El
libro que os traigo juega con el espacio en que habitan los muertos. Un espacio
paralelo al de los vivos, con sus miserias y virtudes, con sus calles y
trabajos. Un espacio de tránsito, un espacio que nos prepara para la
reencarnación mientras ponemos en orden nuestros asuntos con hacienda,
literalmente. Así, la muerte se presenta en su doble perspectiva del hecho
mismo de la decadencia física y fallecimiento de la protagonista, y el de la
vida en la muerte. Habría una tercera vía en la cual la protagonista se prepara
para la reencarnación, y lo hace mediante cursivas, en la voz de una niña que
asiste perpleja a la autodestrucción de sus padres (no puedo decir quiénes son
estos). En cualquier caso, el libro, como otros del autor, está escrito desde
la perspectiva irónica y cínica de la tradición británica de humor. Así,
reflexiona sobre hechos complejos con esa socarronería que tanto me gusta.
Los
muertos viven como los vivos: razonan y piensan; desean y son. El autor juega
con el surrealismo de las acciones, con la muerte antes y después, en una
dinámica que pretende entretener.
──Mmmm,
no, puede que no.
Está
escribiendo algo sobre una carpeta de pinza con un Bic Naranja, colocándose
adecuadamente sobre sus hombros los paneles de su tabardo virginal. Está
primorosamente afeitado, doctor Steel, muy bien arreglado.
Cuando
tenga cáncer ──y lo tendrá algún día, es una profecía autorrealizadora── , será
bonito y metódico, un pequeño tumor en el interior de su cerebro que
simplemente oprimirá una arteria vital, como si se tratase de un interruptor de
la luz, y lo apagará por completo. Dejando toda su ropa bien planchada y su
cuerpo inmaculado.
Como
os decía, hay una imposibilidad en el mundo actual, al menos en el occidental,
de administrar la frustración, el desengaño, la pérdida. Esa incapacidad de
administrar el dolor es un mal que nos acecha como si estuviésemos obligados y
predestinados solo a ganar. Educar para perder es una asignatura pendiente.
Es un
hombre con éxito, y eso no nos gusta. Al fin y al cabo todo el mundo puede
triunfar, pero para lo que hay que tener verdaderas agallas es para ser un
perdedor.
Los
muertos viven la vida de los vivos sin poder disfrutar los placeres de los
sentidos, viven en casas que se pintan con derivados de tumores, conviven con
los abortos que quedaron por el camino o con la grasa revivida que dejaron
cuando hicieron régimen. Muertos que piensan, que evolucionan en barrios
situados en sitios reales, muertos vivos que cuentan una historia.
Clive
tenía la gentileza de llevarme como su acompañante a fiestas de sociedad donde
los platos más sofisticados eran preparados por anfitriones y anfitrionas
ansiosos por obtener nuestra aprobación. Aquellos estofados cremosos de tonos
ocres y aromas a vino. Aquellas delicadas tajadas de carne ¡rosadas y jugosas!
¡Oh!, las coloridas guarniciones de las verduras más frescas, recién
seleccionadas de los mejores establecimientos dela capital. ¿Y para qué? Para
na-da. Ni tan siquiera podíamos olerlas. Nosotros, los invitados, nos
dedicábamos a jugar con nuestras raciones, porque era todo cuanto podíamos
hacer. Uno moldeaba su puré de patatas hasta crear una especie de escultura de
Rodin, otro disponía sus zanahorias glaseadas y cogollitos de brécol para
evocar el jardín de Givenchy y un tercero experimentaba con trozos de carne,
que trasplantaba en torsos masticables con cartilaginosas extremidades y
cabezas mordidas, anticipando oscuramente los excesos conceptuales de la década
siguiente.
Editorial:
Literatura Random House
ISBN:
9788439709435
Idioma:
Castellano
Número
de páginas: 416
Lily
Bloom, mujer antisemita de 65 años muere en Londres de un cáncer. Sin embargo,
tras el fallecimiento, continúa viva en cierto modo y decide convertirse en
relaciones públicas para poder seguir viva en la muerte.
(The story follows Lily Bloom's encounter with the
afterlife after dying from cancer. After being transported to new lodgings near
Dalston, accompanied by her Aboriginal spirit guide Phar Lap Jones, her dead
9-year-old son Rude Boy, and a lithopedion foetus, she soon starts to adapt and
learn the ways of the dead.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Debido a algún comentario improcedente que no respeta ni al autor del blog ni a los participantes del mismo, me veo obligado a moderar los comentarios. Disculpa las molestias.