personajes, y situaciones que describe con retranca y humor algunas de las instituciones sociales y culturales del imperio comunista. La universidad no nos es descrita como un centro del saber, sino como un paradigma de la tiranía de los absolutismos. Me fascina toda la literatura de los totalitarismos, desde la hispanoamericana sobre los tiranos, hasta la europea que denuncia el comunismo. En toda ella hay un motivo central, y es cómo se otorga un poder absoluto al individuo sobre la masa atemorizada, que responde como un esclavo ante la demanda del amo.
Sus rectores gozan de un poder con el que sus colegas occidentales ni siquiera se atreverían a soñar...contratación...promoción...gastos médicos... fontanería... electricidad... planificación de embarazos... guarderías... alojamientos. Son auténticos reyes.
El libro lo podemos encontrar en la editorial Salamandra, y aquí os dejo consideraciones útiles.
ISBN: 978-84-7888-944-0
Número de páginas: 320
Tipo de edición: Rústica
Sello editorial: Salamandra
Colección: Narrativa
PVP: 18,50 €
ISBN e-book: 978-84-15630-24-1
PVP e-book: 8,99 €
Tras el fenomenal éxito de Balzac y la joven costurera china, esta nueva novela de Dai Sijie supone nada menos que la confirmación de un talento literario de múltiples facetas. Ganadora del prestigioso Premio Fémina 2003, El complejo de Di encabezó durante varios meses las listas de los libros más vendidos en Francia, mereciendo los elogios de críticos incontestables como Bernard Pivot —el gurú de las letras francesas—, que opinó que con esta obra se confirmaba «el gran talento de un narrador con una imaginación extraordinaria». El título mismo sugiere ya el tono irreverente y transgresor de una historia de tintes quijotescos, donde las recetas del psicoanálisis son puestas a prueba en una realidad tan efervescente y compleja como la China de nuestros días.
A sus cuarenta años, sin más bienes que sus gafas de miope y los cuadernos donde apunta cuidadosamente sus sueños, Muo vuelve a China tras haber pasado once años en París estudiando psicoanálisis. Lo empuja una misión tan noble como arriesgada: liberar de la cárcel a la mujer de sus sueños, Volcán de la Vieja Luna, que languidece en prisión por haber suministrado a la prensa europea fotografías de policías torturando a detenidos. Para salvarla, el corrupto juez Di exige una joven virgen en pago de su favor. Así pues, devoto del espíritu caballeresco, Muo se monta en una vieja bicicleta para salir en busca de una doncella, en lo que será una fascinante excursión psicoanalítica por la China actual, donde las costumbres feudales conviven con un régimen comunista descafeinado y la pujante invasión del paraíso capitalista. La corrupción, pero también la ingenuidad y la alegría de sus gentes, la picaresca y la solidaridad, serán las caras contrastadas que se irán perfilando en una sucesión de aventuras tragicómicas y de escenas tan hilarantes como inolvidables.
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