La literatura no deja de ser un ejercicio sorprendente de talento, engaño y sueños. En este libro, premio Goncourt, podemos observar cómo se mezcla todo: realidad, ficción, ensoñaciones, temores.
No sé muy bien qué pretende Laurent Binet.
En un principio me sorprende el libro y no sé si estoy leyendo un
ensayo, una crónica histórica o una novela. El autor habla de sus
vivencias en Praga, de su profesión de profesor, de su relación
con su padre, historiador, de su relación con la literatura, escritor.
Así configura una obra artística que toma algo de esos géneros. Es un
ensayo porque reflexiona sobre el atentado de la resistencia checa sobre
Heydrich, ¿se escribe así?, es historia porque desmenuza los
documentos y los presenta en una sucesión cronológica. Sin embargo no es
una cosa ni la otra, ¡vaya paradoja! La novela, la narración, el
cuento, se caracterizan por la trama, por la sucesión y evolución de la
historia, entendida como lo que pasa; en esta novela evoluciona la
trama, existe un inicio, un desarrollo dramático y una conclusión. Los
personajes son ciertos y definibles, existen héroes, antihéroes y
traidores, en este sentido no se distancia mucho de las grandes novelas
del 19, sin embargo hay algo que me sigue rondando por la cabeza, algo
que no cuadra con lo esperado en el género.
La solución no llega pronto, se desvanece y vuelve. Me parece que, como Bolaño o Houellebecq,
toma el género como excusa para ir más allá de lo esperable. Parte de
la novela histórica para hacer una novela a partir de la historia, ¡toma
ya! y lo hace desgranando el proceso de la escritura y de la
documentación, presentando ante el lector su proceloso viaje por la
construcción de una trama que existe independientemente de su voluntad
como escritor. Los hechos son tozudos, el dirigente nazi muere a manos
de la resistencia checha o sí o también, él no puede cambiar la
historia. Los documentos dirigen los acontecimientos hacia una dirección
muy concreta, eso tampoco puede cambiarlo. Por lo tanto, ¿qué es lo que
realmente hace el escritor si no puede hacer nada? Construir la
historia, la trama, el devenir, dar vida a unos personajes sacándolos de
la historia para convertirlos, nueva paradoja, en literatura, y así
trasladarlos a 2008 para hacerlos partícipes del presente imaginario.
Conclusión, novela inolvidable, valiente, osada, y absolutamente recomendable. Os dejo aquí la sinopsis de la editorial, Seix Barral:
HHhH. Tras
este misterioso título se esconde la frase en alemán Himmlers Hirn
heisst Heydrich, «el cerebro de Himmler se llama Heydrich». Esto es lo
que se decía en las SS de Reinhard Heydrich, jefe de la Gestapo,
considerado el hombre más peligroso del Tercer Reich y una de las
figuras más enigmáticas del nazismo. En 1942, dos miembros de la
Resistencia aterrizan en paracaídas en Praga con la misión de
asesinarlo. Después del atentado, se refugian en una iglesia, donde,
delatados por un traidor y acorralados por setecientos hombres de las
SS, se suicidan.
Laurent Binet narra uno de los episodios más
conmovedores de la Segunda Guerra Mundial y, posiblemente, de la
Historia de la humanidad. Pero tras la narración de esta hazaña empieza
otra lucha: la que enfrenta la ficción con la realidad. HHhH es
el relato de la desesperada búsqueda de una forma precisa de contar la
Historia. Para ello Binet lleva al lector hasta la tormenta de la
Segunda Guerra Mundial, a Berlín, Londres y París, a la Praga actual, y en un giro literario de una fuerza inaudita, traslada el régimen nazi hasta el 2010.
Una gran novela sin duda. Acudí a ella con ese estúpido prejuicio que suelo tener hacia novelas que tienen cierto éxito en las librerías. Pero en este caso ese éxito está totalmente justificado. Me gustó además la referencia que hace a otras novelas del género, como las famosas Benévolas, de Littell (novela a la que no ahorra críticas y que yo por cierto abandoné tras 700 páginas leídas....)donde compara a su protagonista con una especie de Houellebecq enmedio del Tercer Reich. La verdad es que me he topado con más de una novela últimamente que, tal vez por quitarse el corsé de "histórica" va más allá y se replantea a sí misma, como Niños feroces de Lorenzo Silva, o El espía de Justo Navarro, intentando dar una vuelta de tuerca a cómo escribir sobre el pasado.
ResponderEliminarA mí me fascinó la metaliteratura, la reflexión sobre los personajes como autores de la historia, el autor, como personaje de los personajes. me pareció interesante lo que comentas, las referencias bibliográficas sin gilipolleces, a tumba abierta; me encantó la inteligencia, la generosidad literaria, el trabajo bien hecho. tomo nota de lo que me recomiendas y voy a por ello en breve.
ResponderEliminarsaludos.