La tristeza del Samurái es un buen intento por crear una novela de acción española, que la hay, pero no de muy buena calidad.
La
acción se desarrolla dentro de ciertos tópicos sobre el pasado, pero aun así va
integrando las historias de la posguerra con una actualidad que parece no poder
escapar de las garras de lo que se hizo en aquellos tiempos de zozobra y
calamidades.
No es la primera, no será la última, la novelística española no
explota lo suficiente el enorme arsenal histórico de nuestro pasado y, a mí, me
parece loable que haya escritores que quieran sacarle un partido literario.
El tiempo entre costuras, del que ya he hablado en este blog, La
sangre de los inocentes de Júlia Navarro, son buenos intentos de
aunar el tempestuoso presente, de una España que parece querer volver a
dividirse de nuevo, y una España cálida en que las actitudes cainitas no rijan
nuestro destino.
Víctor del Árbol va dominando la novela conforme
pasan las hojas y ha conseguido que la lea con interés, sin desánimo. También es
cierto que la acabé hace seis días y recordaba mal el argumento y la escritura.
No es buena señal, pero su intento por ir creando una trama en que el pasado y
el presente vayan construyendo la ttrama narrativa, no es un esfuerzo
inútil.
Así que si queremos pasar un rato agradable, buscamos un libro que se
salga de los circuitos habituales, o simplemente cae en nuestras manos en una
librería, esta novela a caballo entre la historia, lo policial y lo negro, puede
ser una muy buena solución.
Como siempre os dejo la sinopsis de la página Web
de su editorial, Alrevés,
Extremadura 1941 / Barcelona 1981Dos tramas
se desarrollan de forma paralela; una en Extremadura en el año 1941; la otra en
Barcelona en 1981. Un crimen cometido durante la posguerra española produce
consecuencias en tres generaciones de la familia Alcalá y en aquellos que se han
cruzado en sus vidas durante cuarenta años. Complots, secuestros, asesinatos,
torturas, violencia machista, son algunos ingredientes de esta fantástica
novela. Con un estilo descriptivo pero no por ello lento, el autor narra los
acontecimientos ocurridos y poco a poco va entrelazando los personajes de ambas
tramas, entrando en la psicología de cada uno de ellos. El resultado es una
magnífica novela de intriga e investigación, de sentimientos y rencores, de amor
y odio, de ambición y dolor, de hipocresía y sobre todo de culpa, una lacra que
se transmite de generación en generación, donde los hijos heredan los delitos de
los padres y los nietos los de sus abuelos.Una novela que atrapa al lector desde
el primer momento.Se puede leer, e igual lo mejor, se olvida
rápidamente.
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