En este
libro difícil de encontrar, tenemos a un Petros
Markaris que, aun usando a su
comisario Jaritos como protagonista en un caso y
como antagonista en otro, se desliza por la vida griega contemporánea con la
maestría de los grandes narradores.
Siempre
que leo a este autor disfruto con su conciencia social, con la mala leche que
destila y con su gran visión de la sociedad de la opulencia en occidente. Nos
presenta, sistemáticamente, una sociedad griega herida de soberbia, explotadora
de los inmigrantes ilegales, estafadora, que consagra el latrocinio y la
pillería como insignia social. Desde luego si la Unión europea hubiera leído a Markaris,
ni de coña Grecia estaría donde está, la monumental estafa país, es denunciada
en cada uno de sus relatos.
Estos
relatos hablan de miseria, de estupidez, de xenofobia, tienen mala leche, como
decía, y hay ocasiones en que no sé si él, el autor, es un cabrón fascista, o
lo que realmente hace es denunciar la situación.
El primer
relato es una historia de Jaritos, la
investigación de falsos crímenes en la Atenas preolímpica, la crítica, el
sarcasmo, la socarronería sobre los servicios de inteligencia americanos,
notable. Es un relato dinámico, sencillo e inteligente, con una frase que lo
dice todo: En Grecia todo va al revés.
Nada más permanente que lo provisional y nada más provisional que lo permanente.
Vaya. El segundo, De Refilón, es el
primero de los relatos clandestinos, en el que Màrkaris trabaja los elementos de la trama de una manera magistral;
los protagonistas son los pies, los de los inmigrantes ilegales, los de la
miseria, los de la indiferencia. Después le sigue La emancipación de Tatiana, con las mafias rusas de fondo, en
contraste con los inmigrantes que vuelven, y lo obsoleto de las estructuras
patriarcales. Uno de los relatos que más me ha gustado es Café batido, metaliteratura, en que una escritora crea un personaje
para que la suicide, genial, ágil, interesante, verdadera literatura. En Suite para flauta y violín vuelve al
tema de la inmigración ilegal, de las mafias, tratadas desde la perspectiva de
un amor destructivo. Sin decorados
trabaja sobre el mismo tema, la suerte de un inmigrante ilegal que es engañado
cuando acierta una quiniela de 13. Los inmigrantes pueden ser los griegos en
Grecia, que prefieren la mendicidad a la indiferencia, en Carta verde. Impresiona el nuevo relato que hace desde la
perspectiva de las víctimas y de los agresores, y en el que Jaritos no es más
que una marioneta que imparte su peculiar sentido de la justicia social; en Sonia y Varia, la prostitución, los
malos tratos, el tráfico de blancas, se mezclan para llegar a un sorprendente
final en el que Jaritos dará, una vez más, su peculiar visión de lo correcto.
El cuento que me ha desconcertado ha sido el último, Un cuento infantil, que, obviamente, no tiene nada de infantil. Es
un cuento en el que una protagonista es una niña de color y un abuelo, en que
establecen una extraña relación de amor, pero el final, el final me sorprende,
me sorprende la mala baba de Màrkaris,
esa solución que no es la propia de la acción narrativa sino de la decisión del
autor y que carga la culpa sobre el inmigrante. Sorprendente.
En fin,
os dejo la sinopsis de este libro de relatos tan interesante, publicado en
Ediciones B.
PVP: 6.95 €
Nueve relatos, nueve casos
policíacos en los que se ven involucrados inmigrantes albaneses, de países del
Este o subsaharianos; en los que intervienen asesinos, sicarios, viejos
racistas o camareros; que se desarrollan en Atenas, en los prolegómenos de la
cita olímpica de 2004. Historias como el asesinato de tres árabes en las
inmediaciones de las instalaciones olímpicas o el que comete un camarero
sudanés tras ganar una quiniela muestran la cara más sórdida y grotesca de la
actual sociedad griega.
La única forma de apreciar un libro, un texto o una historia es leyendo un fragmento de ella. Donde encuentro en vuestro sitio un par de líneas del cirtado libro?
ResponderEliminarTienes razón, pero hasta hace muy poco no tenía costumbre de subir fragmentos de los libros que he ido comentando.
ResponderEliminarMe disculpo por ello, ya he ido mejorando ese aspecto.
Saludos