lunes, 25 de mayo de 2020

Beloved, Toni Morrison

Se va acabando la cuarentena, confinamiento obligatorio, recurso cíclico del miedo a lo invisible, a los ruidos de la naturaleza, a la enfermedad que no se cura, al alma, a la pérdida del poder, a la ausencia de control; se va el encierro, viene la confusión, vuelve, más bien, nuestra cárcel se convierte en refugio, es propicio tener a dónde ir, de dónde partir. Desde mi terraza oigo las voces que suben desde el bar, en una huida hacia la acera de enfrente, no más lejos, tampoco nos dejan, como si esas sillas y mesas se hubieran convertido en una especie de paraíso añorado en el imaginario del preso. Porque somos reos de muchas cosas, claro, ahora lo sé, de nosotros mismos, en primer lugar, de los demás, de las acciones sociales, de la apariencia, del consumo sin control, de la necesidad sin sentido; no seré yo quien clame contra la libertad del hombre, nunca, ni predicaré denunciando el hedonismo que buscamos inconscientemente, jamás, pero este tiempo de cambio de paradigma me hace sentir que el aire es diferente, que el cielo huele de manera diferente y que los hombres siguen siendo hombres. Mas el miedo atenaza los corazones, constriñe el espíritu y nos convierte en blancos fáciles.

Sethe es víctima del miedo.

En la casa habitan los fantasmas, el fantasma más bien, Beloved es un eco que se instala en los espacios que no se pueden ver, en la oscuridad que habita junto a nosotros y que llamamos cielo, infierno, paraíso, da lo mismo, es una dimensión simultánea y eterna de confusión donde viven los muertos que percibimos como fantasmas. La imaginación habla de ellos a través de las historias, la parapsicología habla con ellos a través del espíritu, el realismo mágico nos los trae como parte natural de nuestro espacio tiempo, que no comparten, pero al que se acercan con la naturalidad necesaria. Beloved agita el hogar porque quiere castigar a los vivos por su muerte, o compartir con ellos la voz que no pueden escuchar. Se necesita a alguien que luche con ella, que la saque a la fuerza, y llega Paul D. Llega para recobrar el pasado, debe reconciliarse con el pasado, un pasado extrañado de sí mismo porque un esclavo no tiene pasado, ni presente, vive como le dejan los momentos. Ellas tienen hijos que podrán ser vendidos como mercancía, son ganado de cría, de otros hombres, no de uno, sin pareja, con pareja, con los hijos muertos, con los hijos vivos, cuidándolos, dejándolos. Un vaivén de dolor, de persecución, de miseria humana y moral porque son animales, no tienen alma, pero el alma atormentada sí que existe, claro, Beloved debe volver materializada en lo que debería haber sido para reconciliarse y pedir cuentas, la niña muerta se convertirá en la adulta niña que se nutrirá de la leche que robaron a la madre, que la consumirá como parte necesaria para su supervivencia.


Al logró retener más tiempo fue a Halle. Veinte años. Toda una vida. Un don, sin duda, para compensarla por haberse enterado de que sus dos niñas, que aún no habían cambiado los dientes de leche, habían sido vendidas y sel as habían llevado sin darle siquiera la oportunidad de despedirse de ellas. Para compensarla por haber fornicado cuatro meses seguidos con un patrón de paja a cambio de conservar a su tercer hijo, un varón...sólo para ver cómo lo cambiaban por madera en a primavera del año siguiente y encontrarse embarazada del hombre que le había prometido no hacerlo y lo hizo. No podía querer a ese chico y no quiso querer a los demás. "Que sea lo que Dios quiera", decía. Y Dios se los llevaba, se los llevaba, se los llevaba, y después le dio a Halle, que compró su libertad cuando ya no significaba nada.


Dentro de las muchas y conocidas reflexiones sobre la esclavitud me llama la atención la asimilación del negro al animal que debe parir para poder vender los hijos como ganado, es criar perros, cerdos o caballos con un valor mercantil. La asignación aberrante del hombre al valor monetario sacralizó el sistema, ya que el hecho de tener valor económico ayudó a perpetuar el sistema esclavista.


Se supone que los esclavos no deben tener sentimientos de placer propios, se supone que sus cuerpos no están hechos para eso, pero tienen que tener el mayor número posible de hijos para satisfacer a su propietario. Sin embargo, se suponía que no debían sentir placer. Me dijo que no prestara la menos atención a todo eso. Que siempre debía escuchar a mi cuerpo y amarlo.


El libro trabaja con elementos del realismo mágico, como he señalado, sobre todo con el fantasma de Beloved que pulula por la casa, evidente con la llegada de Paul D. y en la encarnación materialización de esta como una adolescente malcriada.


Dijo que yo estaba encantada. Que m nacimiento había sido obra de un encanto y que siempre me salvaba. Queno debía tener miedo del fantasma. Que no me haría daño porque había probado su sangre cuando ma me dio la teta. Dijo que el fantasma iba en pos de ma y también de ella, por no haber hecho nada para evitarlo. Pero que a mí nunca me haría daño. Sólo me aconsejó que estuviera ojo avizor porrque era un fantasma glotón y necesitaba mucho amor, lo que después de todo era natural. Y lo hago. La quiero. La quiero. Jugaba conmigo y siempre que la necesité estuvo a mi lado. Es mía. Beloved es mía.


En la parte DOS, dentro de la estructura general del libro, observamos un momento especialmente interesante desde el punto de vista técnico. Hablan cada una de las tres protagonistas femeninas valorando parte de sus vidas. El valor literario adquiere una dimensión interesante con el monólogo interior de Beloved que consigue reproducir las sensaciones de la muerte y de la vida, de ese limbo que coexiste sin que seamos conscientes de ello. Escritura automática, agolpada en pensamientos.


las plantas de mis pies se alejan nadando emerjo necesito encontrar un sitio donde estar el aire es pesado no estoy muerta no estoy hay una casa es lo que ella me susurró estoy donde me dijo no estoy muerta me siento el sol me cierra los ojos cuando los abro veo el rostro que perdí el de Sethe es el rostro que me abandonó Sethe me ve verla y veo la sonrisa su rostro sonriente es mi morada es el rostro que perdí ella es mi rostro sonriéndome haciéndolo por fin una cosa caliente ahora podemos unirnos una cosa caliente.


En Debolsillo


Nº de páginas:368

Editorial:DEBOLSILLO

Idioma:CASTELLANO

Encuadernación:Tapa blanda

ISBN:9788497932653

Año de edición:2012

Traductor:IRIS MENÉNDEZ

Colección:CONTEMPORÁNEA

Una sensacional historia de la esclavitud y el racismo en Estados Unidos.

Una madre: Sethe, la esclava que mata a su propia hija para salvarla del horror, para que la indignidad del presente no tenga futuro posible. Una hija: Beloved, la niña que desde su nacimiento se alimentó de leche mezclada con sangre, y poco a poco fue perdiendo contacto con la realidad por la voluntad de un cariño demasiado denso. Una experiencia: el crimen como única arma contra el dolor ajeno, el amor como única justificación ante el delito, y la muerte como paradójica salvación ante una vida destinada a la esclavitud.



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