sábado, 4 de enero de 2025

Vicio propio, Inherent Vice, Thomas Pynchon

 


La novela negra es un subgénero del policial que trasciende el misterio para explorar el lado oscuro de la sociedad. Con una atmósfera cargada de fatalismo, retrata crímenes como síntoma de problemas sociales, políticos y morales. Sus protagonistas, a menudo detectives cínicos o antihéroes, navegan en un mundo corrupto donde la justicia rara vez triunfa. Surgida en Estados Unidos con autores como Dashiell Hammett y Raymond Chandler, evolucionó hacia nuevas formas con exponentes como Patricia Highsmith y Henning Mankell. La novela negra no solo resuelve enigmas, sino que desnuda las sombras de nuestra humanidad. El subgénero, al evolucionar, toma nuevas perspectivas y busca alternativas narrativas que le permitan seguir enganchando a los lectores.

Thomas Pynchon con Vicio propio, nos presenta una novela que mezcla lo mejor del género noir con el desenfreno de la contracultura de los años 60. La trama sigue al detective privado Doc Sportello, quien, armado con su olfato agudo y una nube de marihuana siempre presente, investiga la desaparición de un magnate inmobiliario en un Los Ángeles que respira paranoia y descontrol. Lejos del clásico detective cínico y metódico, Sportello es un antihéroe que navega entre hippies, sectas, conspiraciones y el FBI, en un mundo donde la verdad se disuelve como el humo. Pynchon construye una narrativa laberíntica, repleta de humor absurdo, diálogos chispeantes y personajes excéntricos que reflejan el espíritu caótico de la época.

Detrás de la fachada de humor y desvarío, Vicio propio es una mordaz crítica al capitalismo, la especulación inmobiliaria y la pérdida de los ideales de la contracultura. Con su característico estilo fragmentado y alusivo, Pynchon nos muestra cómo la ambición devora a las personas y las utopías se desvanecen.

El libro está escrito desde la ironía. Trabaja la socarronería dentro de los diferentes mitos de la novela negra. La relación detective, cliente; la relación detective, policía; la relación entre el alcoholismo y la personalidad real, todo, desde la guasa que divierte y hace de la novela, un entretenimiento notable.

 

Doc, que tenía problema crónico para diferenciar una rubia californiana de otra, se encontró ante un ejemplar casi cien por cien clásico: pelo, bronceado, gracia atlética, todo, salvo la sonrisa fingida, famosa en el mundo entero, debido a un conjunto de dientes comprados que, aunque falsos, técnicamente «postizos», invitaban a aquellos a quienes ella sonreía de vez en cuando a plantearse qué historia real y poco divertida los habría puesto allí.

 

Además del sarcasmo, que da sentido a toda la novela, hay una reflexión sobre el mal y el poder que me interesa, entendido este como la capacidad y el deseo de controlar el destino sin preocuparse por mucha más. Avaricia inquietante, la verdad.

 

—Lo que se juega aquí es que cada uno esté en su sitio. Nosotros…— hizo un gesto que abarcaba el Bar de Invitados y la perspectiva que se perdía en una sombra aparentemente sin fondo—, nosotros estamos en nuestro sitio. Lo hemos estado siempre. Mire a su alrededor. Inmuebles, servidumbre de aguas, petróleo, mano de obra barata…, todo eso es nuestro, y siempre lo ha sido. Y usted, al final de la jornada, ¿qué es?: una unidad más en esta multitud de transeúntes que van y vienen sin parar en la soleada Southland, anhelando que lo sobornen con un coche de cierta marca, modelo y año, una rubia en bikini, treinta segundos encima de una ola, un perrito caliente con chile, por el amor de Dios. —Se encogió de hombros—. Nunca nos quedaremos sin gente como ustedes. Su provisión es inagotable.

 

En Tusquets

 

Temática Novela literaria

Publicación 1 mar 2011

Colección Andanzas

Presentación Rústica con solapas

Formato 15 x 22.5 cm

Editorial Tusquets Editores

ISBN 978-84-8383-301-8

Páginas 424

La novela se centra en la vida de "Doc" Sportello, un detective privado un tanto peculiar en la colorida ciudad de Los Ángeles de comienzos de los años setenta. La historia comienza cuando su ex, Shasta, seductora femme fatale, recurre a sus servicios profesionales dado que ha desaparecido su nuevo amante, un magnate inmobiliario que había visto la luz del buen karma, un tanto distorsionada por el ácido, y quería devolver a la sociedad todo lo que había expoliado. Sportello se ve enredado entonces en una intriga en la que los escrúpulos chispean por su ausencia y cuya trama es casi la de una novela negra clásica. A partir de ahí, Thomas Pynchon pergeña un retrato desbocado de una California poblada por surfistas embriagados de la mitología de las olas gigantes, combatientes de Vietnam o agentes del FBI reconvertidos en hippies, pandillas carcelarias, la escabrosa sombra de Charles Manson y sus acólitas, una brutal organización secreta de dentistas, policías corruptos, una protointernet o bellas masajistas de sexualidad ambigua. Todo sazonado con diálogos y guiños hilarantes, al ritmo de una frenética banda sonora que sirve de réquiem psicodélico por una época que pudo ser y no fue.

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