Es difícil que cuando me siento a escribir en este blog
me entre pereza, pero esta vez me ha pasado. Es una pereza imprecisa que
se deriva, probablemente, de la pereza perenne que me ha entrado de
acabarme este libro.
La
novela policiaca y la nórdica en particular, o bien te engancha a la
trama, o bien a la profundidad psicológica de los personajes o de las
situaciones sociales. Esta novela no hace nada de esto, intenta incluir
algo de novela histórica, al menos de historia, pero lo hace como un
añadido sin interés que no hace avanzar la trama para nada y que queda
tan postizo que aburre. No entro en los diálogos, fallados, en la acción
narrativa, previsible, o en la descriptiva, redundante.
En fin, creo
que tengo que aprender a dejar a medias un libro sin interés; así que
no me ha gustado en absoluto, así que no os aburro más. Os dejo la
sinopsis de la editorial, Debolsillo:
Encontrar un cadáver enterrado
en el jardín de tu propia casa ya resulta bastante inquietante, pero
descubrir que esos huesos pertenecieron a un niño, y que alguien a quien
amaste los depositó allí, levanta una nube de sospechas que solo puede
disiparse llegando al fondo del asunto. Pese a quien pese. Porque en
esta remota y fría isla sueca nadie está libre de pecados, ni de
rumores... Ni siquiera los muertos.
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