La Princesa de Hielo de Camila Läkberg es un libro
inaugural que tiene todos los defectos propios de este tipo de literatura, y alguna de
sus virtudes. Los méritos son la sinceridad, el trabajo del escritor, los temas
que trata: la violencia machista, el sexo, el amor, la estupidez humana, y
algunos de sus defectos: inseguridad narrativa,escritura plana.
La nueva novela negra gana
respecto a la de siempre, el tratamiento de los temas cotidianos desde
una perspectiva realista, obviando al héroe clásico y convirtiendo al policía en
un ser humanizado, en una persona con la que podríamos identificarnos.
Los personajes son algo conservadores, contradictorios. La narración es
coral,poliédrica.
Aquí nos cuenta como
tras muchos años de ausencia, la joven escritora Erica vuelve a su pueblo
natal,donde ha heredado la casa de sus padres, recientemente fallecidos. Durante
un paseo por las calles donde transcurrieron los primeros años de su vida, tras
el aviso de unos vecinos, descubre que su amiga de la infancia, Alex, acaba
de suicidarse. Conmocionada, inicia una investigación y descubre que Alex
estaba embarazada. La historia da un nuevo giro cuando la autopsia revela que su
amiga no se suicidó sino que fue asesinada. La policía detiene al
principal sospechoso, Anders, un artista fracasado que mantenía una relación
especial con la víctima.
En fin, tal vez no sea
un libro totalmente recomendable, sin embargo comienza una saga en que
la escritora sueca nos irá proporcionando momentos muy gratos, por lo tanto si
os decidís a leeros los cinco libros publicados de la saga, es obligatorio
leerse este primer libro. Lo tenemos en Maeva. Sinopsis.
Idioma original: SuecoNº de páginas: 376
EAN: 9788496748163
ISBN: 978-8496748-16-3
Año: 2007
Formato: 15 x 23 cm
Encuadernación: Rústica
Precio: 20,00 €
Traducción: Montes, Carmen
Cuando la joven escritora Erica vuelve a su pueblo natal tras el fallecimiento de sus padres, no se puede ni imaginar que se verá envuelta en la truculenta historia de un crimen cuyos protagonistas no son otros que sus propios amigos de la infancia. Cuando su amiga Alex es encontrada muerta, aparentemente suicidada, se descubre que no sólo fue asesinada sino que además estaba embarazada, lo que multiplica así las conjeturas de Erica y de la policía, que detiene al principal sospechoso, Anders, un artista fracasado que mantenía una relación especial con la víctima. El policía encargado del caso es el detective Patrik Hedström, para quien Erica siente algo más que mero interés profesional.
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