Estamos en una época de lectura de novedades editoriales. Ante la imposibilidad de leerlo todo, claro, sigo el instinto lector, que configuro con lectura de críticas, de blogs, de interminables listas que busco por la nube. Mis listas favoritas son las que hacen los lectores. Ya sé que los análisis sesudos de las páginas de cultura son mucho más ricos, matizados, pero os he dicho en alguna ocasión que no me fío, los intereses editoriales, las amistades, los gustos, fobias y filias, determinan, en algún caso, el enfoque de la crítica. Los lectores son más anárquicos. En esas listas me encuentro literatura infantil, ciencia ficción, ensayo y novela. Me estimula muchísimo, así que selecciono de entre lo que me encuentro y hago mi propia lista de libros que podría leer. No siempre acierto, vaya, pero en general estoy satisfecho.
Así que de alguna lista saco este título, lo adquiero, lo guardo, lo pongo en cola y, finalmente, lo leo. Es un libro denso, ambicioso, intelectual, trascendente. En él el autor reflexiona sobre el hombre contemporáneo, la búsqueda de sus raíces, la convivencia, la integración o el multiculturalismo. Sin embargo veo que su estilo es forzado, artificial, la ligereza de la prosa engaña porque va creando la trama desde lo insustancial y anecdótico.
El autor es cierto que reflexiona sobre multitud de temas, por ejemplo sobre música clásica de manera erudita, y contrapone ese gusto al desconocimiento absoluto de todo lo demás, es como los melómanos de salón, que buscan la perfección e imperfección en las diferentes grabaciones de Malher.
Sin embargo me llama más la atención la estructura profunda de la novela, que se resiente de la multitud de anécdotas, personajes situaciones etc, que encontramos en ella. La novela trabaja a un homo viator que se busca a sí mismo, buceando en sus orígenes: es un afroamericano mixto, nigeriano alemán, y que a través de sus continuos paseos por Nueva york va acercándose a la configuración de una ciudad inmensa, rica, peligrosa y maravillosa. Ese deambular sin rumbo le lleva a reflexionar sobre diferentes aspectos de la ciudad que queda retratada de una manera pormenorizada. El personaje también viajará a Bélgica en esa búsqueda interior y allí se encontrará con musulmanes que le darán una visión completamente diferente del 11 de septiembre, espacio místico, de Irak o de la política internacional sobre los judíos o Palestina.
Pero no os engañéis, es una novela sobre Nueva york, sobre sus parques y sus calles. Las historia parecen que son solo un relleno de este sentido último de la obra, y eso resiente la lectura, sus tesis políticas, religiosas, el pensamiento y la filosofía se ven salpicadas de momentos de mera acción, y creo que esta mezcla no le hace ningún bien a la estructura general que se resiente.
Con todo esto he pensado mucho en como describiros esta novela y pienso que la mejor manera de hacerlo es diciéndoos que es un viaje íntimo por los rincones del Nueva York vivido e imaginado de nuestro protagonista, es una profunda reflexión sobre el sentido de la ciudad y nuestro lugar en el mundo.
Es una novela recomendable si te gusta la lectura de tesis, política o filosófica. La tenemos en Acantilado, y aquí os dejo datos que os pueden interesar:
Colección:
Narrativa del Acantilado, 211
Temática Novela
Traducción: Marcelo Cohen
ISBN:978-84-15277-92-7
Nº de edición: 3ª
Encuadernación: Rústica cosida
Formato: 13 x 21 cm
Páginas: 296
Precio: 22.00 €
Julius, un joven psiquiatra nigeriano residente en un hospital neoyorquino, deambula por las calles de Manhattan. Caminar sin rumbo se convierte en una necesidad que le brinda la oportunidad de dejar la mente libre en un devaneo entre la literatura, el arte o la música, sus relaciones personales, el pasado y el presente. En sus paseos explora cada rincón de la ciudad. Pero Julius no sólo recorre un espacio físico, sino también aquel en el que se entretejen otras muchas voces que le interpelan. Ciudad abierta, novela bellísima y envolvente, supone el descubrimiento de una voz tan original y sutil como extraordinaria.
He leído en general buenas opiniones sobre este libro. Se lo ha comparado con Moo Pak, por ejemplo, donde el protagonista divaga por las calles mientras recrea su mundo interior. De todas maneras tu reseña no me deja demasiado buen sabor de boca, tal vez la deje pasar... como tantas.... Un saludo.
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