La novela corta es un género que me parece especialmente difícil, ya que las posibilidades del autor de caer en subjetivismos y trampas emocionales para enganchar al lector es muy grande. La síntesis del argumento, la construcción limitada de la trama, son dificultades muy difíciles de salvar y requieren de una gran capacidad técnica, además de un gran talento. Si a estas dificultades le añadimos un tema amplio como el de la primera guerra mundial que el autor intenta sintetizar en unas cien páginas, imaginemos el tamaño de la empresa.
Jean Echenoz afronta con garantías el propósito de interesarse por el inicio: reclutamiento, euforia inicial, desprecio al adversario, relaciones entre los amigos, distanciameintos; desarrollo: primeras muertes, desapariciones, imprudencias, mutilaciones, la vida en la Francia civil a través de la vida de Blanche y familia; conclusión: mutilados, amor y desarrollo de la vida.
Todo esto se ha descrito mil veces, quizá no merece la pena detenerse de nuevo en esta sórdida y apestosa ópera. Además, quizá tampoco sea útil ni pertinente comparar la guerra con una ópera, y menos cuando no se es muy aficionado a la ópera, aunque la guerra, como ella, sea grandiosa, enfática, excesiva, llena de ingratas morosidades, como ella arme mucho ruido y con frecuencia, ala larga, resulte bastante fastidiosa.
Bien, pues lo hace con garantías, con maestría, con oficio. Consigue desarrollar en el marco de este género, una novela brillante, impactante, sórdida y dura, pero a un tiempo, consigue hacernos entender la contraposición entre el mundo y el universo de los soldados y el frente a través de unos personajes prototipos pero con pinceladas de personalidad y perfil psicológico.
Todo esto se ha descrito mil veces, quizá no merece la pena detenerse de nuevo en esta sórdida y apestosa ópera. Además, quizá tampoco sea útil ni pertinente comparar la guerra con una ópera, y menos cuando no se es muy aficionado a la ópera, aunque la guerra, como ella, sea grandiosa, enfática, excesiva, llena de ingratas morosidades, como ella arme mucho ruido y con frecuencia, ala larga, resulte bastante fastidiosa.
Bien, pues lo hace con garantías, con maestría, con oficio. Consigue desarrollar en el marco de este género, una novela brillante, impactante, sórdida y dura, pero a un tiempo, consigue hacernos entender la contraposición entre el mundo y el universo de los soldados y el frente a través de unos personajes prototipos pero con pinceladas de personalidad y perfil psicológico.
La narración no es trepidante, la acción tampoco, pero consigue llegar al lector y hacer que este se sienta atraído, identificado y partícipe de un horror que se convirtió en cotidiano para toda una generación de europeos. La acción deja el apasionamiento de lado para centrarse en lo escrito, en lo contado, en el esquematismo complejo de lo dicho.
Se acostó junto a ella, la abrazó, la penetró y la inseminó. El otño siguiente, precisamente en el transcurso de la batalla de Mons, que fue la última, nació un varón al que llamaron Charles.
Se acostó junto a ella, la abrazó, la penetró y la inseminó. El otño siguiente, precisamente en el transcurso de la batalla de Mons, que fue la última, nació un varón al que llamaron Charles.
La tenemos en Anagrama, y aquí os dejo los datos que os van a interesar.
ISBN 978-84-339-7873-8
PVP SIN IVA 12,40 €
PVP CON IVA 12,90 €
Nº DE PÁGINAS 104
COLECCIÓN Panorama de narrativas
TRADUCCIÓN Javier Albiñana
¿Cómo escribir sobre la Gran Guerra, la primera guerra «tecnológica» del siglo XX, y la puerta, también, a medio siglo de barbarie sin precedentes? Echenoz se enfrenta a un nuevo reto literario que supera con maestría. La certera pluma del escritor avanza junto a los soldados en sus largas jornadas de marcha por los países en guerra y acompaña a cuatro jóvenes de la Vendée, Anthime y sus amigos, en medio de una masa indiscernible de carne y metal, de proyectiles y muertos. Pero también nos cuenta la vida que continúa, lejos de las trincheras, a través de personajes como Blanche y su familia. Y todo ello sin renunciar a esa sutil ironía que caracteriza su escritura, condimento imprescindible de un relato apasionante.
«Esta novela corta, con ecos de Jules y Jim (…) es un nuevo concentrado del arte de Echenoz» (Norbert Czarny, La Quinzaine Littéraire).
«Alistarse en la Gran Guerra, después de que tantos lo hicieran, era un gran riesgo para Jean Echenoz. Pues bien, la ha ganado, y ha regresado íntegro» (Bernard Pivot, Le Journal du Dimanche).
«Esta nueva novela concentra y sintetiza lo mejor de la escritura echenoziana» (Florence Bouchy, Le Monde).
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